Angela Merkel, la canciller alemana, prefiere hablar de equilibrar el presupuesto y no de austeridad, porque esto suena como algo maligno. Lo explicó ella misma, semanas atrás, intentando ocultar su molestia al ser interrogada sobre cuánta austeridad más podrían soportar los países del sur europeo. Pero de cara a las elecciones nacionales de Alemania, el 22 de septiembre, la canciller está optando por otra estrategia: mantener silencio.
En sus últimas apariciones públicas, así como en las sugerencias de sus colegas más cercanos a la Comisión Europea, tampoco ha dado señales de relajar las presiones fiscales que han marcado la postura germana frente a la disyuntiva de crecimiento o austeridad, lo que se traduce en que Alemania no suavizará su posición.
Y al parecer la recuperación del bloque está de su lado, ya que el sector privado de la eurozona, medido por las encuestas de gerentes de compras, se recuperó inesperadamente este mes para avanzar hasta 50,1 puntos -sobre 50 indica expansión- después de que las fábricas aumentaran su producción por primera vez en más de un año.
“Es un panorama muy alentador, es bastante amplio. Alemania lleva la delantera, seguido por Francia, pero incluso la periferia (...) está viendo un retorno al crecimiento en el sector manufacturero”, dijo Chris Williamson, economista jefe de Markit, en un comunicado.
Las positivas encuestas empresariales fueron un verdadero “impulso” para las autoridades europeas, agregó Williamson, contando que ahora se ve luz al final del túnel para los países periféricos golpeados por la austeridad, donde han surgido tensiones políticas y sociales. En particular, añadió, el Banco Central Europeo se sentirá mucho más seguro en su expectativa de que la región vuelva a crecer a fines de año.
En esa misma línea, una encuesta a economistas citados por Bloomberg mostró que para el período entre abril y junio la economía de los 17 países del euro avance 0,0%, lo que sería un paso clave para ayudarla a salir de la recesión. La cifra se dará a conocer el 14 de agosto.
Con todo, las cifras estarían favoreciendo la postura que tan fuertemente ha defendido Merkel. En privado, sin embargo, la canciller parece más abierta.
SILENCIOSA TRANSIGENCIA
La líder alemana ya le dio a Portugal más tiempo para equilibrar su presupuesto, no dijo nada sobre un posible retorno al poder en Italia de Silvio Berlusconi y se ha mostrado tolerante a la posibilidad de que los gobiernos de Madrid y París necesiten más tiempo para cumplir con sus objetivos de déficit presupuestarios. Además, Alemania ya mencionó que Grecia ya cumplió con 21 de 22 requisitos para su próximo tramo de ayuda, que podría recibir el próximo lunes 29, en una conferencia telefónica.
Otra demostración de silenciosa apertura de la canciller, es que incluso en Berlín ha recibido ataques de sus propios adherentes porque en los casos de Grecia y Chipre habría roto su propia promesa al electorado alemán de “no más rescates”.
El motivo de su transigencia, aseguran los expertos, es que ni Merkel, ni ningún político alemán le dirá la incómoda verdad a los votantes germanos antes de la elección nacional de Alemania del 22 de septiembre. Y es que a diferencia del recorte a la deuda griega en marzo del año pasado, que perjudicó a bancos privados, cualquier reestructuración futura perjudicaría a acreedores oficiales, incluyendo a Alemania y el FMI, que ahora tienen más de 90% de deuda griega.
“El rol de Alemania es clave como una barrera de apoyo para Europa, por lo que las elecciones de septiembre son el mayor evento político de la segunda mitad de 2013”, señaló un reporte de economistas de Berenberg Bank, en Londres. Sin embargo, el resultado más probable de la elección no cambiará la posición de Alemania: las encuestas le dan 50% de ser reelecta por otro período como jefa de su actual coalición de centro derecha, pese a que hay 30% de opciones de que tenga que formar una coalición con los social-demócratas de centro izquierda.
EL DEBATE ALEMÁN
Hasta ahora, los rescates de Portugal, Irlanda, Grecia y los sectores bancarios de España y Chipre, han sido un costo para los contribuyentes alemanes en la forma de préstamos y garantías, pero no en dinero en efectivo. De hecho, el rescate de €110.000 millones de Bruselas y el FMI a Grecia en 2010 se gestó tanto para proteger la salud financiera de Grecia, como para proteger a los bancos alemanes, que habían prestado sin límites al sur de Europa, según analistas citados por Financial Times.
Asimismo, en la opinión pública alemana pesa la posibilidad de que otra reestructuración o ayuda financiera no se disponga solo para Grecia, sino que también para Portugal y Chipre. En ese escenario, tampoco se podrían descartar los bancos españoles.
Así, el debate electoral alemán gira hoy en torno a dónde fijará el gobierno el límite, aunque, nuevamente, ninguna respuesta surgirá hasta después de septiembre. Hasta entonces, el gobierno de Merkel confiará en las buenas señales que está mostrando su economía. La encuesta empresarial de Markit, específica para Alemania, mostró un avance desde los 50,4 puntos de junio a 52,8 puntos en julio.
Ese fue el incremento más fuerte en la actividad empresarial en cinco meses, con avances tanto para la manufactura como para los sectores de los servicios, lo que se traduce en buenas noticias para Merkel, en su búsqueda por la reelección.
En Francia, la actividad continuó contrayéndose en julio, aunque a un ritmo más lento que antes. Así, su índice de gerentes de compras pasó de 47,4 a 48,8, afectado principalmente por el sector de servicios, ya que la producción manufacturera incrementó por primera vez desde febrero de 2012. La eurozona no ha registrado un aumento de su PIB desde el tercer trimestre de 2011.
Los datos empresariales galos son particularmente buenos para la canciller, ya que el partido socialista del presidente, François Hollande, la ha acusado de ser egoísta. La acusan de ocasionar la crisis que ha dividido a Europa por su intransigencia, a favor del interés nacional alemán.
Por último, la buena salud del bloque también sirve como evidencia de la inesperada resiliencia del bloque de cara a las peores cifras empresariales de China, que afectan a los exportadores alemanes en particular.
Para el futuro, sin embargo, seguirá la presión del desempleo, que continúa en máximos sin precedentes.
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