África celebra cincuenta años sin rumbo que empezaron con el
asesinato de Patrice Lumumba* y terminaron provisionalmente con el
linchamiento de Gadafi. Coloso con pies de barro, África es la tierra de
las paradojas, un continente demográficamente exuberante con mil
millones de habitantes de los cuales aproximadamente 600 millones no
tienen acceso a la electricidad. Recordemos que un somalí consume en un
año la energía que un estadounidense consume en una semana. Sin embargo,
África rebosa de riquezas pero, como escribe Sarkozy, “su drama es que
todavía no ha entrado en la historia”. No más Hegel que Victor Hugo
dieron crédito al pasado de África. Por el contrario, establecieron la
base de la ideología de las raíces superiores y del deber civilizador
que tanto gustaban a Jules Ferry**. Mejor aún, en la Conferencia de
Berlín en 1885 el reparto de África autorizó al rey de los belgas a
tener un territorio para él, el actual Congo, situado a ambos lados del
río del mismo nombre y que actualmente se desgarra. Los beligerantes
ayudados por unas potencias externas fascinados por las riquezas. A
continuación vamos a enumerar las ocho plagas purulentas.
El hambre y el sida
No se pueden enumerar todos los males de África sin mencionar en
primer lugar los dos más importantes, el hambre y el sida. Por lo que se
refiere al hambre, que continúa ahí, en estado endémico, son decenas de
miles las personas que mueren de hambre cada año y que sufren
desnutrición. Recordemos que llenar el depósito de un 4×4 de
biocarburante a base de maíz podría alimentar a una persona subsahariana
durante un año. En cuanto al sida, Claire Brisse escribe: “Durante casi
veinte años se ha considerado una enfermedad mortal, sin escapatoria
posible. […] Pero este panorama global oculta unas sorprendentes
desigualdades; desigualdades geográficas, puesto que conciernen más
particularmente a determinados países del continente negro, y
generacionales, puesto que afectan más a los niños de esos mismos países
a pesar de los progresos constatados en otros lugares. En el África
francófona es donde la lucha contra el sida va con retraso.[…] Según M.
Sidibé, este retraso se debe sobre todo a la historia de la epidemia que
se extendió aprovechando los desplazamientos de los trabajadores de las
minas del África austral […] La violencia también favorece la difusión
del virus: altercados civiles, guerras, violencia contra las mujeres… En
efecto, en adelante hay que considerar la lucha contra el sida como un
componente de las luchas en favor de los derechos y no solo como un reto
de salud pública” (1).
Las riquezas mineras y la acaparamiento de tierras
En otro artículo hemos hablado del acaparamiento de tierras: “Ya era
conocido el saqueo de materias primas del suelo y del subsuelo de
África, sobre todo la energía y los metales raros, como el coltán que se
utiliza en las tecnologías de la comunicación (ordenadores, teléfonos
móviles…). Intermediarios sin escrúpulos revenden a un precio cien veces
superior este coltán a multinacionales extranjeras muy discretas sobre
este comercio mucho más abyecto que el comercio histórico de estos mismo
civilizadores en tierra de conquista y de evangelización de estos
poblados bárbaros a los que obligatoriamente tenía que llegar el
Evangelio en nombre de la “regla de las tres Ces”, cristinización,
comercio y civilización. […] El acaparamiento de tierras agrícolas en
África por parte de Estados extranjeros y de las multinacionales ha sido
denunciado varias veces, en especial en febrero de 2011 en Dakar, con
ocasión del Foro Social Mundial, por la ONG Actionaid” (2).
Cincuenta años después África sigue tendiendo la mano. Es el
continente de todas las calamidades, calamidades naturales, pero también
provocadas por el ser humano. Paradójicamente, no se deja de anunciar
la riqueza de estas tierras en una coyuntura cada vez más marcada por la
escasez de materias primas de todo tipo. Pero se trata también de la
energía y las antiguas potencias coloniales (Gran Bretaña, Francia y, en
menor medida, Portugal) no quieren en absoluto soltar su presa. Nuevos
países, y no menores, se interesan por ella: por supuesto, Estados
Unidos, que se impone sobre todo estableciendo un comando, el AFRICOM,
para controlar África a partir de bases permanentes, pero también China,
que tiene una estrategia de poder blando; India y Japón, cuya ayuda al
desarrollo es de casi 2.000 millones de dólares. Con todo, nunca se ha
llegado el nivel de esta ayuda al desarrollo que los países
desarrollados fijaron en el 7% del PIB. Además, cada país condiciona
esta ayuda a una compra exclusiva en este país al tiempo que se fusionan
diferentes limosnas bajo este término.
En este marco, se nos informa de que Japón solicita el “brazo armado”
de Francia para abrir mercados en África: “[…] Francia aportará en este
dominio su pericia y sus medios en materia de lucha contra el
terrorismo. En efecto, la reciente toma de rehenes de In Amenas, en la
que fallecieron ciudadanos japoneses, ha venido a recordar a las
empresas niponas las razones de sus reticencias a implantarse en el
continente. Francia y Japón tienen intereses comunes en África: que el
continente sea estable y se convierta en un socio económico fiable,
dotado de una buena gobernanza, análisis […]. Los franceses conocen el
terreno y están bien integrados en las sociedades africanas en
determinados países francófonos. Francia es una potencia dominante en
esta región, cuenta con tropas sobre el terreno y con bases militares.
Japón, en cambio, tiene poca información sobre grupos como Aqmi [Al
Qaeda del Magreb Islámico]” (3).
La negación de las alternancias y los regímenes dinásticos
Con su particular lucidez Aimé Césaire fue uno de los primeros, si no
el primero, que habló del África posterior a la independencia. Sobre
todo escribió: “La lucha por la independencia es la epopeya, la
independencia adquirida es la tragedia”. Por su parte, Frantz Fanon
escribió: “El gran éxito de los enemigos de África es haber corrompido a
los propios africanos”. En África se practica la alternancia, ya sea
por medio de levantamientos populares ya sea por medio de la enfermedad.
Precisamente, uno de los grandes males de África se debe a unos
dirigentes que perpetúan el orden colonial en su propio beneficio al
tiempo que toman la sabia precaución de haber sido armados caballeros
por sus antiguos amos. La media de acaparamiento de poder suele superar
los diez años. Cuando el potentado cede el poder suele ser a beneficio
de su familia. Es una nueva forma de sumisión a distancia en la que el
africano trabaja para los demás, pero es incapaz de cubrir sus
necesidades. ¿Acaso es esto una maldición?
Las continuas injerencias occidentales
Hay que saber que los países occidentales e incluso los nuevos países
emergentes no tienen el menor problema en recolonizar a distancia a los
antiguos países [colonizados], lo que cuenta es que se permita el
saqueo y todos los eslóganes sobre los derechos humanos solo sirven para
deslumbrar. El sociólogo Hervé Amani nos describe los males de África
debido al colonialismo: “NKrumah*** había predicho que «la principal
prioridad de los intereses imperialistas es reforzar el colonialismo y
el neocolonialismo, y nos engañaremos a nosotros mismos de la manera más
cruel si consideramos que las acciones de los occidentales son claras y
sin relación entre ellas» […]. NKrumah no fue seguido por sus
semejantes. Para desgracia de África, los jefes de Estado cuya ideología
era la longevidad en el poder predicaron el nacionalismo mezquino y
siguieron los demonios de la división” (4).
“En 2013, es decir, cincuenta años después del discurso de NKrumah,
la Unión Africana continúa en gestación”. A continuación, Hervé Amani
desarrolla el macabro catálogo de las violencias que ha padecido África:
“Olympio en Togo, Yaméogo en Haute Volta, Ahomadégbé en Benin, Hamani
Diori en Niger, Modibo Kéïta en Mali… padecieron golpes de Estado;
Sankara fue asesinado… Según NKrumah, su crimen fue haber defendido los
intereses de su país, la dignidad de África. El coronel Gadafi fue el
incansable artífice del establecimiento de la Unión Africana. Había
emprendido la financiación de grandes proyectos como los preconizados
por NKrumah. El Guía fue asesinado por las potencias occidentales con el
falaz móvil de genocidio del pueblo. Entre los dirigentes de la época
que se opusieron al espíritu de la Unidad Africana de NKrumah está el
presidente Houphouët-Boigny de Costa de Marfil. Es un hecho. Sin lugar a
dudas su longevidad es fruto de una sumisión a las potencias coloniales
[…]” (4).
“Nos equivocamos cruelmente si nos alegramos de lo que le ocurrió a
Gadafi, a Gbagbo o a NKrumah. El nombramiento inesperado de lacayos por
medio de la fuerza militar solo sirve a los intereses de la potencia de
tutela y de la plutocracia”, continúa el autor y concluye: “África tiene
que unirse porque nuestra evolución económica exige el fin de la
dominación colonialista; ahora bien, cada Estado será impotente frente a
los imperialistas. Hay que repetirlo: NKrumah había predicho que «[…]
nos engañaremos a nosotros mismos de la manera más cruel si consideramos
que las acciones de los occidentales son claras y sin relación entre
ellas»” (4).
En ese sentido, dos fuerzas de acción rápida establecidas por Occidente tiene el objetivo de asentar el
statu quo. En el punto álgido de Francia-África, el presidente francés François Hollande invitado a la fiesta religiosa de la
zerda,
previno que “son los africanos quienes mañana tendrán que garantizar la
seguridad del continente”, aunque “Francia siempre esté a su lado” (4).
La corrupción
Entre 1980 y 2009 se transfirieron al extranjero 1350000 millones de
dólares de flujos financieros ilícitos procedentes de África. Según un
informe del Banco Africano de Desarrollo (BAD), África del Norte suma
415.600 millones de dólares de transferencias ilícitas durante este
periodo. En la región norteafricana estas salidas fraudulentas de dinero
conciernen en primer lugar a Egipto, seguido de Argelia en segunda
posición y por último de Libia. Lo más frecuente es que el dinero se
transfiera a paraísos fiscales, pero también a muchos países europeos, a
Estados Unidos y a otras regiones del mundo. “La huida de recursos
fuera de África en el curso de los últimos treinta años, aproximadamente
el [equivalente al] PIB actual de África, frena el despegue del
continente”, según Mthuli Ncube, economista jefe y vicepresidente del
BAD. “Siempre se ha tenido la idea preconcebida de que Occidente inyecta
dinero a África gracias a la ayuda extranjera y a otros flujos de
capitales del sector privado, sin recibir gran cosa a cambio. Nuestro
informe da la vuelta a este razonamiento: desde hace décadas África está
en una situación de acreedor neto en relación al resto del mundo”,
declara Raymond Baker, director del Centro de Investigación y de Defensa
GFI de Washington (5).
La corrupción en Argelia, por ejemplo, se ha convertido en una
ciencia exacta. Cuanto más se roba menos se arriesga. Así que pagan los
subordinados. Pero los peces gordos, así como los escándalos de las
«comisiones» que derraman las empresas que actúan en Argelia, acaban por
desmoralizar a los argelinos para quienes el doble rasero está más
presente que nunca.
La falta de visión de futuro
¿Qué se piensa que hace África ante todos estos agravios? ¿Acaso se
coordina con vistas a una seguridad alimentaria, con vistas a una
medicina de calidad?¿Estudia un desarrollo endógeno? ¿Pide que se la
deje en paz alimentado con armas a los beligerantes o apoyando a unos
tiranos que rechazan la alternancia? Nada de eso: ¡decide establecer una
fuerza de acción rápida!! Lo hace con armas occidentales precisamente
para mantener en el poder a tiranos consagrados y la frase de Chirac
adquiere todo su significado cuando declara: “Hay que apoyar a los
dictadores, de lo contrario no harían elecciones”, sobreentendiendo que
sea cual sea el resultado, lo esencial es que las elecciones se
celebren.
Las baladronadas tienen una época de bonanza ante sí. África, “coloso
con un sable enano”, quiere tener su fuerza de acción rápida según el
modelo francés. Recordemos la cacofonía de los países del África
Occidental reunidos en el seno de la Comunidad Económica de Estados de
África Occidental, organismo que a cuenta de Francia hace dóciles a los
presidentes de opereta. “Los presidentes africanos reunidos en una
cumbre en Addis-Abeba decidieron crear una fuerza de acción rápida
encargada de intervenir en los conflictos del continente, declaró el
presidente en ejercicio de la Unión Africana” (6).
El ridículo ya no mata, ¡quienes mueren son los condenados de la
tierra, consecuencia de una política de huida hacia adelante, de
obsesión por el poder !
Los conflictos futuros
Es un hecho que durante estos cincuenta años África nunca ha conocido
la paz debido a las interferencias de las antiguas potencias
coloniales, a la rareza de las materias primas de las que está
abarrotada y a la aparición de nuevos actores que hacen unas propuestas a
África que esta no podrá rechazar. Entre estos conflictos del futuro
están sobre todo los debidos a los cambios climáticos para los que
África no tiene respuesta alguna y que hacen que después de los
refugiados políticos que son consecuencia de las guerras perpetuas, de
los refugiados económicos que son consecuencia de epidemias pandémicas,
tengamos cada vez más refugiados climáticos que no tendrán a dónde ir y
no podrán sino seguir muriéndose poco a poco.
Además de ello y a consecuencia también de la demografía, [está] el
agotamiento de los recursos hidráulicos en algunas regiones. La próxima
guerra del agua se perfila en el horizonte como demuestra el conflicto
latente sobre las aguas del Nilo.
“Desde 2010 Etiopía, Kenia, Uganda Burundi, Ruanda y Tanzania son
signatarios de un nuevo tratado de reparto de las aguas del Nilo. Este
texto pone en tela de juicio un tratado precedente que databa de 1929 y
fue enmendado en 1959 por Egipto y Sudán. Este primer tratado otorgaba
la mejor parte a Egipto y Sudán, los cuales disfrutaban de
aproximadamente el 90% des las aguas del Nilo. […] Etiopía emprendió en
2011 las obras de su Gran Presa del Milenio, que produciría más de 5000
megavatios, contendría cerca 6300 millones de m3 de agua y se
convertiría en la primera presa de África […]” (7).
Según las últimas noticias, el embajador de Asuntos Exteriores
egipcio convocó al embajador etíope, aunque aún no se ha llegado a
ningún acuerdo entre Egipto, Etiopía y Sudán concerniente a la gestión
de las aguas del Nilo. Las obras empezarán el martes 28 de mayo. La
presa costará 3,2 mds. Para construirla hay que secar y desviar el lecho
natural del Nilo Azul. En varias ocasiones Egipto y Etiopía han estado
al borde del enfrentamiento directo debido a esta cuestión crucial para
ambos países (8).
¿Es racista la Corte Penal Internacional (CPI)? Los potentados
africanos están inquietos: temen acabar sus días en La Haya. El CPI
lleva a cabo una “especie de caza racial” al perseguir únicamente a los
africanos, ha afirmado el presidente en ejercicio de la Unión Africana,
el primer ministro etíope Hailemariam Desalegn. Estos mismos países, la
mayoría de los cuales han ratificado el Tratado de Roma, creen que hay
racismo y que lo que se pone en tela de juicio no es su desastrosa
gestión. Es cierto que esta institución creada por los países
occidentales para imponer un orden, el suyo, tiene por objetivo castigar
a quienes no pasan por el aro en nombre de los derechos humanos, cuya
definición universal alguien tendrá que darnos alguna vez. Hay que
recordar que Estados Unidos no ha firmado el Tratado de Roma que creaba
la CPI debido a que la constitución estadounidense prohíbe que sus
ciudadanos sean juzgados por otros países.
Por lo que se refiere a Argelia, juega a ser mecenas y acaba de
anular una deuda de 900 millones para asumir plenamente su compromiso a
favor de la promoción económica del continente. Se habrá comprendido, un
pozo sin fondo con una prima de ingratitud de estos países es lo que
hace que no haya ninguna contrapartida a la inversión, ni política ni
económica. Con 900 millones de dólares. Equivalen a diez universidades
de alto nivel….
Chems Eddine Chitour
Texto original en francés :
Les huit plaies de l’Afrique : Cinquante ans d’errance, 03 juin 2013
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
* Patrice Lumumba fue un dirigente anticolonialista y nacionalista
congolés, y la primera persona que desempeñó el cargo primer ministro
del país una vez recuperada la independencia. Sobre su asesinato,
véase”El asesinato de Patricio Lumumba”,
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=15365 (N. de la t.).
** Jules Ferry, político francés (1832-1893): “Las razas superiores
tienen derecho con respecto a las razas inferiores porque existe un
deber para con ellas; las razas superiores tienen el deber de civilizar a
las razas inferiores” (N. de la t.).
1. Claire Brisset
http://www.monde-diplomatique.fr/2013/06/BRISSET/49201
2. Chems Eddine Chitour:
http://www.legrandsoir.info/l-afrique-nourrit-les-autres-le-grabbing-des-terres.html
3. Emilie Guyonnet,
http://www.monde-diplomatique.fr/2013/06/GUYONNET/49208
*** Kwame Nkrumah fue el primer presidente de Ghana una vez lograda
la independencia, defensor del panafricanismo y uno de los fundadores de
la Organización de la Unidad Africana. Fue derrocado por un golpe de
Estado
(N. de la t.).
4. Hervé Amani
http://www.legrandsoir.info/50e-anniversaire-de-l-ua-l-unite-africaine-a-l-epreuve-des-africains.html 29 mai 2013
5. Zhor Hadjam, Transfert illégal de capitaux en Afrique du Nord. L’Algérie talonne l’Egypte, El Watan, 30 05 2013.
6. Aniss Z., Sommet de l’Union africaine à Addis-Abeba des pays
veulent une force africaine de réaction rapide, El Watan, 28 05 2013
7. Gaëlle Laleix,
http://www.slateafrique.com/2161/tensions-eau-bassin-du-nil 29 05 2011
8.
http://www.econostrum.info/Le-Nil-provoque-des-tensions-entre-l-Egypte-et-l Ethiopie_a14783.html
Fuente: http://www.mondialisation.ca/les-huit-plaies-de-lafrique-cinquante-ans-derrance/5337447
Chems Eddine Chitour es ingeniero de la Escuela
Politécnica de Argelia. Es autor de varias obras sobre la energía y los
retos estratégicos. También trata de explicar en sus obras la historia y
las mutaciones del mundo. Así, ha escrito varios ensayos sobre la
historia de Argelia, la educación y la cultura, la globalización, los
retos del islam y la emigración.