La coalición gobernante de Malasia ganó el domingo las elecciones
nacionales para extender sus 56 años en el poder, al imponerse a una
alianza opositora que se había comprometido a limpiar la política y
poner fin a los conflictos raciales en la tercera mayor economía del
sudeste asiático.
Pese a los esfuerzos, la oposición multiracial fue incapaz de
derribar uno de los gobiernos más antiguos del mundo y lograr lo que
habría sido la mayor sorpresa en la historia electoral de Malasia.
El gobernante Barisan Nasional, o Frente Nacional, superó los 112
escaños que significan una mayoría simple en el Parlamento nacional
compuesto por 222 asientos.
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