Por: Catalina Ruiz-Navarro
Feliciano Valencia ganó el Premio Nacional de la Paz en 2000. / David Campuzano
El viernes pasado a las cinco de la tarde, se lanzó en el Club de Ejecutivos el movimiento País Común, con la candidatura de Feliciano Valencia para la Presidencia. Valencia es el reconocido líder indígena de los pueblos del Cauca, ganador del Premio Nacional de la Paz en el año 2000 y uno de los protagonistas de los enfrentamientos entre indígenas y el Ejército Nacional en la base militar de Toribío. Una de las voces más representativas del movimiento indígena en Colombia, ha hecho fuertes denuncias contra el Ejército, ha sido tachado de guerrillero y hoy se consolida como un líder indiscutible de la izquierda colombiana.
En el auditorio se encontraban al menos 300 personas, entre indígenas de comunidades de todo el país, Caquetá, Huila, Tolima, Valle del Cauca, La Guajira y Magdalena, representantes de la comunidad afrocolombiana y del movimiento estudiantil. Como voceros del movimiento estaban el académico Daniel Libreros y la representante de la MANE, Paola Galindo, y como madrina, Piedad Córdoba.
“Hemos resistido más de 500 años, podemos aguantar un año de campaña electoral, podemos afrontar al candidato presidente que quiere ser reelegido y a los otros”, dijo Feliciano Valencia al tomar el micrófono. “Estamos de frente contra el Estado neoliberal, contra el mercado depredador que sacrifica y acaba con la vida”, añadió entre aplausos, y pasó a explicar la agenda básica del movimiento.
¿Cuándo nació País Común?
Nos dimos cuenta de que no es suficiente la lucha en los territorios, sino llegar a la política en la capital. Por eso queremos llegar a gobernar, para demostrarle al país y al mundo que la gente de abajo también puede gobernar.
¿En qué consiste su propuesta?
Primero, terminar la guerra. Eso pasa por un ejercicio de depuración de la fuerza militar y, en Colombia, una revisión del presupuesto público para sostener la guerra y una profunda revisión de la asesoría internacional. Terminar la guerra significa terminar con la pobreza en las regiones, significa que la gente tenga salud digna, vivienda digna, educación digna pública popular de calidad. Terminar la guerra significa satisfacer las necesidades básicas que tiene la gente, es la revolución de los derechos sociales.
¿Qué opina del proceso de paz?
No se puede hablar de paz cuando se sigue aplicando una política estatal que va en contra de los derechos de los pueblos y las regiones. No se puede hablar de paz mientras continúa la guerra. Que el Gobierno detenga la guerra, detenga la militarización, garantice el bienestar para la gente, y verá que podemos andarle mas rápido a la paz.
Pero, ¿cómo puede el Gobierno detener la guerra?
Uno, depurando a la Fuerza Pública que está operando en el territorio, porque está violentando el derecho internacional. También, no haciendo asistencialismo, sino políticas públicas de verdad que ataquen directamente los problemas sociales de las regiones.
¿Qué dejaron los enfrentamientos del año pasado con el Gobierno?
Aprendimos que el Gobierno y sus funcionarios desconocen mucho de lo que la gente viene haciendo. El Gobierno tiene que escuchar. ¿Por qué no recogen lo que la gente ha estado haciendo? La institucionalidad colombiana se fortalece si incluye a los cabildos, a los resguardos y a otras organizaciones étnicas.
¿Cómo están organizados con otros grupos indígenas?
Ayer tuvimos un encuentro de autoridades indígenas en Medellín, donde vamos a concretar nuestra propuesta de paz, y hoy vamos a salir a caminar para decir que esta es la paz que proponemos los indios, todos los indios del país. Nos falta concretar la agenda de paz, que en esencia es sencilla: tierra, territorio, autonomía, gobierno propio y vida sabrosa.
¿Cómo mejorar el sistema de salud?
Hay que acabar con las EPS, no son funcionales. Vamos a entregarles la salud a las instituciones públicas que tenemos en las localidades. Vamos a hacer control de los recursos. No vamos a permitir que se sigan cerrando hospitales porque la salud es un derecho que no hemos conquistado.
¿Qué propone en cuanto a la explotación de recursos naturales?
Si tenemos que echar mano a los recursos, hagámoslo, pero solamente lo necesario y con el criterio de consultarle a la gente. No podemos repetir lo de El Quimbo, lo de La Colosa, lo del Cerrejón. Vienen los megaproyectos y nunca le consultan a la gente.
¿Cómo conseguir recursos para tantos cambios sociales?
Que las grandes empresas y transnacionales paguen impuestos. Que los ricos paguen los impuestos y los pobres no. Si les cobramos los impuestos a las transnacionales, a los grandes empresarios, generaríamos recursos suficientes para rebajar el IVA, atender los problemas sociales, atender la salud, atender la educación.
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