Nairobi (Agencia Fides) - “Ya no se dispara,
pero las tensiones siguen siendo altas porque la población está irritada
por la forma de intervención del ejercito. Algunas patrullas militares
han sido objeto de lanzamientos de piedras por parte de los habitantes.
Esperemos que pronto disminuya la tensión”, dice a Fides Su Exc. Mons
Paul Darmanin, Obispo de Garissa, en el este de Kenia, en la frontera
con Somalia, que ayer fue el centro de los combates entre el ejército y
un grupo armado responsable de un atentado que causó la muerte de tres
soldados (véase Fides 20/11/2012). Se supone que los autores del
atentado están relacionados con los Shabaab de Somalia.
“Ahora se puede salir de casa, de hecho en este momento vengo de una parroquia fuera de Garissa donde tenía que ir el domingo, 18 de noviembre para administrar la Confirmación, pero me vi obligado a renunciar por los combates”, dice el Obispo.
Según testimonios recogidos por agencias internacionales, el ejército Keniata ha disparado sin distinciones contra la población de Garissa, que es en su mayoría somalí. El mercado de la ciudad fue incendiado por los militares. Un portavoz del ejército, sin embargo, niega que el ejército se haya responsabilizado de estos crímenes.
Un ex diputado de la región ha afirmado que los keniatas de etnia somalí son mirados con sospecha por las fuerzas de seguridad y por la población que no es somalí, porque consideran que apoyan a los Shabaab, contra los cuales el ejercito Keniata esta conduciendo una operación militar en el sur de Somalia. La cercanía de las elecciones presidenciales y políticas de marzo de 2013 acrecienta el peligro de un uso político de las tensiones sociales y étnicas. (L.M.)
“Ahora se puede salir de casa, de hecho en este momento vengo de una parroquia fuera de Garissa donde tenía que ir el domingo, 18 de noviembre para administrar la Confirmación, pero me vi obligado a renunciar por los combates”, dice el Obispo.
Según testimonios recogidos por agencias internacionales, el ejército Keniata ha disparado sin distinciones contra la población de Garissa, que es en su mayoría somalí. El mercado de la ciudad fue incendiado por los militares. Un portavoz del ejército, sin embargo, niega que el ejército se haya responsabilizado de estos crímenes.
Un ex diputado de la región ha afirmado que los keniatas de etnia somalí son mirados con sospecha por las fuerzas de seguridad y por la población que no es somalí, porque consideran que apoyan a los Shabaab, contra los cuales el ejercito Keniata esta conduciendo una operación militar en el sur de Somalia. La cercanía de las elecciones presidenciales y políticas de marzo de 2013 acrecienta el peligro de un uso político de las tensiones sociales y étnicas. (L.M.)
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