jueves, 20 de septiembre de 2012

Mundo La crisis económica y la resistencia de los trabajadores

Renato Cesar
Liga Internacional de los Trabajadores
Adital
Jueves 20 de Septiembre de 2012
Las perspectivas en Francia no son muy diferentes de los otros países de la UE. De un lado, una economía en ritmo lento, de otro, la lucha de los trabajadores a ritmo creciente. ¿Será que podremos tener un otoño caliente este año?
Desaceleración de la economía y aumento del desempleo
La economía francesa está en plena desaceleración. En el segundo semestre la economía francesa no creció (0%). Desde finales del año pasado, la economía francesa patina: entre el crecimiento nulo y un ínfimo crecimiento. Esta es una señal de que la recuperación, alcanzada en el 2010, (crecimiento del 1,5%) y en el 2011 (1,7%), ya perdió fuerza y que, de acuerdo con los principales analistas, la economía francesa, así como en los países de la Unión Europea, tiende a entrar en la recesión. Un dato interesante para pensar en el ritmo de la economía francesa es el de la creación de empresas: en el mes de agosto, el pedido de creación de empresas cayó el -5,5%. El acumulado anual es del -1% [1].
Esta desaceleración de la economía se combina con un aumento del desempleo. En Francia metropolitana (sin sus colonias), el nivel de desempleo cerró en el 9,7% en el segundo trimestre del 2012, el peor índice desde 1999. Si consideramos a las colonias francesas, como Guayana y la isla de Reunión, la tasa de desempleo llega al 10,2%. El nivel de desempleo es mayor entre los jóvenes (de 15 a 24 años), 22,7% en Francia metropolitana [2]. En un año en el cual la economía tuvo un crecimiento insignificante, el desempleo aumentó el 0,6%.
Con la perspectiva de recesión, la tendencia es que el número de desempleos aumente en toda Francia. Diversas empresas anunciaron planes de despidos masivos. La PSA Peugeot Citröen, una de las mayores empresas de capital francés, anunció un plan de restructuración con 8 mil despidos, que compromete el cierre de una planta en la ciudad de Aulnay-sous-bois, próxima a París. La empresa de aves Doux presentó una declaración de quiebra e irá despedir, como mínimo, 960 trabajadores de sus 1700. Hay planes de despidos en la gigante del acero, Arcellor Mittal, en Carrefour (uno de los mayores empleadores de Francia) y en otras empresas. De acuerdo con un estudio, las pequeñas empresas, con hasta 20 trabajadores, deben despedir hasta 100 mil trabajadores, de octubre a diciembre de este año, debido a los problemas financieros.
¿El cambio no era ahora? Hollande continuador de Sarkozy
Si la situación va a mal, lo mínimo que se podría esperar es una política gubernamental que ayudase a promover la economía y luchase contra el desempleo. Fue con esta intención que millones de franceses depositaron, en las elecciones, el voto en Hollande. El presidente del Partido Socialista tenía como slogan de campaña "el cambio es ahora”. Pero, en 4 meses de gobierno, la mayoría de la población no está viendo ningún cambio: apenas el 43% de los franceses dan su confianza al gobierno, en tanto el 53% no deposita ninguna confianza en que Hollande irá a cambiar [3].
En poco tiempo de gobierno, Hollande ya tomó medidas contra los trabajadores. Luego del inicio del gobierno, anunció el congelamiento de la contratación de empleados públicos. A inicios de octubre, como el país es uno de los principales "señores” de la Unión Europea, deberá reglamentar su presupuesto hacia un déficit máximo de 3% para el año que viene, firmando el Tratado por la Estabilidad, Coordinación y Gobernabilidad Europea (TSCG).
En relación al presupuesto, el gobierno viene mostrando cuáles son sus prioridades. Para alcanzar un déficit del 4,5% en el 2012, el gobierno anunció una "ratificación del presupuesto”. Entre las medidas que están anunciadas para aumentar el dinero disponible para el pago de la deuda, el aprieto se sustenta sobre los gastos públicos, el congelamiento de créditos del gobierno (la principal área afectada es la ambiental), la limitación en el seguro de salud, la reducción en 2,5% de los empleos públicos (vía la no sustitución de los jubilados), entre otras medidas. Ya, para el próximo año, el objetivo del gobierno es un déficit del 3%, lo que significa apretar aún más. La propuesta de presupuesto de Hollande, para el 2013, es simple: ningún euro más para el área social, aumento de impuestos indirectos, recorte de empleados públicos y el mayor recorte en el presupuesto de la Unión (cerca de US$ 39 mil millones). Es una verdadera política de austeridad, pero Hollande prefiere llamar de "esfuerzo” y no de "recorte”. Todo para pagar los intereses de la deuda para los bancos.
Para alcanzar este objetivo, el gobierno necesita de "socios sociales”. El 9 y 10 de julio de este año, fue organizada una gran "conferencia social”, que reunió a los sindicatos patronales, los sindicatos de los trabajadores y el gobierno. En esta conferencia se previó nuevas medidas para "bajar el costo del trabajo”. La declaración del ministro del trabajo sobre el asunto es clara en esto: Francia necesita de una "reforma profunda del código laboral”. En esta "profunda” reforma, incluye el aumento del dispositivo de "desempleo parcial”: una forma de despido, realizada por las empresas que están en "dificultades” o "restructuraciones”, en el cual el Estado paga parte del salario del desempleado durante este período (que será menor de lo que el salario recibido anteriormente) y que no da ninguna garantía para que el trabajador regrese al trabajo [4]. En este verdadero pacto contra los trabajadores, el gobierno y los sindicatos, también discuten otra reforma, la de las jubilaciones, el aumento de los impuestos indirectos, como el CSG (Contribución Social Generalizada) [5] y la vinculación del aumento del salario mínimo al crecimiento del país [6].
En relación a las empresas que están cerrando o despidiendo, Hollande y sus ministros no hacen más que "bravatas”. Dicen que es un absurdo el despido de los trabajadores, que tendrán que ser revisados pero, hasta ahora, el gobierno no tomó ninguna medida efectiva para impedir los despidos y los cierres que están dándose. Un informe de las cuentas de PSA, que apareció recientemente, demuestra cual será la estrategia de la burguesía francesa: con la producción en alza y las ventas cayendo, la burguesía francesa chantajea al gobierno. Para ella, o el gobierno se hace presente con exenciones de impuestos y dinero, o será necesario ir detrás de una mano de obra más barata en países semicoloniales, como los países del este europeo.
Es en este marco que el gobierno de Hollande anunció un programa de "empleos del futuro”. La lógica es bastante simple: las empresas que adhirieren podrán escoger entre contratar jóvenes, a través de contratos por tiempo determinado (CDD, en francés), o por contratos por tiempo indeterminado (CDI) -esta va a ser una opción difícil para la empresa... El contrato tendrá la duración mínima de un año y máxima de tres años. Parte de los salarios de estos jóvenes será pagado por el gobierno (entre el 35 y el 75%). O sea, este programa no pasa de un "regalo” para las empresas, ya que la ganancia por el trabajo de estos jóvenes será toda embolsada por los accionistas. No es de extrañar que la primera ciudad escogida para ser piloto del programa es Amiens. Esta ciudad, en el norte del país, pasó por recientes conflictos entre los jóvenes de la periferia y la policía francesa [7].
Además, la política anti-inmigrante permaneció: el gobierno está persiguiendo los campamentos de gitanos por todo el país y enviándolos nuevamente a Rumania. El ministro del interior, Manuel Valls, viajó a Rumania recientemente y realizó un acuerdo con el país para tratar de "frenar” la inmigración de rumanos a Francia.
Parece que nada cambió de la época de Sarkozy.
Los trabajadores resisten
En este escenario hay una cosa que anima a los revolucionarios: la resistencia de los trabajadores. Diversas movilizaciones atraviesan el país.
La lucha de Fralib, ubicada en la ciudad de Geménos, al sur del país, y perteneciente al grupo UNILEVER, dura más de 700 días: la empresa está ocupada por cerca de 180 asalariados, que esperan la ayuda del gobierno para conseguir mantener los empleos y continuar funcionando.
Los trabajadores de la empresa PSA, de Aulnay, están en lucha contra el cierre: están esperando que el gobierno cumpla sus promesas de tomar medidas; el día 14/09, cerca de 200 trabajadores ocuparon un peaje en Senlis, próximo a París, y dejaron el pase libre para los carros. La propietaria del peaje es una de las accionistas de PSA. La próxima semana habrá una marcha en París para exigir del gobierno medidas efectivas.
Además de éstas, existen otras luchas como la de Sanofi, empresa del ramo farmacéutico, que pretende cerrar en Toulouse y parte de la empresa en Montpellier. Los trabajadores de Montpellier están realizando los "jueves de cólera”, en los cuales los trabajadores realizan asambleas y actos, bloqueando las calles de las ciudades contra los planes de restructuración de la empresa.
Están previstas dos movilizaciones nacionales. El día 30/9, con acuerdo de diversos partidos, sindicatos y movimientos sociales, se realizará la marcha nacional contra la ratificación del TSCG. Este tratado pretende imponer un límite estructural del déficit en 0,5%, todo para garantizar el pago de la deuda a los banqueros. Lamentablemente, la CGT, principal central sindical, y la UNEF, principal unión de estudiantes, que se pronuncian contra el tratado, no están llamando a la movilización. Además de esta movilización, el día 9/10 la dirección de la CGT está llamando a actos en defensa de la industria y del empleo. A pesar de que el programa es bastante tacaño para combatir el desempleo, esta podrá ser una movilización importante de los trabajadores contra las políticas del gobierno de Hollande y de la burguesía francesa. Si estas luchas fueran para al frente, el otoño francés promete ser caliente.
Notas:
[1] http://www.insee.fr/fr/themes/info-rapide.asp?id=41&date=20120914.
[2] Estos datos fueron sacados de: http://www.insee.fr/fr/themes/info-rapide.asp?id=14.
[3] http://www.nationspresse.info/?p=186737.
[4] http://fr.reuters.com/article/topNews/idFRPAE88D02M20120914.
[5] El CSG es un impuesto sobre la renta, para financiar la protección social (seguro de desempleo, seguro de salud, jubilaciones, etc.) –casi el 60% de la protección social es financiada por cuotas descontadas de los salarios de los trabajadores. El objetivo del gobierno es aumentar el CSG y bajar la cuota pagada por los patrones: de esta forma, el gobierno conseguiría aumentar la recaudación y bajar el "costo del trabajo”, rebajando el salario indirecto recibido por los trabajadores. es importante decir que, desde el 2009, parte del CSG sirve para pagar la deuda pública.
[6] Hélène Bertrand, La gran conferencia social: ¿"una nueva etapa”? Revista L'émancipation syndicale et pédagogique (La emancipación sindical y pedagógica, septiembre del 2012.
[7] Sobre los conflictos ver: http://www.litci.org/pt/index.php?option=com_content&view=article&id=3263:leonardo-marques-nunes&catid=134:francia.
[Traducción: Laura Sánchez].

No hay comentarios: