La Paz, 17 may (EFE).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, recomendó hoy al mundo y especialmente a África su modelo de economía de nacionalizaciones, para recuperar el control estatal de los recursos naturales.
El mandatario dijo que la economía boliviana ha vivido cambios profundos desde que en 2006 nacionalizó los hidrocarburos y por eso recomienda "a todo el mundo" y a "África especialmente" la recuperación del control de los recursos.
Morales invitó al mundo a seguir su ejemplo en la inauguración de un Congreso Internacional sobre Gas y Petróleo, organizado por la firma estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en la ciudad oriental de Santa Cruz.
"Hay trasnacionales que se adueñan y la pobreza crece", mientras hay "gobiernos que no tienen recursos económicos para invertir en temas sociales", dijo el populista y nacionalista Morales ante decenas de funcionarios de su Gobierno y algunos representantes de multinacionales petroleras.
Según Morales, los ingresos de YPFB en 2005 eran de solo 300 millones de dólares y este año subirán a 3.000 millones.
Agregó que la inversión estatal global llega a 5.000 millones de dólares, cuando hace siete años era de solo 600 millones, de los cuales un 70 % provenía de la cooperación extranjera.
Insistió en que el cambio es producto del control de los recursos naturales y de su decisión de buscar empresas que invierten y tengan utilidades, pero que sean socias y no patronas.
Morales reiteró su amenaza de que no tolerará que las empresas petroleras conspiren con la oposición contra él.
En Bolivia opera una docena de petroleras, entre ellas la española Repsol, la brasileña Petrobras, la franco-belga TotalFinaElf y la británica British Gas.
Repsol firmó este miércoles dos convenios con la estatal YPFB para estudiar el potencial de dos áreas de exploración de hidrocarburos, uno en el departamento oriental de Santa Cruz y otro en el andino de Potosí.
Desde que llegó al poder en 2006, Morales ha nacionalizado cerca de veinte empresas en diversos sectores, aunque sus críticos señalan que, pese a su retórica nacionalista, solo compró las respectivas acciones, pero dio una imagen de Bolivia como país peligroso para nuevas inversiones.
La última expropiación fue la de la filial de Red Eléctrica de España el pasado 1 de mayo, cuando tropas armadas ocuparon sus oficinas prácticamente vacías. EFE
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