"América Latina se está colocando a la vanguardia de los procesos de cambio a nivel mundial, se está construyendo una nueva modalidad de mundialización de las economías con presencia de las empresas del Estado y su vinculación, su articulación y su asociación con las empresas desterritorializadas o grandes empresas que vienen de otras regiones. Esto es lo novedoso, y va a seguir siendo la característica de la economía en los siguientes 20 a 30 años", aseguró el Segundo Mandatario en ocasión de la clausura del II Congreso Internacional YPFB del Gas y del Petróleo.
García, explicó que la crisis de la economía globalizada empresarial o individualista está mostrando con mayor intensidad la necesidad de regreso a la presencia del Estado como portavoz del concepto de lo universal, de lo común y de lo colectivo.
"Ahora estoy seguro que estamos entrando a otra manera de globalización, a otra manera de economía global, eso es algo ya irreversible, a partir de un renacimiento del protagonismo de los estados como núcleos geoterritoriales de articulación de poblaciones, de regulación de flujos económicos, financieros y comerciales, de preservación de derechos y de redistribución de la riqueza", manifestó.
Aclaró, que esa revolución económica mundial a la que se asiste, significa el despliegue de la globalización en la que el protagonista principal no son las empresas transnacionales, sino las estatales como reposicionamiento de lo común, de lo colectivo del derecho de los pueblos, de las sociedades, de los consumidores y de las empresas, pero a partir del Estado.
Señaló que la nueva etapa de globalización a partir de los núcleos territoriales estatales delineará la nueva articulación del comercio, flujos financieros, derechos y la redistribución de la riqueza.
"Las interdependencias económicas van a mantenerse y van a reforzarse, es más se están intensificando, pero con otro comando, el Estado, los estados, las empresas del Estado, y lo novedoso es que este regreso del Estado en el siglo XXI, que estoy seguro va a contagiar también a la vieja Europa, como una forma de renacimiento de esas sociedades no está significando el desmonte, el apartamiento o el alejamiento de los núcleos empresariales desterritorializados llamadas trasnacionales, no", precisó.
"Lo que va a dar en esta nueva fase de la economía mundial de regreso del Estado va a ser una combinación entre presencia estatal y presencia de empresas desterritorializadas, distinto al siglo XX. En el siglo XX se dio un tipo de economía en la que se apostaba por empresas del Estado como constructores de la economía y de mercado interno, no va a regresar eso. Lo que vamos a tener es una fuerte presencia del Estado, pero con una vinculación más regulada, más equilibrada en el sentido de sociedad, de socios que comparten decisiones en inversiones, pero que en el tema de la organización de la sociedad y de la consolidación de derechos quien toma el mando es el Estado", aseguró.
En esa línea, señaló que queda dos desafíos que enfrentar; primero, cómo se construye una planta administrativa, o personal, con una estructura más lógica, moderna, eficiente, proactiva y competitiva desde el Estado.
"Las nuevas empresas del Estado, protagonistas de la economía globalizada del siglos XXI tienen que tener un personal, un intelecto colectivo que una las virtudes del sentimiento de lo común con el profesionalismo, la eficiencia de un buen manejo empresarial. Ese es el gran reto, si queremos que las empresas del Estado cumplan un papel progresista, redistributivo y expansivo en cuanto a la presencia en la economía mundial en los siguientes años", manifestó.
Segundo, que en la etapa de mundialización de la economía del siglo XXI debe estar incorporadas temáticas medioambientales que estaban ausentes en el siglo XX.
"Se necesita implementar no solamente medidas administrativas capaces de cuidar el medio ambiente, sino de inventar y fomentar tecnologías que sean respetuosas del medio ambiente, porque ya hay una conciencia planetaria de que lo que hoy hacemos mal lo pagarán las siguientes generaciones, por lo que todo conglomerado privado tiene que asumir como parte de esos retos el nuevo siclo de modernización y de modificación tecnológica de la producción industrial petrolera y generar tecnologías cada vez más eficientes económicamente y más preservadoras del medio ambiente", concluyó el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera.
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