Una pregunta va a sobrevolar la reunión que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tendrá con su par de Brasil, Dilma Rousseff, este lunes en Washington: ¿cuánto tienen de socios y cuánto de rivales las dos mayores potencias políticas y económicas del hemisferio?
Claro que es difícil que esa cuestión se plantee en términos directos y será más factible que al final del encuentro el mensaje oficial sea de amistad o sociedad entre ambas naciones, como suele ocurrir cuando se juntan jefes de Estado.Pero Obama y Rousseff tendrán varios puntos sobre los cuales ponerse de acuerdo, desde asuntos de cooperación bilateral y transferencia de tecnología hasta intercambio de estudiantes.
Algunos analistas advierten que ciertas diferencias en política exterior entre sus gobiernos y el hecho de que Brasil esté ganando influencia en la región a costa de Washington también sientan las bases para una mayor competencia mutua. "Lidiar con eso" "Ambas cosas o ninguna", dijo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de análisis basado en Washington, cuando BBC Mundo le preguntó si Estados Unidos y Brasil son socios o rivales."Socios implica algo mucho más profundo y consolidado de lo que vemos entre Brasil y Estados Unidos, pero rivales también sugiere algo un poco más competitivo", explicó.
Shifter descartó que ambos países tengan agendas claramente definidas para la región, pero sostuvo que existe al menos cierta competencia planteada en términos de influencia hemisférica."De algún modo Brasil es incuestionablemente un poder regional. En particular en Sudamérica es cada vez más influyente, y Estados Unidos está menos y menos activo e involucrado a nivel político en la región", dijo."Esa es la realidad y los dos países están aprendiendo a lidiar con eso", agregó.
El mayor peso brasileño en América Latina se ha notado por ejemplo con el aumento de más de mil por ciento en los créditos que el estatal Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) dio entre 2001 y 2010 a empresas de su país para obras de infraestructura en la región.Transformado en la sexta economía mundial, Brasil es un motor cada vez más importante de actividad entre sus vecinos.Brasil también ha mostrado su músculo político con su apoyo a la formación de organismos regionales como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac), donde Estados Unidos brilla por su ausencia.
Interés mutuo
Pese a todo esto, en el gobierno brasileño se observa a Washington "más como un socio que como un rival", sostuvo Thiago de Aragao, un analista de la consultora Arko Advice, con sede en Brasilia.Aunque Brasil ha visto a China erigirse recientemente como su principal socio comercial en lugar de Estados Unidos, sus exportaciones al país norteamericano retomaron impulso a comienzos de este año.
A su vez, "Brasil es visto como un país con el potencial de buscar soluciones en la región, tanto para él mismo como para Estados Unidos", sostuvo Aragao.Agregó que las relaciones bilaterales pasan por un buen momento desde que Obama viajó a Brasil el año pasado, tras el enfriamiento que hubo cuando el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva buscó al final de su mandato una solución propia al conflicto por el programa nuclear de Irán.
Rousseff, conocida por su pragmatismo, incluyó en su agenda visitas a la Universidad de Harvard y al Instituto de Tecnología Massachusetts (MIT) para hablar de un programa brasileño de formación científica en el exterior.
Temas sensibles
Al mismo tiempo, los analistas creen que existen diferencias importantes entre Estados Unidos y Brasil a la hora de decidir cómo tratar con países como Siria, Venezuela o Cuba.Diversos observadores han notado que la presencia de Rousseff en Estados Unidos carecerá del estatus especial de "visita de Estado" que tuvieron las del presidente de China o del primer ministro de India.
Estos dos países forman junto con Brasil y Rusia el club de potencias emergentes conocido como BRICs.Shifter opinó que eso "es una señal de que Estados Unidos no ve a Brasil en los términos de importancia estratégica que ve a India, por ejemplo, y va a pasar un tiempo antes de que la relación llegue a ese nivel"."Brasil está ocupando un lugar más fuerte en el escenario mundial, tanto económica como políticamente, y muchos brasileños creen que Obama y Estados Unidos tienen que mirarlo más en serio", dijo David Fleisher, profesor de ciencia política en la Universidad de Brasilia.
Fleisher sostuvo que Brasil también se resintió por el apoyo que Obama dio a las aspiraciones de India de ocupar una silla permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, porque hasta ahora ha evitado hacer lo mismo con el gigante sudamericano.En Brasil causó molestia además la reciente cancelación de un contrato de la Fuerza Aérea estadounidense para comprar 20 aviones Super-Tucano a la constructora brasileña Embraer, cuyo prestigio (y facturación) hubiese aumentado con esa venta inédita. Al mismo tiempo, Washington aguarda la definición de Brasil sobre la compra de 36 aviones cazas, donde la estadounidense Boeing compite con la francesa Dassault y la sueca Saab.
Es probable que algunos de estos temas sensibles ingresen en la conversación entre Obama y Rousseff, pero nadie parece aguardar soluciones ni acuerdos inmediatos entre sus países."Son socios sí", evauló Fleisher, "pero también tienen diferencias y competencias, eso es claro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario