Natasha Pitts
Mientras que la VI Cumbre de las Américas no produjo los resultados esperados, la V Cumbre de los Pueblos, protagonizada por organizaciones sociales y populares del Continente, que se realizó simultáneamente al encuentro de presidentes, estuvo repleta de debates y deliberaciones. El evento, que se realizó del 12 al 14 de abril, en Cartagena de Indias, Colombia, produjo una declaración con innumerables demandas y la confirmación de que la lucha popular pacífica contra el neoliberalismo continúa.
La declaración de la V Cumbre de los Pueblos señala como primer punto de repudio la insistencia del gobierno de Estados Unidos de imponer su agenda y querer decidir sobre los rumbos de las decisiones de la Cumbre de las Américas. Esa intransigencia quedó en evidencia con el veto a la participación de Cuba y al mantenimiento de las estrategias de militarización, usada como pretexto para la guerra contra las drogas, la atención de desastres naturales y el control de la migración.
Los activistas sociales también recordaron el apoyo de Estados Unidos al golpe de Estado en Honduras y al régimen ilegítimo del actual presidente Porfirio Lobo, así como los intentos de desestabilizar a Haití, el mantenimiento del bloqueo económico a Cuba, la conservación de la base militar de Guantánamo y la oposición a la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.
Canadá también fue citado. El país está convirtiéndose en una referencia negativa en lo relativo a la actuación minera en países de América Latina.
"El gobierno canadiense ha promulgado una política de tratados de libre comercio e industria de mega minería y de extracción de recursos naturales y energéticos en toda América Latina. Sus empresas están causando daños irreversibles al ambiente y la biodiversidad, violando los derechos de los pueblos a sus territorios. Los conflictos sociales y ambientales se multiplican en la región como resultado de este modelo depredador”, denuncia el texto de la declaración.
A pesar de estos problemas, los participantes de la V Cumbre de los Pueblos reconocen los avances en materia de integración regional, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac). El documento final señala también que los gobiernos democráticos, progresistas y de izquierda necesitan continuar en el sentido de "avanzar hacia la superación del modelo basado en el extractivismo, la monoproducción agroexportadora y el acaparamiento de tierras”.
Otras demandas de mujeres, sindicalistas, indígenas, sectores de la iglesia pequeños productores, estudiantes, afros y luchadores/as sociales que participaron en la Cumbre se refieren al fin de la criminalización de la lucha social; la no utilización de territorios indígenas, afro y campesinos como escenarios de guerra, la no utilización forzada de mujeres y niñas como trofeos de guerra y el final de los desplazamientos forzados.
También piden la eliminación de las bases militares extranjeras, el fin del colonialismo y la eliminación de tratados de libre comercio que profundicen la pobreza, la exclusión social y la desigualdad.
Trabajo digno para todos y todas, fin del bloqueo contra Cuba, soluciones reales a la crisis climática y ambiental, pleno acceso a la educación, respeto a los derechos de los pueblos a decidir sus políticas agrarias y asegurar su soberanía alimentaria, nueva arquitectura financiera global y fin de la promoción indiscriminada de inversiones extranjeras también son demandados a los Jefes de Estado de las Américas.
Cumbre de las Américas termina sin deliberaciones
A diferencia del encuentro de los movimientos sociales, la Cumbre de las Américas, compuesta por jefes y representantes de naciones del Continente, terminó sin una declaración final por falta de consenso sobre la participación de Cuba. Estados Unidos y Canadá fueron los responsables de vetar dos artículos sobre la participación de la isla caribeña.
En una declaración a Prensa Latina, el canciller venezolano Nicolás Maduro afirmó que toda América Latina apoyó a Cuba y que este posicionamiento fue documentado y debatido. Maduro agregó también que ocho países integrantes del Alba no van a participar más de este tipo de evento de aquí en adelante.
En relación con el tema de las Islas Malvinas, de especial importancia para Argentina, país que lucha por la soberanía de este territorio contra el Reino Unido, no hubo veto; sin embargo, como no se llegó a un punto común sobre Cuba la temática no recibió la atención esperada por la presidenta argentina Cristina Kirchner.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
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