Quito, 21 mar (EFE).- Una marcha liderada por indígenas en protesta contra la minería a gran escala llegó hoy a las puertas de Quito tras recorrer en vehículos y a pie unos 700 kilómetros, mientras que en la capital se concentraban partidarios del Gobierno.
Portando una bandera gigante con los colores del arco iris, que representa al movimiento indígena, los manifestantes se dirigieron hasta la localidad de Guamaní, donde pernoctarán en una escuela, para entrar en la capital ecuatoriana mañana, cuando se celebra el Día Mundial del Agua.
Además de oponerse a los planes del Gobierno de desarrollar la minería a gran escala, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que encabeza la movilización, reclama una redistribución de tierras y del acceso al agua, entre otras demandas.
No obstante, en Quito habrá también mañana una concentración de partidarios del Gobierno, algunos de los cuales llevan acampados desde el fin de semana en el parque "El Arbolito" y la Plaza de la Independencia, donde se ubica el Palacio Presidencial, en una vigilia "en defensa de la democracia", según afirmaron algunos de ellos.
La ministra de Coordinación de la Política, Betty Tola, dijo en una rueda de prensa que "no habrá ningún tipo de impedimento" para que los manifestantes lleguen a Quito, aunque consideró que en la movilización hay claros "intereses golpistas".
"No vamos a dialogar con los golpistas ni con quienes tienen afanes electorales", dijo.
El propio mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, ha acusado a los organizadores de querer "desestabilizar" a su Gobierno, algo que negó hoy el presidente de la Conaie, Humberto Cholango, en un encuentro con la prensa extranjera.
"No hay ninguna desestabilización, no hay ningún intento de ruptura del orden constitucional", afirmó Cholango, quien al mismo tiempo afirmó que existe "una política de Estado" contra los indígenas.
"Están llegando a un punto de racismo, porque decir que son dos emponchados y dos emplumados los que están marchando. Nosotros como pueblos indígenas nos sentimos ofendidos", añadió.
Cholango dijo haber puesto "en alerta" a todas las comunidades indígenas del país para que estén "preparadas" en el caso de que los participantes de la marcha sufran agresiones.
"Hay gente con mucho odio, desde ministerios que van a intentar tal vez agredirnos, entonces obviamente que nosotros si es que recibimos una agresión, recibimos ataques en la ciudad de Quito por parte del Gobierno, obvio que nosotros también vamos a defendernos en todo el país", afirmó Cholango, quien no quiso dar más detalles al respecto.
Los manifestantes tienen previsto llegar a "El Arbolito", donde tradicionalmente han llevado a cabo sus concentraciones los indígenas, y entregar sus demandas al presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero, del movimiento oficialista Alianza País.
En ese parque había hoy unas veinte tiendas de campaña de partidarios del Gobierno.
Una de ellas está ocupada por Guillermo Santana, de la Asociación Alfarista de los Discapacitados, quien coordina desde allí una manifestación de inválidos que tendrá lugar mañana "en defensa de las conquistas que han logrado los ecuatorianos con el Gobierno legítimo de Rafael Correa", según dijo.
La marcha indígena comenzó con algunos cientos de participantes el pasado 8 de marzo en El Pangui, un municipio amazónico donde se abrirá la primera mina a gran escala de la historia de Ecuador, que operará durante 25 años la empresa Ecuacorriente, de propiedad china.
Ese mismo día el Gobierno congregó a miles de personas en la capital en una demostración de su poder de convocatoria.
El Ejecutivo pretende desarrollar otros grandes proyectos mineros, con los que quiere agrandar el flujo de recursos para el erario público y disminuir su dependencia de la exportación de petróleo.
Además, prevé licitar concesiones petroleras en una gran área en la Amazonía que ahora no está explotada, lo que también ha provocado el rechazo de la Conaie, la cual había respaldado a Correa al principio de su mandato.
Frente al duro discurso de Tola en torno a los "golpistas", la secretaria de Pueblos de Ecuador, Mireya Cárdenas, expresó hoy su voluntad de abrir un "diálogo de paz" con los líderes de la marcha.
"No va a haber confrontación, al menos por parte de las organizaciones" que apoyan al Gobierno, dijo Cárdenas. EFE
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