Expertos llaman la atención por los discursos contra los inmigrantes. Autoridades le temen al terrorista solitario.
Mohamed Merah era un joven franco argelino de 23 años que mató a tiros a tres militares franceses, un rabino y tres niños judíos. Grabó con una cámara, que llevaba en el cuello, cada uno de sus crímenes. “Tú matas a mis hermanos, yo te mato a ti”, le dijo antes de disparar a su primera víctima, un soldado de un regimiento de paracaidistas.
Antes de caer abatido por la Policía, confesó que los ataques fueron en protesta por la decisión del Gobierno francés de prohibir el velo islámico en lugares públicos y por la presencia del Ejército en Afganistán.
Los crímenes del llamado ‘Asesino de Toulouse’ revivieron en Europa el recuerdo de Anders Behring Breivik, el autor del doble atentado que dejó 92 personas. Este noruego de 32 años publicó un manifiesto en el que practica un revisionismo histórico islamófobo, ataca el multicultu-ralismo y explica con un detalle enfermizo cómo los “auténticos” europeos van a recuperar el continente ante los musulmanes.
Las alarmas en el Viejo Continente están encendidas por el avance de un tipo de terrorismo personal y casero, de lobos solitarios que como en el caso de Breivik, o del soldado norteamericano Robert Bales que mató a 16 civiles en Afganistán, son personas cargadas de odio, xenofobia y racismo.
“Los tres -dice la psicóloga Marcela Izquierdo Palo- han actuado llevados por el odio. Todos ellos vieron a sus víctimas como enemigos que no merecían vivir”.
Para el politólogo francés y profesor universitario Sami Naïr, es posible que sociedades como la francesa, estén generando un tipo de recelo hacia los extranjeros, hacia los negros, hacia los musulmanes y han jugado en sus discursos y acciones con la xenofobia y el racismo.
“Existe en Francia un racismo fuerte contra los magrebíes y los negros, al igual que existe un antisemitismo que ha ido tomando fuerza, Creo que los partidos populistas y las extremas derechas tienen una pesada responsabilidad en este clima que se está viviendo en
Europa, donde por ejemplo, en Italia, no quieren a los rumanos y los han perseguido hasta quemarle sus casas”.
El hecho es que los tres asesinos, considerados lobos solitarios, es decir que decidieron actuar por su cuenta, dieron el paso motivados por sus ideas.
Estos ataques individuales son una transformación sobre la que hace tiempo advierten los servicios policiales desde el último atentado de origen yihadista en Londres en julio de 2005. (ver recuadro)
“Algo que nos queda de esto, es que hay para el futuro, un nuevo de ataque terrorista perpetrado por personas que pueden actuar en solitario y a la hora menos pensada. Así pues, los actos individuales de terrorismo yihadista pueden obedecer a la actuación de extremistas aislados y hasta autorradicalizados”, dice un Fernando Reinares, experto en terrorismo del Instituto Elcano de Madrid y de la Universidad Rey Juan Carlos.
Precisamente, el viernes pasado las autoridades francesas afirmaron que no se ha podido establecer un vínculo real entre Merah y Al Qaeda.
La campaña a la presidencia
Casi de la misma manera que los atentados a los trenes de Cercanías que se dirigían a la estación de Atocha en Madrid cambiaron el rumbo político de España el 11 de Marzo de 2004, los atentados han cambiado el rumbo a la campaña francesa, que celebra elecciones este 22 de abril.
“No sólo Jean Marie Le Pen, del Frente Nacional, -explica el politólogo español Gervasio García-Méndez- ha basado sus campaña en un discurso que raya en los racista y xenófobo, sino que el fenómeno de la inmigración ha irrumpido en la campaña. Sería grave que el origen árabe de Merah fuera utilizado para avivar más el odio. Y sin embargo, Le Pen ya ha sacado provecho y ha aprovechado la ocasión para pedir la pena de muerte”.
“Sarkozy no se ha quedado atrás. Acababa de lanzar un mensaje muy claro de rechazo a los extranjeros pretendiendo atraer parte del electorado del Frente Nacional, a una derecha que ve con buenos ojos un cambio en la Ley de Extranjería. Los sondeos le daban como ganador en la primera vuelta, pero no en la segunda, donde sería Hollande. Tras los atentados, esta intención de voto parece estar toda en favor del presidente””, agrega.
Estas políticas de intolerancia contra los inmigrantes de ciertos países europeos han causado problemas graves. Uno de ellos ocurrió en Italia, donde el 13 de diciembre de 2011 un hombre de unos 50 años atacó en Florencia con una pistola a varios negros subsaharianos, matando a dos de ellos. Unos días antes, una banda de jóvenes había atacado un asentamiento de gitanos rumanos.
“Por supuesto, -dice García- Méndez- los crímenes son siempre responsabilidad de sus autores, pero no sería inteligente desconocer que algunos de ellos son producto de la ignorancia, la intolerancia, el racismo, la xenofobia. Pienso que el recurso populista a la criminalización del extranjero, del diferente, del judío que utilizan algunas formaciones radicales, tiene que ser combatido sin contemplaciones por todos los demócratas. De lo contrario, en el futuro tendremos muchos más Breiviks o Merahs”.
La yihad
El terrorismo islámico ha golpeado una vez más en el corazón de Europa y las autoridades dicen que hay un ingrediente nuevo y peligroso: la aparición de extremistas locales que actúan independientemente de las redes conocidas.
“Una clase distinta de amenaza yihadista se está fortaleciendo. Es mucho más descentralizada y difícil de rastrear”, dijo el jefe de Europol, Rob Wainwrigh. Advirtió que para combatir a individuos que aparentemente actúan de manera aislada será necesario tomar medidas más inteligentes para monitorear la internet y mejorar la inteligencia y cooperación antiterroristas.
Expertos creen que la nueva estrategia de Al Qaeda consiste en dejar de actuar como una red.
‘El asesino de la moto’
Merah nació el 10 de octubre de 1988 en Toulouse en el seno de una familia de origen argelino con cinco hermanos, de los que tres son varones. Según los vecinos, su hermano mayor y él mismo se habían distanciado de su madre, debido a que habían entrado en una espiral integrista.
Un amigo de la infancia lo describió como alguien muy amable y muy tranquilo. Tras trabajar como mecánico en un taller, hace un par de años intentó enrolarse en la Legión Extranjera, pero fue rechazado debido a su inestabilidad psicológica y a sus antecedentes judiciales.
'El asesino de la moto', de obediencia salafista, viajó un par de veces a la frontera entre Pakistán y Afganistán con intención de integrarse en los grupos talibanes. La última estancia, de dos meses, concluyó con un regreso precipitado para curarse una hepatitis A en Francia.
Ya se había desplazado a la región a finales de 2007 cuando fue internado en la prisión de Kandahar, de donde escapó en una fuga masiva en el 2008.
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