La notable recuperación económica de China tras la crisis económica mundial del 2008-2009 ha sido una fuente de envidia y desconcierto para el resto del mundo. En lugar de recesión, la economía china ha registrado crecimientos de 2 dígitos, e incluso muestra señales de sobrecalentamiento. Pero la deuda pública de los gobiernos locales amenaza con tirar todo por la borda.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La notable recuperación económica de China tras la crisis económica mundial del 2008-2009 ha sido una fuente de envidia y desconcierto para el resto del mundo. En lugar de recesión, la economía china ha registrado crecimientos de 2 dígitos, e incluso muestra señales de sobrecalentamiento en un fuerte contraste con el estancamiento evidenciado en la mayoría de los países occidentales. ¿Cómo lo hacen? Tal vez los defensores de la "excepcionalidad China" tengan razón después de todo: Beijing ha encontrado una fórmula secreta de éxito económico que ha venido eludiendo a Occidente, plantea Minxin Pei para The Diplomat.
Para el autor, parte de la respuesta a este misterio lo dio a finales de junio el mismo gobierno chino.
Resulta que Beijing ha logrado mantener su economía en crecimiento durante la recesión global recurriendo a los préstamos bancarios otorgados masivamente a los gobiernos locales, que luego se trasladaron a una fiesta del gasto en infraestructura que, ciertamente, acechará al país durante varios años por venir.
Si tenemos en cuenta las causas de la crisis económica que ha causado estragos en USA y Europa Occidental, la más importante es algo que eufemísticamente se denomina el "boom del crédito” -créditos y préstamos excesivos que alimentaron las burbujas de la vivienda y el consumo insostenible. China parece haber sido afectada por la misma enfermedad, con sólo una variación importante: gran parte de la deuda contraída en China ha entrado en el sector de infraestructura, no en el consumo. Esa es la excepcionalidad de China.
Según los números publicados por la Oficina Nacional de Auditoría (ONA) a finales de junio, los gobiernos locales han acumulado deudas por un total 10.7 renminbi (RMB) o US$ 1.65 billón -un 27% del PIB de China del 2010. Debido a que las cifras de la NAO se basaron en una muestra de 6.500 locales respaldadas por el gobierno mediante instrumentos financieros (de un total de más de 10.000 en todo el país), la magnitud real de endeudamiento del gobierno local es mucho mayor.
El Banco Popular de China, su banco central, estimó recientemente que la deuda de los gobiernos locales ascendió a 14.000 mil millones de RMB (la mayoría, debida a los bancos), casi el 30% por encima de lo informado por la NAO.
Varias preguntas interesantes surgen ante la revelación de la deuda de los gobiernos locales en China. En primer lugar, se ha demostrado que las finanzas públicas en China se encuentran en un estado mucho peor de lo pensado. Sobre el papel, la deuda de China con respecto al PIB es inferior al 20%, por lo que Beijing sería el parangón de la virtud fiscal en comparación con el despilfarro fiscal de los restantes gobiernos occidentales. Sin embargo, si tenemos en cuenta las diferentes obligaciones del gobierno que suelen ser contabilizados como deuda pública, el panorama deja de ser tan agradable para China.
Alguna vez deudas de los gobiernos locales, los costos de recapitalización de los bancos estatales, los bonos emitidos por bancos de propiedad estatal, y los bonos para proyectos ferroviarios están todos incluidos, llevando los montos totales de la deuda de China al rango de 70-80% del PIB, casi el nivel de deuda pública de USA y el Reino Unido. Dado que la mayor parte de la deuda de China ha sido contraída en la última década, China se encuentra en el camino de la insostenibilidad al ritmo actual de acumulación de deuda, en particular cuando el crecimiento económico se ralentiza, lo que se espera ocurra en la próxima década.
La segunda pregunta que surge es si los gobiernos locales podrán pagar sus deudas y cancelar los préstamos otorgados. Si han hecho buenas inversiones de infraestructura que generen fuentes de ingresos, la acumulación de deuda no será un problema.
Desafortunadamente, ese no parece ser el caso en la mayoría de los proyectos de infraestructura construidas por los gobiernos locales. Por lo general, estos proyectos se encuentran altamente apalancados, con los gobiernos locales poniendo muy poco capital y cubriendo casi todos los gastos a fuerza de endeudamiento. Esto hace que el servicio de la deuda sea una carga enorme.
Existen sólo 2 fuentes de ingresos para el servicio de esas deudas. Uno es la venta de tierras controladas por los gobiernos locales (se utiliza la tierra como garantía para conseguir préstamos bancarios). La otra es utilizar el flujo de caja generado por estos proyectos (centrales eléctricas, puertos y carreteras de peaje). Con los precios actuales en declive, los gobiernos locales no deben ni pueden confiar en que la venta de tierras vendrá al rescate. La viabilidad económica de sus nuevas inversiones en proyectos de infraestructura es aún más abismal. Un regulador bancario reveló que sólo un tercio de estos proyectos pueden producir un flujo de efectivo suficiente como para pagar sus préstamos. Esto implica que los gobiernos locales no serán capaces de recuperar la mayor parte de sus inversiones en infraestructura - o pagarle a los bancos.
Entonces, ¿Cuáles serán las consecuencias económicas de esta bomba de tiempo?
Debido a que aproximadamente la mitad de los préstamos bancarios de los gobiernos locales vencerán en los próximos 2 años, podemos esperar una crisis de pago a corto plazo. Los bancos estatales de China tendrán que refinanciar (roll over) estos préstamos, pretendiendo un supuesto cumplimiento. Incluso tendrán que prestarles a los gobiernos locales nuevos fondos para que estos puedan pagar los intereses sobre aquellos préstamos. Los efectos netos de estos “trucos contables” reducirían la rentabilidad de los bancos chinos. Sin duda no es un motivo de preocupación real. Sin embargo, los trucos en la contabilidad solo pueden retrasar temporalmente lo inevitable.
Los efectos a largo plazo de una morosidad generalizada o un incumplimiento masivo en los préstamos de los bancos estatales a los gobiernos locales probable no se manifieste en forma de una crisis bancaria, sino de otra más insidiosa e igualmente dañina. Debido a que el Estado chino posee billones de yuanes en activos (tierra, recursos naturales, los monopolios de propiedad estatal, y US$ 3 billones en reservas de divisas), Beijing debería tener los recursos suficientes para recurrir a un salvataje de los gobiernos locales cuando estos préstamos deban ser devueltos. Pero, como se sabe, no hay almuerzo gratis.
El rescate de los gobiernos locales con valiosos recursos financieros en la próxima década -una década en la que China experimentará el final del dividendo demográfico, crecientes costos de salud y pensiones, y un menor crecimiento económico- lo que significa que China tendrá menos capital para invertir. Y para una economía impulsada por las inversiones, esto implica un crecimiento aún más lento.
Es tentador culpar a los funcionarios de los gobiernos locales de irresponsables y corruptos por perder el valioso capital del país. Pero eso sería injusto. Si bien no hay duda de que inescrupulosos funcionarios locales se ven financiados por el Banco de Beijing lo que da una oportunidad de oro para llenar sus bolsillos, el comportamiento de los gobiernos locales suele ser perfectamente racional: hubiesen sido calificados de tontos si no se hubiesen subido al tren de los créditos que tan fácilmente ponía a disposición Beijing en los últimos 2 años. Desde su perspectiva, el sistema chino de finanzas públicas es manifiestamente abusivo para los gobiernos locales. Beijing recoge la mayor parte de los impuestos (60% de todos los impuestos), pero gasta poco en servicios sociales, algo que los gobiernos locales deben financiar. A diferencia de sus homólogos occidentales, los gobiernos locales no pueden emitir bonos para obtener dinero prestado. Así que si quieren desarrollar infraestructura local (lo que Beijing tampoco financia), la única fuente de financiación son justamente los préstamos bancarios.
A los efectos prácticos, los préstamos bancarios prestados por entidades gubernamentales en realidad son dinero gratis no tienen que ser pagados, incluso cuando las cosas se ponen feas. Beijing siempre ha acudido al rescate, algo de lo que los funcionarios de los gobiernos locales son plenamente conscientes.
Pero todos sabemos lo que pasa cuando la gente gasta dinero gratis.
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