LA Unión Europea será puesta a prueba el próximo mes de septiembre, cuando en la ONU se planteará el reconocimiento del Estado palestino. Los dirigentes europeos deberán pronunciarse entonces, como también tendrá que hacerlo, evidentemente, el Gobierno español.
El pasado 30 de junio, el Congreso español aprobó una moción en la que se insta al Gobierno "a que en ausencia de la reanudación de las negociaciones bilaterales, apoye de manera coordinada con la Unión Europea el reconocimiento del Estado palestino". Y resulta que las negociaciones entre palestinos e israelíes no se han reanudado.
Pero ni parece que exista coordinación dentro de la Unión Europea sobre el asunto ni el Gobierno español ha decidido –como se ha puesto de manifiesto durante la visita a España del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas– si apoyará el reconocimiento del Estado palestino. Ni el presidente Zapatero ni Trinidad Jiménez, ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, han ido más allá de afirmar que consideran "legítima" la iniciativa de Palestina ante el estancamiento de las negociaciones con el Gobierno de Israel.
La indefinición española no se debe únicamente al Gobierno: también depende de lo que finalmente se proponga en la ONU. Los palestinos aún no han aclarado si pedirán el ingreso de su eventual Estado en la ONU, lo que requiere la aprobación del Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos ha advertido que ejercerá su derecho de veto; o si sólo acudirán a la Asamblea General, donde tienen asegurada la mayoría (116 de 193 estados) para que el Estado palestino sea aprobado, pero sólo con el estatuto de observador y no como miembro del máximo organismo, como ya lo es la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Es decir, la prudencia española parece justificada. La acción del Gobierno dependerá de la vía que tomen los dirigentes palestinos. Sin embargo, de momento, la Unión Europea permanece dividida sobre la cuestión. Alemania y Holanda, por ejemplo, parecen más que inclinadas a votar en contra de la determinación palestina de acudir a la ONU, mientras que Francia y Gran Bretaña han dejado entender, por lo menos hasta ahora, que están a favor de la declaración unilateral del Estado palestino.
Dado que Washington ya ha adelantado que utilizará su veto si el Estado palestino pretende ingresar en la ONU, todo indica que la única posibilidad de que los europeos alcancen un mínimo acuerdo es que los palestinos se conformen finalmente con que su Estado sólo disfrute del estatus de observador.
(Posteado de La Vanguardia.com, de España)
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