Europa inicia hoy una intensa semana política. Mientras en Grecia el Parlamento debe aprobar el miércoles un plan de austeridad enormemente impopular, pero necesario para recibir las ayudas de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI); en el Partido Socialista francés comienza la carrera para ser elegido candidato en las elecciones primarias. Una batalla abierta tras la muerte política del favorito, el ex presidente del FMI Dominique Strauss-Khan, apartado tras su detención hace unas semanas en Nueva York acusado de violación.
El presidente griego Yorgos Papandreu se juega el próximo miércoles 12 mil millones de euros que su país, con una deuda de 340 mil millones de euros, necesita urgentemente para evitar la bancarrota. Ese día el Parlamento heleno vota un plan de ajuste para los próximos tres años con el que salir de la crisis. La oposición conservadora que encabeza Antonis Samaras ya ha anunciado que votará en contra, pese a las presiones del Partido Popular Europeo e incluso del líder del PP español, Mariano Rajoy, quien paradójicamente en mayo de 2010 se negó a apoyar un plan de austeridad parecido presentado por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
El plan griego, acordado con el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el FMI, incluye 28 mil millones de euros entre subidas de impuestos y recortes del gasto y 50 mil millones en privatizaciones. Y entre las impopulares medidas figuran un impuesto de "solidaridad" que gravará del 1 por ciento al 5 por ciento el salario; la rebaja del umbral del Impuesto Sobre la Renta de 12 mil a 8 mil euros; la inclusión de una tasa para trabajadores autónomos (por cuenta propia) y la subida de los gravámenes del gasóleo profesional.
La Unión Europea considera un requisito indispensable la aprobación del plan antes de dar el dinero. Pero Samaras se niega en rotundo a aprobarlo. Dice que es "una medicina para alguien que se está muriendo por culpa de esa misma medicina". Papandreu tiene mayoría en el Parlamento heleno pero varios diputados ya han amenazado con romper la disciplina de partido. Si finalmente se aprueba, el país recibirá 12 mil millones de euros que evitarán la suspensión de pagos. Si es rechazado habrá elecciones anticipadas en otoño y Grecia correrá el riego de sufrir la bancarrota si las autoridades internacionales no lo evitan.
También Francia es noticia esta semana porque el martes arranca la carrera de las primarias socialistas del que será rival del presidente francés, Nicolas Sarkozy, que atraviesa sus horas más bajas. Según las encuestas, el vencedor de las primarias se convertirá en el próximo presidente galo.
La votación será en octubre, en ella podrán votar cualquier simpatizante de izquierdas, y se espera que lo hagan entre uno y cuatro millones de personas. Los dos candidatos con más posibilidades son Francois Hollande, de 57 años, diputado y ex primer secretario del Partido Socialista (PS) desde 1998 a 2008, que es el favorito; y Martine Aubry, de 61, ex ministra, actual primera secretaria del PS y alcaldesa de Lille. Y con menos posibilidades le seguirían Ségolène Royal, de 56 años, presidenta de la Región de Poitou-Charèntes, ex esposa de Hollande y vencedora de las últimas primarias socialistas celebradas en 2007 pero derrotada por Sarkozy en las presidenciales.
También esta semana la Comisión Europea y las autoridades sanitarias de Francia y Alemania van a ser protagonistas por las reuniones que van a celebrar para tratar de descifrar el origen del nuevo brote de la bacteria E.coli en Francia. El objetivo es averiguar si el origen de dicho brote está en unas semillas distribuidas por una empresa británica que fueron consumidas por la mayoría de los infectados en el país galo, para detectar la alerta sanitaria cuanto antes. La agresiva y poco común cepa 104 de la bacteria ya ha causado 40 muertes en Alemania desde mediados de mayo y heridos en varios países europeos.
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