El domingo 5 de junio quedará como un fecha significativa en la historia griega. En el duodécimo día consecutivo de manifestaciones de ¨l@s indignad@s¨, que empezaron el 25-M de manera espontanea a través de las redes sociales, la multitud era demasiado grande para caber en las plazas de las ciudades griegas. En Atenas, tuvo lugar la manifestación más grande de los últimos 30 años.
La Plaza de Constitución, frente al parlamento griego, estaba totalmente llena de gente. Además los asistentes ocupaban todas las calles adyacentes hasta casi un kilómetro en cada dirección. La policía habla de 80.000 participantes, los grandes medios de comunicación de más de 200.000 personas, y los medios alternativos de casi 300.000 manifestantes. De cualquier manera, todas las estimaciones convergen que la participación fue el doble que el domingo pasado 29 de mayo.
A pesar del apiñamiento y la fuerte presencia de la policía antidisturbios, el evento fue otra vez no violento y festivo. Desde las 6 de la tarde hasta la madrugada, el pueblo no paró de dirigir su rabia contra el edificio del parlamento, con gritos, canciones y el gesto típico griego de insulto, la palma abierta.
Los esloganes de ¨Fuera, fuera!¨, y ¨No pagaremos nunca!¨ vibraban en el centro de la ciudad, con algunos ondeando banderas griegas, y otros banderas españolas y otros países mediterráneos. Un grupo de inmigrantes egipcios, portando una pancarta en la que se leía ¨la plaza Tahrir saluda a la plaza de la Consitución¨ fue recibido con una oleada de aplausos por la gente.
A las 9h se celebró una asamblea popular gigante. Más de 5.000 personas se sentaron en el corazón de la plaza para formar parte del proceso de la ¨democracia directa¨ que reivindica la movilización, con miles más asistiendo de pie en los alrededores. La gente explotó de felicidad y emoción cuando apareció en una pantalla grande la imagen en vivo desde la puerta del Sol.
A los saludos y el amor de l@s companer@s españoles, la asamblea respondió con aplausos fuertes y gritos de ¨el pueblo unido, jamas será vencido¨ en castellano. Con el mismo entusiasmó se recibieron los saludos desde movimientos de América Latina, especialmente el de las madres de la plaza de mayo en Argentina.
Aparte de lo cuantitativo, el movimiento ¨indignad@¨ griego parece profundizar su organización y radicalizar su discurso según pasan los días. La asamblea ateniense ya ha decidido impedir el voto parlamentario sobre el segundo rescate, que el gobierno quiere pactar con la troika (UE, FMI y BCE).
La idea es bloquear el parlamento el día anterior al voto, para que los diputados ni siquiera puedan entrar en el edificio. La fecha del voto se prevé para finales de junio, y la asamblea ha formado grupos para concretar los planes de acción.
Sin embargo, el horizonte del movimiento ya ha ido mas allá de la actualidad política e incluso de la cuestión de la crisis y la deuda pública. Si el eslogan central sigue siendo el ¨No debemos, no vendemos, no pagamos¨, en las plazas griegas se da lugar un proceso de formación e imaginación colectiva, mirando hacia una sociedad radicalmente diferente de la actual.
En asambleas temáticas, con la participación de intelectuales y académicos, se discuten las posibilidades de un sistema político realmente democrático, y una organización de la vida económica que corresponda a las necesidades de todos y no a las ganancias de los pocos. Incluso gana terreno la idea de luchar para una asamblea constituyente, para que se concreten estos cambios en una nueva constitución.
Sea cual sea la evolución del movimiento, el sistema político griego ya parece agitado. El gobierno, que al principio intentó ignorar y banalizar la movilización popular, ahora lucha para controlar su efecto en el interior del partido gobernante, el PASOK, y salvar lo que pueda de su imagen pública. Los otros partidos, incluso los de la izquierda, y los sindicatos oficiales no se sienten mucho mejor, dado que la explosión popular amenaza también a su papel establecido. En Grecia se siente el aire del cambio, aunque todavía nadie sabe su dirección.
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