Lampedusa, Italia.- Este sábado llegó a Licata, en el sur de Sicilia, un barco con 213 inmigrantes a bordo, mientras que a la isla de Lampedusa arribaron otros dos, con 199 y 218 personas respectivamente, informaron hoy los medios italianos.
Con ello asciende a más de 1.600 el número de refugiados que recibió la isla de solo 20 kilómetros cuadrados desde el viernes, cuando otros 1.200 llegaron en seis botes, indicó DPA.
Desde el inicio de las revueltas en el norte de África han llegado a Italia más de 37.000 personas tras atravesar una peligrosa ruta marítima en donde han muerto demás cientos de personas. La mayoría desembarca en Lampedusa.
Desde que Roma cerró un acuerdo en abril para devolver a Túnez todas las personas de esta nacionalidad que lleguen a la isla, la mayoría de los inmigrantes procede de Libia, hasta el punto de que Italia acusó a Trípoli de obligar a sus ciudadanos a subir a los botes como estrategia de presión contra los ataques aéreos de la OTAN contra su régimen.
Miles de inmigrantes han sido embarcados hacia otros centros de recepción en la península después de que el primer ministro Silvio Berlusconi prometió a finales de marzo despejar Lampedusa, donde no obstante continúan llegando embarcaciones saturadas de pasajeros.
La población regular de Lampedusa, que es de unas 5.000 personas, se ha visto en ocasiones superada por los inmigrantes que dormían en improvisados campamentos levantados por toda la isla, cuyo modo de vida depende de la pesca y el turismo.
Italia ha pedido ayuda a los gobiernos de la Unión Europea (UE), pero esos llamamientos han elevado la alarma en otras partes de Europa.
"Europa no está haciendo lo que prometió", dijo el ministro del Interior Roberto Maroni, un veterano miembro de la Liga del Norte, el principal aliado de Berlusconi.
"En Libia hay una guerra, y mientras dure la guerra los refugiados seguirán llegando", sostuvo.
Añadió que un acuerdo con Túnez para frenar el flujo de inmigrantes parecía estar funcionando, aunque al menos 218 de los llegados durante la noche del sábado procedían de ese país.
Francia e Italia están presionando a los países europeos para que se permita la suspensión de la política de fronteras abiertas que eliminó los controles fronterizos entre la mayoría de los países de la UE bajo el tratado de Schengen, y se restablezcan los registros en circunstancias excepcionales.
En los noventa Europa vivió una situación similar cuando las guerras civiles en África desbordaron sus fronteras por la llegada de inmigrantes.
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