Basado en la victoria del No en las provincias de mayor concentración indígena, el sociólogo Humberto Chacón, docente de la Universidad de Cuenca, considera que las organizaciones de este sector han recuperado un importante espacio para sus fines electorales.
Los indígenas constan en los tres proyectos políticos que Chacón vislumbra tras el debate del plebiscito y la consiguiente votación. El primero es el del actual gobierno, pero con un tinte popular-populista radical, cuyo objetivo es ejecutar un Estado interventor.
El segundo proyecto se basa en las propuestas social demócratas derivadas del mismo movimiento PAIS, lideradas por actores como Alberto Acosta, Gustavo Larrea o el grupo Ruptura de los 25, quienes de a poco alcanzan mayor protagonismo. Las expectativas de estos se centrarían en consolidar un Estado regulador.
La tercera opción es la de los sectores sociales como el movimiento indígena, el magisterio y demás, que propondrían una alternativa de reivindicación para las bases. Chacón dice que los dos primeros proyectos no estarían interesados en tener un conflicto real con el capitalismo, el tercero Sí.
En cualquier caso, el analista considera necesaria la reinstitucionalización de los partidos políticos para canalizar de mejor manera las expectativas e intereses de la ciudadanía, a punto de diseñar políticas públicas que rebasen las acciones asistencialistas o de paliativos a las necesidades coyunturales de la sociedad.
Regionalización
A su turno, el sociólogo Fernando Carvajal, profesor de la Universidad de Cuenca, explica el comportamiento de los electores en Costa y Sierra, cada cual con enfoques definidos.
En torno al Litoral, recuerda que desde mediados del siglo 20 existe una fuerte tendencia a la conformación de bases electorales inorgánicas, cuyo respaldo se vuelca hacia los proyectos populistas. Dicho comportamiento se desprende de propuestas ideológicas no muy articuladas ni concretas, que no requieren organización política en sus bases.
No obstante, Carvajal aclara que se trata de un nuevo populismo, liderado por Correa, tendiente a superar las posiciones oligárquicas tradicionales.
Respecto a la región Andina, el especialista considera evidente que, en las últimas décadas, los procesos organizativos más fuertes de los movimientos sociales se han asentado en la Sierra y responden a una línea ideológica definida: la de izquierda, en su mayoría.
En cuanto al escenario político, este profesional expresa que el referéndum reafirmó a Correa como líder único de PAIS, todas las decisiones de este movimiento giran en torno a él, no se ve ni promociona a otros representantes, al menos no con el vigor que requiere el ámbito político.
Sobre los partidos de derecha, Carvajal se refiere al agotamiento de los miembros del Partido Sociedad Patriótica, de Jaime Nebot... y a la ausencia de otros movimientos. “La derecha no logra consolidar una figura con la que consiga un nivel de representación más o menos cohesionado”, expresa.
A Andrés Páez y César Montúfar también los ubica en la derecha. Del primero, dice, al descomponerse la Izquierda Democrática es inocultable su giro hacia la derecha, en tanto Montúfar es el heredero de los espacios ocupados antes por la democracia cristiana. No encuentra posibilidades en ninguno de los dos, en cuanto a medir aceptación con Correa.
Al contrario, mira con más probabilidades a Alberto Acosta y María Paula Romo. De Acosta, opina, tiene el reconocimiento de varios sectores sociales; de la segunda, que mientras mantenga madurez y coherencia políticas su figura ganará presencia. No olvida mencionar el nuevo aire del movimiento indígena con Humberto Cholango al frente, con él habría una suerte de recuperación de la vertiente más creativa y propositiva de este sector, registrada en la década de los 90.
Sin embargo, mucho dependerá de la actuación de PAIS y Correa, de lo que hagan en estos dos años de administración por recuperar los espacios en los que las tesis de la consulta popular fueron rechazadas.
Cuenca.
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