Taipei, 1 jul (EFE).- Taiwán planea una radical transformación de su economía, en respuesta a la transformación de China y el mundo, tras la firma de un histórico acuerdo comercial con China, señaló hoy el presidente isleño, Ma Ying-jeou.
"El Acuerdo Marco de Cooperación Económica (AMCE) con China no es una panacea y no podemos poner todas nuestras esperanzas en él, pero es la decisión correcta, en el actual momento crítico", dijo Ma en rueda de prensa.
El acuerdo sirve para reforzar la competitividad de las exportaciones, posibilitar la integración económica en el Asia y el Pacífico, facilitar la firma de acuerdos de libre comercio con otros países, proteger las inversiones en China y atraer inversiones extranjeras, añadió el primer mandatario.
"El AMCE es una ayuda, pero si no tenemos fuerza propia y suficiente competitividad, no podremos avanzar", dijo Ma, que señaló que la isla, tras el acuerdo puede aprovechar mejor su privilegiada posición geográfica y su poderío tecnológico y manufacturero.
Es imperativa la transformación industrial, la atracción de inversiones extranjeras y la protección y salto de calidad en las industrias adversamente afectadas por el pacto comercial con China, apuntó el Presidente Ma, que quiere convertir a la isla en un centro de innovación y en sede regional de empresas internacionales.
La innovación es el punto clave de la estrategia económica del Gobierno para enfrentar tanto la honda transformación de la economía china como los efectos negativos de la apertura comercial al gigante chino, dijo Ma.
El acuerdo económico con China, llamado Acuerdo Marco de Cooperación Económica (AMCE), no es sólo una ayuda sino también un desafío hacia un salto de calidad necesario para mantener la competitividad, en respuesta a la transformación de la economía china y mundial.
China ya no es el paraíso de los sueldos bajos y la fábrica mundial de productos de baja tecnología, el gigante asiático ya compite con muchas industrias taiwanesas y pronto lo hará con las de alta tecnología.
Las empresas isleñas no tienen más remedio que dar un salto de calidad, crear sus propias marcas y reorientar su estrategia de manufactura en China para la exportación hacia otra dirigida al mercado interno chino.
Las empresas taiwanesas tradicionales que emigraron a China para rebajar los costos y ahora se trasladan al Sudeste Asiático, ante la subida de salarios y costos en China, sólo sobrevivirán transformándose.
El gobierno taiwanés ha lanzado un Acta de Innovación Industrial para transformar estas industrias y ha animado a los inversionistas isleños en China a no depender tanto de los bajos costos salariales y a orientarse más hacia el mercado interno chino.
La isla también busca dar un salto de la fabricación para empresas internacionales a la creación de marcas propias, aprovechando, por un lado, su experiencia manufacturera y de diseño, y, por otro lado, la ampliación de la demanda en China y otros mercados emergentes.
Taiwán quiere tener más marcas mundiales además de las actuales Acer, TrendMicro, HTC, Asus, Hong Hai, Master Kang, Uni-presidente y Giant, entre otras.
Tras la firma del acuerdo comercial y de protección de derechos de propiedad intelectual con China, Taiwán busca sellar un pacto para proteger los más de 150.000 millones de dólares invertidos por sus empresarios en China. EFE flp/mz/mdo/rml
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