La estabilidad política de Portugal dependerá de los pactos. El Partido Socialista (PS) de José Sócrates venció en los comicios legislativos celebrados ayer, pero cediendo un nueve por ciento de los votos y la mayoría absoluta que había logrado hace cuatro años. En el momento del cierre de esta edición (al 99% del escrutinio) el PS veía transformados sus apoyos en 96 diputados, en lugar de los 120 que tenía en la Asamblea de la República, donde la mayoría absoluta se fija en 116 escaños.
Pese a perder esa notable renta y ser la única formación que bajó en escaños, los socialistas se tomaron los resultados de ayer como un referendo a su gestión frente a la crisis y la derrota de las continuas insinuaciones que rodearon a Sócrates sobre distintos casos de supuesta corrupción. «Es una victoria sobre el pesimismo y las dificultades», clamó el primer ministro.
La ilusión medida de los socialistas contrastó con la contrariedad con la que los centro-derechistas del Partido Social Demócrata (PSD) asumieron la derrota, aún habiendo ganado dos escaños, lo que le deja con 78 en la Cámara pero una líder, Manuela Ferreira Leite, muy debilitada.
Sorpresa a la derecha
El crecimiento en escaños que los portugueses le negaron al PS se lo otorgaron en cambio al conservador democratacristiano CDS-PP. Su líder, el periodista Paulo Portas consiguió convertir a su formación en la tercera del país, al pasar de sus doce escaños a 21. Portas podría incluso servir de llave al nuevo Gobierno, aunque para ello obligaría al PS a girar hacia la derecha en políticas como la seguridad ciudadana, la atención al campo y las pequeñas empresas, banderas del CDS.
El trotskista-maoista Bloco de Esquerda, cumplió las expectativas al subir más de 200.000 votos, y pasar de ocho a 16 escaños. Los hombres del BE, que negaron su disposición a formar coalición con el PS, atribuyeron a su subida la pérdida de la mayoría absoluta de Sócrates. «Hemos logrado derrotar al pasado, al PSD, y le quitamos la arrogancia al PS», dijo su líder, Francisco Louça. Finalmente, los comunistas de CDU serán los últimos en la cámara pese a sumar un diputado más que hace cuatro años, cuando con 14 eran la tercera fuerza del país.
Las legislativas registraron en todo caso el nivel de abstención más alto de cuantos comicios se han llevado a cabo desde la reinstauración de la Democracia en Portugal para elegir su Asamblea, al rondar el 39,4% del censo. La crisis y la contestación social a las políticas económicas de Sócrates propiciaron el alejamiento de las urnas de los votantes lusos como ocurrió en las europeas de junio.
La victoria de los socialistas en todo caso, le dieron alas a sus seguidores para cargar ayer contra el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva ?perteneciente al PSD? al que incluso llegaron a reclamar en medio de la euforia su dimisión, dos años antes de las elecciones presidenciales. Las insinuaciones que el equipo del jefe del Estado luso lanzó en los últimos días sobre el supuesto espionaje al que estaría siendo sometido por el Gobierno de Sócrates, no hicieron más que tensar las relaciones entre los responsables de ambas instituciones del país.
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