Zelayistas amenazan con boycotear las elecciones
TEGUCIGALPA — Estados Unidos encabeza este miércoles un nuevo esfuerzo para tratar de superar la crisis política en Honduras, donde el gobierno de facto rechaza la restitución de Manuel Zelaya, quien fue depuesto hace exactamente cuatro meses.
El encargado para América Latina en el Departamento de Estado norteamericano, Thomas Shannon, llegó a Tegucigalpa antes del mediodía encabezando una misión para reinstalar el diálogo en busca de solucionar la crisis política, después del fracaso de las negociaciones auspiciadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) el pasado viernes.
Después de semanas de negociaciones, los equipos negociadores no lograron el consenso en el punto central: la restitución en el poder de Zelaya, medida que exige la comunidad internacional, y que no acepta hasta ahora el presidente de facto, Roberto Micheletti.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, conversó por teléfono con Zelaya y el mandatario de facto en busca de una solución de la crisis.
A las 05H00 (11H00 GMT) se cumplen cuatro meses exactos desde que estalló la crisis, cuando más de 200 militares fueron a sacar de su casa a Zelaya y lo mandaron al exilio a Costa Rica. Después de dos intentos frustrados, el mandatario derrocado regresó clandestinamente el 21 de septiembre y se refugió en la embajada de Brasil, cuyo edificio está rodeado por cientos de militares y policías.
La delegación de Estados Unidos "se reunirá con los representantes de ambas partes para discutir estrategias para hacer avanzar el proceso" del Acuerdo de San José, indicó el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, al anunciar la visita de Shannon. Dicho acuerdo prevé como punto central la vuelta al poder de Zelaya antes de las elecciones, a lo que se ha opuesto vehementemente el gobierno de facto de Micheletti.
Shannon, quien estará acompañado por el secretario de Estado adjunto Craig Kelly y por el asesor de la Casa Blanca para América Latina, Dan Restrepo, instará tanto al gobierno de facto como al presidente derrocado a "mostrar flexibilidad y redoblar sus esfuerzos para acabar con la crisis", dijo Kelly.
Zelaya espera que las nuevas gestiones de Estados Unidos puedan conducir a su regreso al poder. "Es necesario una rectificación para la reconciliación, no hay otra manera, no hay otro otro camino para este país. La tercera economía más pobre de América Latina, enfrentando a todas las naciones del mundo".
Micheletti, sin embargo, prefiere que la delegación reconozca las elecciones programadas para el 29 de noviembre y acepte que Zelaya no sea restituido. "Nosotros estamos claros: no hay restitución, nosotros podemos hablar del tema de una tercería, de una sustitución constitucional, es lo que hemos platicado". "Las elecciones van a ser libres y transparentes, va a haber seguridad", prometió el martes en rueda de prensa Micheletti, quien asumió el cargo tras la salida de Zelaya del poder.
Sin embargo, la resistencia organizada en torno al golpe ya ha dejado claro que si Zelaya no regresa al poder, boicoteará el proceso electoral. Buena parte de la comunidad internacional también ha dicho que no reconocerá al nuevo presidente que salga de las urnas y que debería asumir el cargo el 27 de enero del año próximo.
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