Denuncia que la mayoría de los desalojos se llevan a cabo sin avisar ni indemnizar a los afectados y frecuentemente con violencia
LONDRES, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) exigió hoy a los Gobiernos africanos que pongan fin a los desalojos forzosos "que dejan sin hogar a miles de personas cada año" y aseguró que, en "la mayoría de los casos", estos desalojos se llevan a cabo sin el debido proceso, sin consultar con las personas afectadas, sin avisarles con antelación y sin indemnizarlas. Asimismo, denunció que las autoridades encargadas de efectuar los desalojos "a menudo recurren a un uso excesivo de la fuerza contra los residentes".
"Es completamente inaceptable que en toda África los Gobiernos sigan violando el derecho regional e internacional, incluida la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos", declaró el director del Programa Regional para África de Amnistía Internacional, Erwin van der Borght, con motivo de la celebración, este lunes, del Día Mundial del Hábitat.
"Los Gobiernos tienen la responsabilidad de asegurarse de que en África no se llevan a cabo más desalojos forzosos y de que las víctimas de esta práctica reciben un alojamiento alternativo adecuado y pueden interponer recursos efectivos", prosiguió.
Amnistía Internacional ha documentado casos de desalojos forzosos en Angola, Chad, Egipto, Ghana, Guinea Ecuatorial, Kenia, Nigeria, Suazilandia, Sudán y Zimbabue, entre otros países africanos. El efecto de los desalojos forzosos puede ser "catastrófico, especialmente para las personas que ya viven en la pobreza", según la organización.
"La consecuencia de los desalojos forzosos no es sólo que las personas pierden sus hogares y sus bienes, sino que después tal vez no puedan acceder al agua potable, la alimentación, los servicios higiénicos, el trabajo, la salud y la educación", advirtió Erwin van der Borght.
Según los datos de la organización, más de 200.000 comunidades (equivalentes a 1.000 millones de personas) en todo el mundo pueden definirse como asentamientos precarios. Asimismo, según algunas previsiones, unos 2.000 millones de personas vivirán en asentamientos precarios en 2030. Aparte, se calcula que entre el 30 y el 50 por ciento de los residentes en áreas urbanas de los países en vías de desarrollo carecen de documentos legales que garanticen la posesión de su vivienda, según un informe realizado por ONU-Hábitat para el periodo entre 2006 y 2007.
Con todos estos datos, Amnistía recordó este lunes que entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU "se encuentra el de mejorar las vidas de 100 millones de personas que viven en asentamientos precarios antes de 2020". "Sin embargo, este objetivo ignora las necesidades de los otros 1.300 millones que, según estimaciones conservadoras, habitarán en asentamientos precarios para entonces", advirtió AI.
Aun en el caso de que la población actual de los asentamientos precarios no crezca al ritmo previsto, "la comunidad internacional se ha comprometido a mejorar las vidas de sólo una de cada diez personas cuya vivienda es insegura e inadecuada". "Los 900 millones restantes seguirán sufriendo las violaciones de Derechos Humanos que acompañan a la vida en los asentamientos precarios", denunció la organización.
ÁFRICA
Según Amnistía, en Angola, Chad, Kenia y Nigeria se estaban llevando a cabo desalojos forzosos "en fechas tan recientes" como los pasados meses de julio y agosto. En Angola, entre el 20 y el 26 de julio, unas 3.000 familias fueron víctimas de desalojo forzoso en los barrios colindantes de Irak y Bagdad de la capital, Luanda. Demolieron sus casas, destruyeron sus posesiones y las dejaron sin techo.
En Chad, desde febrero de 2008, decenas de miles de personas están sin techo tras ser desalojadas a la fuerza de sus hogares en Yamena, la capital del país. En varios barrios se han demolido casas y otras construcciones. A finales de julio de 2009, prosiguió AI, aún estaban demoliéndose casas, y hay más personas en peligro de ser víctimas de desalojo forzoso.
En Kenia, en julio de 2009, unas 3.000 personas fueron desalojadas a la fuerza de sus hogares en la aldea de Githogoro, situada en la capital, Nairobi. Los desalojos se llevaron a cabo sin avisar adecuadamente ni realizar ninguna consulta con las personas afectadas. Muchas personas quedaron sin techo, viéndose obligadas en algunos casos a vivir entre los escombros de sus antiguas casas, sin acceso a agua limpia, alcantarillado ni atención a la salud.
En Nairobi, según AI, el Centro por el Derecho a la Vivienda contra los Desalojos (COHRE) destacó que aunque el 55 por ciento de la población de la ciudad vivía en asentamientos informales, estos residentes quedaban excluidos de los servicios municipales.
Asimismo, según Amnistía, el pasado mes de agosto el gobierno del estado de Rivers, en el sur de Nigeria, comenzó a desalojar a la fuerza a miles de personas para construir unas salas de cine, y miles más continúan en peligro de ser víctimas de desalojo forzoso y quedar en la indigencia. Muchas de estas personas afirman que la consulta de las autoridades del estado sobre los desalojos no fue adecuada. A quienes vivían allí no se les ha proporcionado un alojamiento alternativo adecuado.
El informe de Amnistía destaca también el caso de Guinea Ecuatorial, donde, desde 2003, "unas mil familias han sufrido desalojos forzosos debido a la construcción de carreteras, viviendas de lujo, hoteles y centros comerciales". Las casas han sido demolidas tanto en la capital, Malabo, como en el resto del país, en la importante ciudad de Bata y en otros pueblos. Muchas de las casas que han sido demolidas, según la organización, "eran estructuras sólidas en barrios bien establecidos y la gran mayoría de sus habitantes poseía títulos de propiedad".
A pesar de las promesas de recolocación para alguna de las víctimas de estos desalojos en Guinea Ecuatorial, "a día de hoy nadie ha sido realojado o compensado", según AI. Además, las casas prometidas a las víctimas "tendrán que ser compradas por un precio que supera de lejos la posibilidad de ser pagado, y las casas han sido ubicadas lejos de la ciudad y de trabajos y colegios", indicó.
Miles de personas, prosigue el informe, siguen corriendo el riesgo de ser desalojadas debido a que las autoridades ecuatoguineanas han emprendido un programa de regeneración urbana. "La nueva riqueza que conllevó el descubrimiento de petróleo a mediados de los noventa se ha traducido en una presión por la tierra con fines comerciales y para la construcción de viviendas de lujo", denunció AI. "Además, las autoridades han empezado a rehabilitar las principales ciudades y su infraestructura" y en muchas ocasiones, "los medios de comunicación han hablado de las intenciones hechas públicas por parte de sus autoridades de acabar con el chabolismo en la ciudad".
MOVILIZACIONES DE PROTESTA
En todo el continente africano hay organizadas protestas con motivo del Día Mundial del Hábitat para condenar los desalojos forzosos en masa que los Gobiernos están llevando a cabo, según AI. "Supervivientes de estos desalojos, personas que viven en asentamientos informales y simpatizantes de Amnistía Internacional en Burkina Faso, Costa de Marfil, Ghana, Kenia, Nigeria, Senegal, Togo y Zimbabue alzarán unidas su voz contra los desalojos forzosos en África el 5 de octubre de 2009", anunció.
"La movilización de personas de toda África contra la práctica devastadora de los desalojos forzosos masivos llevados a cabo por los Gobiernos en todo el continente es una llamada de atención a los dirigentes africanos", manifestó Van der Borght. "La gente no se quedará de brazos cruzados presenciando cómo sus Gobiernos destruyen ilegalmente sus hogares", agregó.
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