domingo, 13 de septiembre de 2009

La crisis marca las elecciones portuguesas



El Partido Socialista llega a las elecciones generales en medio de la mayor crisis económica de toda la historia reciente de Portugal y un ambiente laboral enrarecido con el anuncio de huelga de profesores y pilotos.

Las encuestas tampoco parecen estar a favor del primer ministro José Sócrates, que en poco tiempo ha caído en picado y está en un empate técnico con su principal adversario, el PSD liderado por Ferreira Leite. Los comunistas, por su parte, ceden el tercer puesto al nuevo Bloco de Esquerdas, que cumple 10 años de existencia, mientras la derecha del CDS-PP queda en cuarto lugar.

Los portugueses entran oficialmente en la campaña electoral para las legislativas con todos las encuestas apuntando hacia un empate técnico entre las dos grandes formaciones políticas. Los sondeos son claros. El Partido Socialista del primer ministro José Sócrates tiene una ventaja de apenas dos puntos en relación con su más reñido competidor, el PSD, liderado por la ex ministra de Hacienda, Manuela Ferreira Leite.

El desgaste del gobierno socialista se ha acentuado en apenas unas semanas, cuando los estudios sobre la intención de voto le daba una ventaja de 5,6. Una situación que según los principales medios portugueses crea un empate técnico que deberá inclinarse por una fuerza u otra en las próximas dos semanas de campaña.

Las otras tres formaciones políticas también han cambiado sus posiciones, aunque el proceso ha sido más lento y se arrastra desde las pasadas elecciones legislativas de 2005, en las que la tercera fuerza portuguesa era la CDU (integrada por el PCP yOs Verdes), que ha dejado su puesto al Bloco de Esquerda, liderado por Francisco Louça y que cumple diez años desde su creación con la fusión de un partido marxista otro troskista y de la formación Política XXI y que en esta década ha visto crecer sus votantes. El último puesto en la intención de votos la ocupa el partido de derecha CDS-PP, cuyo candidato Paulo Portas ocupó el Ministerio de Defensa en el gobierno de coalición del socialdemócrata Durao Barroso.

Los sondeos también reflejan que los portugueses se inclinan, en un 47,4%, según publicaba el periódico ‘Diario de Noticias’, por un gobierno de coaligación entre dos o más formaciones, algo que está centrando el debate político en el país vecino.

Relanzar la economía, crear empleo, poner en marcha nuevas políticas sociales que combatan la crisis y promuevan la modernización de Portugal, al tiempo que reducir la dependencia energética y el endeduamiento externo son los principales retos que presenta el socialista José Sócrates para su reelección como primer ministro. Pero quizás la mejor baza de este político nacido en una aldea de Trás-os-Montes, en el Portugal más profundo, y que fue elegido por primera vez como primer ministro en 2005 después de la debacle del gobierno del socialdemócrata Santa Lópes, sea su propia imagen personal. Las encuestas publicadas por la prensa especialziada portuguesa así lo reflejan.

Pese a que la intención de voto parace estar casi a la par entre los dos grandes, no pasa lo mismo con la opinión que tienen de sus líderes. Aquí el transmontano gana por goleada y un 48% responde que es de los dos el que tiene mejores condiciones para ejercer el cargo, frente al 32% de Ferreira Leite, porque ‘tiene lo que es preciso para ser primer ministro’. Una buena imagen que le ha permitido campear toda una serie de denuncias que han salpicado esta legislatura. Una de las más mediáticas fue la obtención de su licenciatura en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, que se puso en duda y que levantó una polvareda que llegó incluso al Parlamento.

Sin embargo, sería también esa misma imagen y su personalidad, que algunos tildan de un tanto arrogante, la que le aleja de un posible pacto con el Bloco de Esquerda, y su candidato Francisco Lousa, con el que mantiene una precampaña de acusaciones y dimes y diretes que en nada favorecen un posible pacto postelectoral.

Las urnas tendrán la última palabra.

Manuela Ferreira Leite es la primera mujer que lidera el partido socialdemócrata portugués (PSD) y está considerada como una política austera, fama que ganó durante su etapa como ministra de Educación, en el gobierno de Cavaco Silva y de Hacienda con el también socialdemócrata Durao Barroso. Ella apuesta en el programa electoral por reducir la carga fiscal para beneficiar, principalmente, a las empresas.

Otro de los puntos que incluye en el apartado económico es la ampliación, de forma excepcional, de las prestaciones de desempleo para intentar reactivar una economía que vive sus peores momentos con un desempleo que supera el 9%. Otra de las novedades es el sistema de financiación de la Seguridad Social con la creación, según propone, de un fondo autónomo en el que los contribuyente podrían canalizar parte de sus ahorros, que finalmente revertirían en sus pensiones.

Además, la candidata del PSD ya se posicionó en temas tan delicados en el país vecino como el matrimonio entre homosexuales, afirmando en el debate televisivo ante el líder del Bloco de Esquerdas que para ella ‘en un matrimonio hay hijos’, aunque asegurando que respetaba al máximo a este colectivo.

La disminución de los gastos del Estado será otro de los caballos de batalla si llega a primera ministra, algo que ha creado un gran debate con los partidos de izquierda que denuncian la venta de empresas estratégicas como la GALP y la eléctrica EDP a intereses privados.

Otro de los puntos que recoge el programa socialdemócrata es la paralización de las grandes inversiones en infraestructuras, como el AVE y el nuevo aeropuerto de Lisboa, las cuales consideran como ‘inasumibles’ y con una rentabilidad muy cuestionable.




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