Cuatro policías murieron ayer en Grozni, capital chechena, en dos atentados cometidos por terroristas suicidas en bicicleta. Se trata de un nuevo episodio de la violencia que viene sacudiendo este mes la región norcaucásica rusa, que ha dejado decenas de muertos.
Los bombazos estallaron con media hora de diferencia, el primero en la calle Pervomaiski (Primero de Mayo) a la una y diez de la tarde (tres horas menos en la España peninsular), y el segundo en la de Mayakovski, a las dos menos veinte. Como resultado, perecieron dos policías en cada atentado, además de los terroristas. Los suicidas habrían recibido preparación de instructores árabes, según las autoridades chechenas.
En un primer momento se informó de cinco atentados realizados todos por terroristas en bicicleta, pero luego fueron confirmados sólo dos. Además de los cuatro policías muertos, otro resultó herido, así como también dos transeúntes. En ambos casos, los suicidas se acercaron a los uniformados y detonaron las cargas de explosivos que llevaban.
El presidente checheno, Ramzán Kadírov, identificó a los suicidas como Iliás Batálov, de Grozni, y Shamil Soltajánov, de la ciudad de Argún. "Los policías salvaron al precio de sus propias vidas a decenas de otras personas. Impidieron que los bandidos cometieran los actos terroristas que planeaban", señaló Kadírov.
Los atentados en Grozni y, en general, en Chechenia son últimamente menos frecuentes que en las vecinas repúblicas rusas de Daguestán e Ingushetia. Precisamente, en esta última, murieron la semana pasada 25 personas y más de 150 resultaron heridas después de que un terrorista hiciera explotar un microbús en el patio de la delegación del Ministerio del Interior en el momento en que los policías estaban pasando revista.
Chechenia ha sido noticia, sobre todo, por los asesinatos de activistas de derechos humanos. Hace 10 días fueron encontrados los cadáveres tiroteados de Zaremá Saduláyeva, directora de una ONG juvenil, y su marido. El mes pasado fue asesinada Natalia Estemírova, responsable de la organización Memorial en Chechenia.
Las organizaciones humanitarias han responsabilizado a Kadírov de la muerte de Estemírova. A Kadírov se le acusa de emplear métodos criminales, como torturas y ejecuciones sumarias, en su lucha contra los independentistas.
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