Artículo del 13 de Mayo del 2009 (EFE).- Escocia, que logró un gobierno autónomo hace diez años y tiene actualmente como primer ministro en Alex Salmond a un político nacionalista, se ha despertado de su "sueño de independencia", según el diario "Financial Times".
Si hace dos años este mismo periódico llegó a la conclusión, tras analizar las finanzas escocesas, de que esa parte del Reino Unido tenía fuerza suficiente para funcionar con independencia del resto del país, el panorama ha cambiado totalmente desde entonces.
Cuando se cumple el décimo aniversario de la llamada "devolution" (autonomía), surgen importantes dudas sobre la viabilidad económica de una Escocia independiente, dice el periódico.
Las últimas estadísticas del Gobierno de Edimburgo indican que la economía escocesa se ha debilitado prácticamente al mismo ritmo que la del resto del Reino Unido y que algo similar ha ocurrido con sus finanzas.
La debilidad de la economía escocesa, la excesivamente baja productividad y unas finanzas públicas "espantosas", escribe el diario británico, hacen "difícil de imaginar la independencia excepto para los nacionalistas más empecinados, incluso si Escocia se quedase con todos los ingresos del petróleo" del mar del Norte.
En los últimos diez años, analiza el periódico, se ha registrado una disparidad entre la productividad económica escocesa, inferior a la de Inglaterra, la parte más rica del Reino Unido, y su superior nivel de empleo.
Esto último se debe en parte a que Inglaterra ha tenido un mayor crecimiento demográfico que Escocia, señala el periódico.
Pero incluso si los últimos años no han sido tan malos como algunos creen, muchos han expresado fuertes temores por el futuro de la economía escocesa por su excesiva dependencia del sector financiero y los servicios públicos.
Los titulares alarmistas sobre la quiebra y el posterior rescate del Royal Bank of Scotland y el HBOS han representado una amenaza para Escocia dado el rápido crecimiento del sector financiero en relación con el resto de la economía.
Entre 1999 y el 2006, la contribución de ese sector a la economía escocesa pasó de un 5,2 a un 7,6 por ciento, es decir, que tuvo un crecimiento de 2,4 puntos, frente a un 1,9 por ciento en el caso de Inglaterra.
Pero es sobre todo la excesiva dependencia del sector servicios para impulsar el crecimiento lo que hace de Escocia un caso aparte.
El incremento del empleo en la administración pública, la sanidad y la educación ha sido más rápido en Escocia que en el resto de las regiones del país si se exceptúa Irlanda del Norte, y esa circunstancia hace a Escocia especialmente vulnerable en la crisis actual.
Si el análisis de la economía escocesa llevado a cabo hace dos años por el "Financial Times" indicaba que una Escocia independiente era perfectamente viable gracias al petróleo del mar del Norte, la caída del precio del crudo significa que ahora tendría un déficit equivalente al 14 por ciento del Valor Agregado Bruto este año si recibiese todos los ingresos del petróleo del Reino Unido.
Sin el petróleo, su déficit llegaría al 23 por ciento del Valor Agregado, según cálculos del periódico, y en esas circunstancias vender los bonos del Tesoro escocés no sería tarea fácil.
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