El gobierno del Perú sigue en su confusión y no da una. Por una lado, están las declaraciones del canciller de ese país, José García Belaunde, quien siguiendo la línea de justificación del violento accionar de las fuerzas policiales contra los indígenas de la amazonia peruana, sostiene que el presidente de Bolivia, Evo Morales, "ha asumido que tiene que liberar al pueblo peruano del Gobierno de Alan García", pues “existe evidencia de la presencia de emisarios bolivianos en Puno”, en referencia al mensaje del presidente boliviano para invocar a una revolución en la última cumbre de los pueblos.
"Lo que es importante es la panfletaria distribuida en Puno que venía de Bolivia, se dice, tendríamos que confirmar, que vendría de una imprenta del acusado de terrorista peruano y protegido por el gobierno boliviano, Walter Chávez", manifestó el Canciller a una agencia noticiosa.
No deja de sorprender por lamentable, que un jefe de la diplomacia se refiera a aun hecho ocurrido en el sur andino relacionándolo con los hechos ocurridos en el norte de la selva peruana. ¿Qué tiene que ver la cumbre realizada en el extremo sureño del Perú con la prepotente represión ordenada por su gobierno en el norteño departamento de Amazonas?. Y, ¿es dable que un jefe diplomático pueda proferir frases subliminales y con segundas intenciones, como eso de que “tendríamos que confirmar, que vendría de una imprenta del acusado de terrorista peruano y protegido por el gobierno boliviano, Walter Chávez"?
Es más, en una emisora radial, el canciller afirmó que "El señor Evo Morales cuando usa el término genocidio, él quiere chantarle al Perú y al Gobierno esa calificación. Lo hace deliberadamente. Estamos ante un caso de un enemigo del país". El canciller puede tener todo el derecho a opinar sobre la semántica y las intenciones subjetivas del Presidente Morales, pero a lo que no tiene derecho es identificar al Perú con este gobierno, menos aún, cuando las encuestas de opinión le señalan tan sólo un 25 % de aprobación.
No es sólo el Presidente Morales quien califica otorga esa calificación al gobierno de Alan García, sino un gran sector de peruanos, una gran sector de la comunidad internacional, y al fin de cuentas, la calificación viene de los mismos hechos ocurridos en la amazonía.
Pero, ¿que esta en el fondo de tales declaraciones? No hace falta un poder subjetivo de interpretación de las intenciones de otro para saberlo. Basta escuchar o leer sus declaraciones: el canciller concluye que “En tal sentido tenemos que ser concientes de que estamos frente a un señor que se ha imaginado que puede repetir en el Perú lo que hizo en Bolivia. Él está tratando de que en el Perú se den las condiciones que en Bolivia se dieron y arrastraron al Gobierno de Sánchez de Losada".
Es el terror a un proceso de democratización y de descolonización popular del poder.
Y si de fantasma y temores estamos hablando, otro es el de la Ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz, quien advirtió que “con la inminente derogatoria del Decreto Legislativo 1090, cuestionado por los nativos amazónicos, el Perú entraría en un incumplimiento del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y podríamos ser sancionados por ese país”.
La Ministra explicó a los medios de prensa que “con la derogatoria del (decreto legislativo) 1090 entraríamos en incumplimiento del TLC, porque nosotros para tener la implementación del tratado teníamos que poner en vigencia una legislación forestal que asegurara el sostenimiento del bosque, la eliminación de la tala ilegal y de la explotación y el comercio de la flora y la fauna silvestre ilegal”. La pregunta de cajón es ¿Y los nativos de la amazonía, por qué están peleando?
La Ministra ilustro a los oyentes de CPN Radio que “Estamos en la implementación del TLC y podría suceder que el Gobierno americano pudiera llevarnos a una solución de disputas, a una solución de controversias o a un mecanismo sanción”. Otra pregunta de cajón es la siguiente: ¿se habrá enterado la Ministra que hubo en cambio de gobierno en los Estados Unidos y que ya no gobierna el señor Bush?, ¿entenderá que no será para nada fácil a un gobierno como el de Obama tomar tales posiciones en contra de quienes son los verdaderos guardianes del medio ambiente, tema muy caro para los movimientos sociales que lo llevaron al poder?
A esto se suma las posiciones en el Congreso de las bancadas apristas, fujimoristas y neoliberales que por ahora se niegan a dar su voto para la derogatoria de los decretos del TLC.
La justa lucha de los pueblos nativos e indígenas de la amazonía peruana y el apoyo recibido por la mayoría de la población peruana y de importantes sectores de la comunidad internacional, ha debilitado a la derecha social, económica y política, la cual no esta clara aún por donde proseguir su eje de acción política.
Puede ser que reconozca su debilidad y acceda a la derogatoria, pero también puede ser que ante el terror y pánico que siente ante cualquier posibilidad de que se abra un proceso de verdadera democratización y descolonización del poder, se sienta acorralada, y profundice un giro represivo.
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