Por Inocencio Arias
Cuando se piensa en el continente africano, uno de los gigantes políticos que emerge, por su extensión, población, influencia en la zona y estabilidad es Sudáfrica. El país ha superado razonablemente el drama del apartheid, atrae emigración, es aspirante a miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, etc. Esta semana celebra unas elecciones democráticas.
África del Sur ha estado dominada, desde que acabó la supremacía blanca, por el partido ANC, que llevó a Mandela a la Presidencia. Su sucesor, Mbeki, ha acabado en desgracia dentro de la formación y parece llegada la hora de su archirrival en el seno de la misma, Jacob Zuma. Es éste un político populista, izquierdófilo y controvertido. Ha sido procesado por corrupción y violación. Sus partidarios alegaban que era un montaje político, sus detractores, al ser absuelto, que la judicatura se ha plegado a la nueva cúpula de la ANC. Es lo que sostiene Helen Zille, líder de la oposición.
Nadie duda de que el partido de Zuma ganará las elecciones de forma clara, quizás con un 60%, lo que significará, con todo, una clara rebaja en el apoyo del que venía gozando. Curiosamente, no acaparará ya en la votación el voto negro. Hay un sector de la clase media y pudiente negra desencantada con la ANC y con Zuma y que votará por la Alianza Democratica (DA), un grupo con liderazgo blanco, o por el Congreso del Pueblo. Estas dos formaciones han roto la barrera racial. El politólogo L. Schlemmer afirma que el predominio de la ANC esta ahora basado en consideraciones de clase, no de raza, los pobres votaran ANC, la clase media comienza a ser crítica.
El país, a pesar de su desarrollo comparativo, enfrenta diversos problemas. Un tercio de la población es pobre, el sida hace estragos -lo padecen más de 5 millones de personas y causa 1.000 muertes al día- y tiene uno de los índices de criminalidad más altos del mundo, unos 50 asesinatos diarios.
Zuma ha prometido ampliar el sistema de pensiones, algo que el país, en crisis económica, difícilmente puede permitirse, y ha manifestado que la única gente que consultará serán "el partido comunista y los sindicatos". La frase ha creado algún nerviosismo, pero no parece, por el momento, que el capital se haya inquietado en exceso y haya empezado a huir. El casi cantado presidente resulta peculiar por otros conceptos, es partidario de la poligamia y, según algunos cálculos, tendría seis esposas. Preguntado sobre cómo enfrentará la inoperancia y el absentismo de la burocracia, ha contestado: "No hay fórmula mágica, pero soy un gran admirador del rey zulu Shaka, que podía ser implacable".
El país, a pesar de su desarrollo comparativo, enfrenta diversos problemas. Un tercio de la población es pobre, el sida hace estragos -lo padecen más de 5 millones de personas y causa 1.000 muertes al día- y tiene uno de los índices de criminalidad más altos del mundo, unos 50 asesinatos diarios.
Zuma ha prometido ampliar el sistema de pensiones, algo que el país, en crisis económica, difícilmente puede permitirse, y ha manifestado que la única gente que consultará serán "el partido comunista y los sindicatos". La frase ha creado algún nerviosismo, pero no parece, por el momento, que el capital se haya inquietado en exceso y haya empezado a huir. El casi cantado presidente resulta peculiar por otros conceptos, es partidario de la poligamia y, según algunos cálculos, tendría seis esposas. Preguntado sobre cómo enfrentará la inoperancia y el absentismo de la burocracia, ha contestado: "No hay fórmula mágica, pero soy un gran admirador del rey zulu Shaka, que podía ser implacable".
El Rey Shaka es conocido por aplastar la cabeza de los que, a su juicio, no se comportaban correctamente. Un aviso conciso para navegantes.
http://www.estrelladigital.es/ED/diario/122713.asp
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