viernes, 22 de septiembre de 2017
11 de Setiembre en Chile:Un golpe para masacrar y saquear a un país
Un golpe para masacrar y saquear a un
País
El golpe de Estado en Chile del 11 de septiembre de 1973 fue
una acción militar llevada a cabo por cúpulas de las Fuerzas Armadas de Chile de
la Marina, Fuerza Aérea y el Ejército,
en conjunto con Carabineros para
derrocar al gobierno de la Unidad Popular que encabezaba el presidente Salvador Allende.
Salvador Allende había asumido en 1970 como Presidente de
Chile y la posibilidad de ser objeto de un golpe se había asomado mucho antes
en el marco de la denominada “Guerra Fría”. El gobierno de Estados Unidos,
dirigido por el presidente Richard Nixon y su secretario de Estado Henry
Kissinger, influyeron decisivamente en grupos políticos, empresariales y
militares opositores a Allende, financiando y apoyando activamente la
realización de un golpe de Estado. Dentro de estas acciones se encuentran el
asesinato del general René Schneider y el Tanquetazo, una sublevación militar
el 29 de junio de 1973.
El empresario que encabezó los enlaces con los servicios de
inteligencia de Estados Unidos para la planificación del golpe de estado, fue Agustín Edwards Eastman, quien fue propietario de la empresa
periodística El Mercurio S.A.P., que publica los diarios chilenos El Mercurio y
La Segunda, entre otros. Las acciones de conspiración en Chile incluyeron
medidas para la desestabilización del gobierno, campañas comunicacionales, la
polarización del País, la promoción de la violencia civil, sabotajes, entre
otras.
Si bien otros países sudamericanos vivieron también feroces
dictaduras militares como Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina, la de Chile
tuvo la característica de instaurar un grotesco laboratorio del modelo neoliberal, desarrollándose
a su vez un amplio saqueo del País, otorgando amplios beneficios y privilegios
a un grupo económico oligárquico instalándolos en la cúspide del poder, con un
amplio proteccionismo desde el estado y co gobernando con los sectores
militares golpistas, status logrado a través de múltiples actos de crueldad, persecución,
asesinatos, masacres, , torturas y exilio de un amplio sector de la población.
Parte importante de este status y de los privilegios
otorgados a esa oligarquía durante la dictadura militar se mantienen en el
presente al interior del estado chileno y por razones legales, fácticas y también
de corrupción, han sido parte importante
de las negociaciones y sumisiones de los diversos gobiernos en el denominado
retorno al periodo democrático, donde los grupos económicos luego del saqueo y
control de recursos, bienes y servicios durante el régimen que encabezó Augusto
Pinochet Ugarte y la Junta Militar (11 de septiembre de 1973 al 11 de marzo de
1990), que mantenía numerosas restricciones comerciales con países democráticos
en el mundo, logran durante los
gobiernos de la Concertación abrir caminos a la exportación por medio de
numerosos tratados internacionales de Libre Comercio, siendo el gobierno de
Ricardo Lagos el que más contribuyó en ese sentido, inflándose la fortuna a
nivel mundial de grupos como Angelini, Matte, Paulmann, Luksic, Piñera, entre otros.
Durante la dictadura militar las aguas del País se
mercantilizan a fines privados y se inicia un periodo de amplias
privatizaciones, comenzando un proceso de expansión del extractivismo
(minerías, forestales, celulosas, pesca, otros) y la sobre explotación de los
territorios para el lucro de estos grupos.
El dictador Augusto Pinochet Ugarte murió el 10 de diciembre
del 2006 con una gran fortuna que estaría relacionado con el saqueo y favores
concedidos a intereses empresariales. Por su parte, el empresario conspirador
del golpe, Agustín Edwards, murió el 24 de abril del 2017.
Antecedentes de la
masacre
Con el golpe de estado se declara el Estado de Sitio en todo Chile
y se prorroga hasta 1987. Esto significó la sustracción de la justicia y el
traspaso a jurisdicción militar de tiempo de guerra el conocimiento y decisión
de las causas por infracción a las normas de dicho Estado de Sitio.
Bajo esta excusa el gobierno de Pinochet se dedicó a hacer
detenciones arbitrarias. Se calcula en más de 250.000 detenciones las
realizadas los primeros días del golpe.
Ejecuciones sin previo aviso, desapariciones y muertos en falsos
enfrentamientos, se volvieron prácticas habituales. Diversos testimonios han
dado cuenta de la existencia en ese periodo de la delación entre vecinos y
colegas fomentada por la Junta Militar.
A comienzos de la dictadura se disolvió el Congreso Nacional y el
Tribunal Constitucional, los partidos de izquierda fueron considerados ilegales
y disueltos. Otros partidos fueron considerados en receso, mientras que los
Registros Electorales se incineraron y se cesaron las funciones de Alcaldes y
Regidores.
Si bien, no existe unanimidad respecto al número real de víctimas
de las violaciones a los derechos humanos en Chile durante ese periodo, el
número que se ha dado bajo el comando de Augusto Pinochet, se estima en 40.280
personas, entre asesinados, desaparecidos y torturados. El dato consta en el informe
oficial en 2011 de la Comisión Asesora para la Calificación de Presos,
Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política y Tortura
Entre 1990 y 1991, la Comisión de Verdad y Reconciliación -más
conocida como Comisión Rettig- reunió miles de testimonios y documentos sobre
los muertos y desaparecidos. Su trabajo fue completado entre 2003 y 2004 por la
Comisión sobre Prisión Política y Tortura -más conocida como Comisión Valech-,
que conoció los relatos de las víctimas y los métodos que utilizaron los militares
y agentes de la dictadura.
La Comisión Rettig estimó en 2.279 el número de muertos o
desaparecidos, pero un tercer grupo de trabajo, la Comisión de Reparación y
Justicia, añadió una nueva lista de 899 crímenes, que elevó la cifra final de
víctimas a 3.197.
A su vez, en el informe elaborado por las Fuerzas Armadas,
entregado a una Mesa de Diálogo cívico-militar que se reunió entre 1999 y 2001,
figuraron 200 nombres de detenidos desaparecidos. Todos ellos fueron lanzados
al Pacífico, a los ríos y los lagos de Chile o sepultados en lugares ignorados,
sobre un total de 1.198 hombres y mujeres, publicaba laverdad.es.
Las principales cifras de estos informes arrojan que un 46 %
aproximado de las víctimas asesinadas no tenía afiliación política y la mayoría
de los ejecutados militantes, eran integrantes del Partido Socialista, del
Movimiento de Izquierda y del Partido Comunista. Los sindicatos también
sufrieron parecida suerte. Estos fueron unos de los principales blancos de la
oleada inicial.
Por su parte, al menos 150 religiosos fueron obligados a salir del
país en los primeros compases de la dictadura. Las iglesias formaron grupos
pro- defensa de los Derechos Humanos (Comité Pro-Paz) y su actuación en
ocasiones llegó a enfurecer al propio gobierno.
Al final en 1975 está organización comandada por el Cardenal Silva
es cerrada adoptando como motivo principal que es una organización por la cual
los marxistas – leninistas crean problemas que perturban la tranquilidad
nacional. En sus años de vida esta organización denuncio más de 6900 casos de
persecución política además se asesoraron más de 6900 casos de exoneraciones.
Las persecuciones de religiosos se sucedieron y hubo muertes y
torturas de sacerdotes laicos así como incendios de capillas. En 1974 los
sacerdotes españoles Antonio Llido y Gerardo Poblete murieron a consecuencia de
las torturas. El comité Pro-Paz del Cardenal Silva fue sustituido por la
Vicaría de la Solidaridad creada por la Archidiócesis. Su labor de
asesoramiento y de denuncias condujo a la persecución de los que trabajaban en
ella.
Ante esto hubo grandes ejecuciones y secuestros masivos en el
mundo del campesinado y comunitario. La persecución de dirigentes rurales iba
paralela al desmantelamiento de la reforma agraria, traspasando tierras de
campesinos y comunidades a intereses empresariales.
Se estima en más de 171 las personas de origen Mapuche que fueron
ejecutadas o desaparecidas, según informe que encabezó el
historiador Hernán Curiñir, señalando: “Existe el caso de una lactante menor de
1 año y una señora de 73 años asesinadas por agentes del estado”.
Los
Principales órganos de “inteligencia” que actuaron en esta política del terror
eran: El Servicio de Inteligencia Militar. (S.I.M.), Servicio de Inteligencia
Naval. (S.I.N.), El Servicio de Inteligencia de Carabineros. (S.I.CAR.), El
servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea. (S.I.F.A.), La dirección Nacional
de Inteligencia. (DI.NA.), El Comando Conjunto, La Central Nacional de
Informaciones. (C.N.I.), La Dirección de Comunicaciones de Carabineros.
(DI.COM.CAR), Comando de Vengadores de Mártires. (CO.VE.MA.). Varios de agentes
de inteligencia post dictadura formaron empresas de seguridad, como Osepar, que
colaboraron con empresas forestales chilenas,
tema que fue atendido por un Grupo de Trabajo de la ONU sobre Mercenarios y
Guardias Privados y que presentó su Informe de Mision a Chile,
ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Marzo de 2008.
Antecedentes del
saqueo
No es
posible desprender el golpe de estado con los principales grupos económicos
beneficiados de la dictadura militar, como tampoco la fortuna del dictador.
Según el autor del Libro “Pinochet, el gran comisionista”,
la riqueza del dictador superó los 29 millones de dólares, pero hay voces que
dicen que esta suma es muchísimo mayor: departamentos en Valparaíso, Reñaca,
Iquique, Santiago, propiedades en el Molocoton, Parcelas en Quintero, autos,
entre otros. ¿Fortunas propias que se ganan en una carrera militar y de
servicio a la “patria”?
725 era el
número de compañías en manos del Estado al momento del golpe de estado del 11
de septiembre de 1973. La mayor parte fue a parar a manos de grupos económicos
altamente concentrado cuya mayoría surgieron y se consolidaron en los primeros
años de la dictadura. Al menos se perdieron 2.500 millones de dólares, en
cifras de la época, solamente en la transferencia a manos privadas de las 30
empresas más grandes. Estos montos, de acuerdo al porcentaje del PIB,
corresponderían hoy a unos 6.000 millones de dólares, según señalaba un informe de
diputados que fueron opositores a la dictadura y que recabaron información.
Varias de estas empresas recayeron en amistades cercanas e
incluso parientes, como el yerno del dictador, con la empresa Soquimich que
significó 261,9 millones de dólares menos que su valor real. Corfo, además,
dejó de percibir 184 millones de dólares por la venta de la azucarera estatal
Iansa. La generadora de electricidad Endesa representó una pérdida de 895,6
millones de dólares, otra generadora del mismo rubro, Chilgener (hoy Gener) de
171,1 millones de dólares, la distribuidora Chilectra de 96,4 millones de
dólares y el Banco de Chile de 66,9 millones de dólares, dicta el informe
parlamentario. Asimismo, se enajenaron 15.000 propiedades inmuebles de bienes
nacionales, de los cuales 11.000 fueron a parar directamente a manos de
privados. “Estamos hablando de cerca de ocho millones de hectáreas que estaban
en manos del Estado, cerca de 20% se mantuvo en poder de campesinos, pero el
resto fue transferido a otros privados”, explicaba el diputado Carlos Montes
sobre este informe.
Por otra
parte, más de 600 empresas privadas fueron cerradas durante la dictadura
militar tendiente a privilegiar el monopolio sobre ciertas actividades a favor
de grupos aliados o también llamados co gobernantes. Cierre de medios de
comunicación, empresas de servicio, energía, entre otras. Finalmente, la
imposición del modelo neoliberal impuso marcadamente una pirámide, la que post
dictadura fue administrada por los gobiernos de la concertación y que arrojó,
por ejemplo, que grupos o personas como “Luksic, Angelini, Matte, Paulmann y
Piñera, gane lo mismo que un millón de chilenos” con fortunas
acumuladas de manera absolutamente inmoral, en gran parte a costa de la depredación
de industrias extractivas, energéticas o la banca.
La estatal Endesa pasó a privatizarse y allí, los intereses de
varios grupos económicos-políticos alineados con la dictadura pasaron a su vez
a vincularse con la transnacional matriz en España. La misma, recibió el
control de más del 80 % de las aguas de Chile. COPEC, el holding petrolero,
conexa con empresas como Forestal Arauco y Celulosa Celco, pasó a las manos del
empresario italiano Angelini. Grandes extensiones de tierras, muchas de las
cuales eran de la reforma agraria de campesinos y comunidades, son traspasadas
a favor de los grupos forestales, incluido los Matte con CMPC. Asimismo, con el
cierre de numerosos medios de comunicación, Agustín Edwards se queda prácticamente
con un monopolio, controlando la prensa escrita a través del mercurio y sus
diarios conexos nacionales y regionales, convirtiéndose en el instrumento
comunicacional de la dictadura y recibiendo fortunas de arcas públicas a costa
del avisaje estatal. También, se puede señalar el paso de concesiones mineras a
numerosas empresas extranjeras, entre numerosos otros casos relacionados al
saqueo del País.
La salida del dictador
Pactos y diversos acuerdos establecidos entre militares, sectores
político – empresariales de la ultra derecha chilena y la Concertación por la democracia habrían
generado la salida pacífica del dictador Pinochet en 1990 a tal extremo, que
los gobiernos “democráticos” terminaron administrando el modelo económico de la
dictadura y continuaron con los beneficios para los grupos económicos
privilegiados por el régimen militar.
Cabe señalar que el empresario y militante de la derecha, Sebastián
Piñera, quien fue presidente de Chile entre los años 2010 al
2014, durante la campaña de 1988 del Sí y el No sobre la continuidad del
Gobierno de Pinochet apareció manifestando su opción por el NO, tratando de
vestirse en la gesta “democrática”. Era evidente que así sería para los grupos
privilegiados por la dictadura. El modelo ya había sido impuesto, los
monopolios y oligopolios ya habían sido instalados y mantener a Pinochet a la
cabeza del estado era inviable ya que los distintos países calificados de
“democráticos” y respetuosos de los derechos humanos no podían establecer
relaciones comerciales – diplomáticas con una dictadura militar, la que además
tenía una larga lista de denuncias por masacres y violaciones sistemáticas de
derechos humanos, entonces, había que “sacar al dictador”, en pacto, para que
luego los diversos tratados comerciales se pudiesen liberar.
Cabe
mencionar que Piñera, durante la dictadura militar, no solamente fue
privilegiado, sino además obtuvo diversos niveles de proteccionismo. Documentos desclasificados
de la CIA en Estados Unidos muestran
no sólo el nivel de influencia y relación de su persona con la dictadura o a
través de su hermano como ministro de estado o de su padre, que le dieron
ventajas en sus proyecciones empresariales, sino además incluye una gestión de
lobby del Embajador de Estados Unidos James Theberge con el Presidente de la
Corte Suprema para ir en su favor e incluso, la de una operación de
inteligencia que lo sacó del país mientras tenía orden de detención, sin
perjuicio de que la investigación judicial concluyó con la condena de dos de
los implicados en la estafa al Banco de Talca, mencionados también en los
documentos, quienes pasaron una respetable temporada tras las rejas.
Esto explica el rol fundamental que tuvo Piñera para pedir el retorno del dictador
que se encontraba en Inglaterra detenido por acciones de la justicia
internacional, bajo las peticiones del Juez español Baltazar Garzón por delitos
de lesa humanidad. Piñera decía que “No somos colonia de nadie”.
Finalmente, Pinochet retornó a Chile y murió postrado, claudicado,
sancionado moralmente, pero bajo una impunidad política y judicial otorgada por
el pacto “Militar – político – empresarial”, cuya herencia se manifiesta en el
presente en las estratosféricas fortunas de grupos económicos, una Constitución
Política fáctica que sigue vigente y amplias redes de corrupción entre sectores
empresariales con políticos.
Alfredo Seguel
Foto adjunta: Xinhua
VER VIDEOS
Recetas para saquear a un País (La Revuelta) / https://www.youtube.com/watch? v=IxFiI0LiD8I
El Golpe de estado en Chile / https://www.youtube.com/watch? v=yKJfNtoa5C4
Interferencia secreta en señal militar durante el Golpe de Estado
/ https://www.youtube.com/watch? v=b2JYopeGbgo
**************************
"Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga". (Ghandi)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)