La
primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, propuso el domingo un
referéndum para decidir su futuro y prometió dimitir si el pueblo lo
deseaba, en momentos en que la oposición alistaba un último intento por
sacarla del poder.
La oposición ha salido a las calles de la capital tailandesa durante
semanas en medio de enfrentamientos con la Policía, buscando derrocar a
Yingluck y erradicar la influencia de su autoexiliado hermano, el ex
primer ministro Thaksin Shinawatra.
Estas manifestaciones son el último estallido popular en una década
marcada por las rivalidades entre las fuerzas alineadas con la élite de
Bangkok y aquellos que apoyan a Thaksin, un ex magnate de las
telecomunicaciones que durante su Gobierno contó con un gran apoyo de
los sectores rurales debido a una serie de políticas para proteger a los
más pobres.
Subrayando las diferencias políticas que existen en el país asiático,
el opositor Partido Democrático dijo que todos sus parlamentarios
abandonarían sus escaños porque no podían trabajar con el partido
gobernante.
El líder de las protestas, Suthep Thaugsuban, un ex primer ministro
del Partido Democrático, ha pedido que el lunes se realice una última
manifestación para forzar la salida de Yingluck.
Sin embargo, la primera ministra dijo en un discurso televisado que su Gobierno buscaba formas de poner fin al conflicto.
"Deberíamos realizar un referéndum para que la gente pueda decidir lo que deberíamos hacer", sostuvo.
Suthep, consciente de que Yingluck probablemente ganaría una
elección, ha llamado a crear un "consejo del pueblo" con "personas
buenas" para reemplazar al Gobierno.
Yingluck, quien ha calificado la idea de Suthep como inconstitucional
y antidemocrática, no dio detalles del posible referéndum, pero dijo
que estaba en línea con la Constitución.
"Tengo la voluntad de escuchar las propuestas de los manifestantes. No soy adicta a este cargo", aseguró.
"Estoy dispuesta a renunciar y disolver el Parlamento si eso es lo que la mayoría del pueblo tailandés desea", agregó.
Suthep ha dicho a sus partidarios que deben recuperar el poder desde
lo que califica como el "ilegítimo régimen Thaksin", aunque dijo que no
podían confiar en la ayuda del Ejército.
El Ejército, que derrocó a Thaksin el 2006, ha dicho que no quiere involucrarse esta vez y ha intentado hacer de mediador.
Thaksin abandonó Tailandia el 2008 para evitar una condena por
corrupción, pero se ha mantenido involucrado en el Gobierno de su
hermana. Las protestas se desataron el mes pasado por un intento del
Gobierno de aplicar una amnistía que habría puesto fin a su condena.
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