sábado, 14 de diciembre de 2013

Alarma en Asia por la purga política en Corea del Norte

SEÚL.- No lo salvó la jerarquía ni el parentesco. Jang Song-thaek, número dos de Corea del Norte y tío del dictador Kim Jong-un, fue ejecutado anteayer, en una purga que ayer despertó temores en Asia de que el régimen lance ahora demostraciones de fuerza destinadas a desestabilizar toda la región, como, por ejemplo, una acción militar.

Jang, anteayer, antes de que fuera ejecutado. Foto: AFP

Considerado uno de los políticos más aperturistas del conservador régimen norcoreano, Jang se habría granjeado en su larga carrera muchos enemigos de la línea dura predominante en las elites del ejército y del Partido de los Trabajadores, brazos militar y político del sistema draconiano que rige el país.
Su sentencia y ejecución supuestamente por estar detrás de una conspiración para derrocar al líder máximo desataron la inquietud en la región, en particular en Corea del Sur y Japón, de que el joven e impetuoso Kim Jong-un se lance a aventuras militaristas para demostrar quién está al mando.

Corea del Sur expresó su "gran preocupación por lo sucedido" y afirmó que está "preparada para todas las posibilidades", en referencia al eventual caso de una acción militar del país vecino, o de cualquier hecho que pueda causar tensión entre estas dos naciones, enfrentadas desde la Guerra Fría y divididas por una de las fronteras más militarizadas del mundo.

El ejército de Corea del Norte podría realizar algún tipo de acción armada "como parte del reino del terror creado por Kim Jong-un", dijo el ministro de Defensa surcoreano, Kim Kwang-jin, confirmando los temores de Seúl a una posible "provocación" de Pyongyang para garantizar la unidad y cerrar filas en torno al líder.

En medio de la lucha interna de poder, observadores como el analista político surcoreano Shim Jae-hoon creen que Kim se lanzará a eliminar al resto de la facción de Jang en una "sangrienta purga". El tío de Kim murió porque "llevaba mucho tiempo demasiado cerca del poder", agregó el analista.

"Si tiene que tomar una medida tan drástica como la de purgar y ejecutar a Jang, eso indica que la situación no es del todo normal", dijo por su parte Victor Cha, ex asesor de la Casa Blanca para Asia. "Cuando eliminan a Jang, no se están deshaciendo de una sola persona: están sacando a muchas, cientos de personas en el sistema. Va a tener un efecto dominó", agregó.

Funcionarios de inteligencia de Corea del Sur afirmaron que dos cercanos colaboradores de Jang fueron ejecutados semanas atrás.

Para Narushige Michishita, experto del Instituto Nacional de Estudios Políticos en Tokio, la muerte de Jang demuestra que Kim "tiene las agallas para retener el poder, y esto podría mostrar su voluntad, su disposición a deshacerse de todo lo que se le interponga".

Una de las dudas que despertó la movida de Kim para sacudirse la sombra de Jang es si las relaciones de Corea del Norte con China, de la que depende económicamente, se verán deterioradas. Jang era uno de los principales promotores de los acuerdos comerciales y financieros con el único socio exterior importante del régimen. Aislado y hermético, las escasas declaraciones al exterior del gobierno de Pyongyang suelen incluir amenazas bélicas a sus hermanos y enemigos de la otra Corea.

El gobierno chino se limitó a considerar la ejecución como "un asunto interno" de Corea del Norte, y expresó su deseo de que su histórico aliado mantenga la estabilidad política y económica. Sin más que agregar, el diario oficialista Global Times destacó la noticia de un acuerdo entre ambos países para la creación de una nueva "zona económica especial" en la frontera.

Japón, en cambio, dijo seguir "con atención" los posibles escenarios en Corea del Norte.

"Monitoreamos la situación con los canales de comunicación abiertos con los otros países, reuniendo todas las informaciones relevantes", dijo el vocero del gobierno Yoshihide Suga, que mencionó la "cooperación" con Estados Unidos y Corea del Sur sobre los "cambios en la estructura del poder" de Pyongyang.

Los medios norcoreanos, lejos de calmar las aguas y llevar tranquilidad dentro y fuera de las fronteras, insistieron en socavar la memoria de Jang con todo tipo de insultos.

Se le atribuyó así un abanico de acusaciones como "distribuir fotos obscenas para introducir el modo de vida capitalista en el país", derrochar millones de dólares en casinos extranjeros, malvender recursos naturales del país o falsificar documentos.

Agencias EFE, AP y ANSA.


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