miércoles, 2 de octubre de 2013

La trata de personas un negocio rentable en las zonas mineras de Perú

 XINHUA

La trata de personas con fines de prostitución se ha convertido en un negocio rentable en las zonas mineras de Perú, donde han hecho su aparición campamentos de diversión, con jóvenes mujeres y licor, según las autoridades peruanas.

La Policía Nacional, con la ayuda de agentes encubiertos realizan periódicamente operativos para desbaratar este delito, que muchas veces involucran engaños y secuestro de menores adolescentes que son captadas por las redes criminales.

Según la policía peruana, uno de los lugares donde actualmente existe un auge de este delito en la región amazónica de Madre de Dios, donde existe una actividad económica altamente rentable con la extracción ilegal de oro.

La Defensora del Pueblo adjunta para la niñez y la adolescencia, Mayda Ramos, precisó que las menores de 15 a 17 años son trasladadas desde comunidades rurales de la Amazonía peruana con engaños de que tendrán un trabajo doméstico, pero terminan prostituyéndolas.

Uno de los factores que favorecen a esta actividad es la pobreza en la que se encuentran muchas jóvenes en estas comunidades, situación que son aprovechadas por las organizaciones criminales para reclutar mujeres jóvenes.

Detalló que entre las localidades de donde proceden las mujeres, se han identificado las regiones de Loreto, Ucayali, y las mafias se enfocan en estas zonas porque irán a trabajar en Madre de Dios o la selva de la región Cusco, donde el clima es tropical como en sus lugares de procedencia.

Ramos precisó que una de las instituciones donde se deben reportar la trata de personas es el Ministerio Público, sin embargo son pocos los casos que se ventilan en esta instancia judicial debido al desconocimiento de sus derechos de las víctimas.

Otroo de los problemas que enfrentan estas jóvenes es que, muchas veces, cuando acuden a hacer las denuncias del engaño con que fueron traídas de sus comunidades de origen algunas autoridades locales de Madre de Dios no les hacen caso.

De acuerdo a la funcionaria, esta situación se agrava por los grados de corrupción que existen en estas poblaciones donde los todo poderosos mineros, con abundante dinero, producto de la extracción de oro, todo lo pueden comprar.

En algunos casos, al no recibir respuestas en las autoridades locales, algunas de estas víctimas de trata de personas acuden a la Defensoría del Pueblo en busca de apoyo, donde se han registrado numerosas denuncias sobre este flagelo.

Otra instancia donde tampoco han encontrado respuesta es en la instancia judicial, que para colmo cuenta con un sistema operativo donde, frecuentemente, se dilatan hasta la desesperación los procesos legales.

Según cálculos de las autoridades peruanas, en el emporio minero de Madre de Dios, se calcula que deben existir alrededor de 2.000 a 2.500 mujeres dedicadas a la prostitución, muchas veces forzada, y con la agravante de ser menores de edad.

Otra zona identificada con alta incidencia de trata de personas se encuentra en la zona altiplánica de La Rinconada, en la región Puno, fronteriza con Bolivia, ubicado a 1.540 kilómetros al sureste de Lima.

Patricia Figueroa, representante del Grupo Multisectorial Permanente contra la Trata destacó la labor que llevan las autoridades peruanas con escasos recursos para combatir este delito en contra de las mujeres.

Detalló que, actualmente solo cuentan con 145 mil dólares para hacer frente a esta actividad criminal que cuenta con muchos recursos económicos, porque este es un negocio millonario.

Figueroa sostuvo que como parte de las mejoras para hacer frente a la trata de blancas, su entidad solicitará que se amplíe la partida para 2014 hasta por un 363 mil 636 dólares (alrededor de un millón de nuevos soles).

Los cálculos de las autoridades peruanas dan cuenta que en la segunda zona minera informal, La Rinconada, deben existir alrededor de 2.500 a 3.000 mujeres ejerciendo el oficio más antiguo del mundo, pero en condiciones forzadas.

El director de la Organización No Gubernamental CHS Alternativo, Alberto Arenas, sostuvo que en estas zonas mineras no hay ley ni orden, porque se encuentran en lugares remotos del territorio peruano, por esa razón la trata de personas es sinónimo de esclavitud por las condiciones inhumanas que son explotadas estas mujeres.

Para el activista, las redes que controlan esta actividad económica, hace ejercicio de las amenazas, la violencia física y sexual para retener a las víctimas como si fueran mercancías.

También reiteró, la vulnerabilidad de las jóvenes que se encuentran en situación de pobreza, porque son ellas las principales víctimas de estas organizaciones, y las engañan ofertando supuestos trabajos bien remunerados en zonas alejadas de sus comunidades.

Tanto la Policía peruana, como el Ministerio Público y las entidades encargadas de garantizar los derechos de las víctimas en este país coincidieron en que los grupos más vulnerables de caer en este red son las mujeres de entre 15 a 25 años.

Precisaron que siete de cada 10 personas aceptan las falsas ofertas de trabajo que por diversos medios utilizan las mafias encargadas de reclutar a sus ocasionales víctimas para después esclavizarlas en los remotos campamentos mineros.

La minería ilegal en Perú es un escenario apetecible para las organizaciones criminales dedicadas a la trata de personas porque estos emporios económicos generan alrededor de 3.000 millones de dólares anuales.

Ante esta situación, el gobierno peruano ha decido a enfrentan de manera total este problema con el combate frontal a la minería informal, a la trata de personas, el blanqueo de dinero y otros delitos conexos que giran en torno a la "fiebre de oro".


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