Europa ha estado en suspenso durante meses. Una y otra vez se ha
dicho que los grandes desafíos deben esperar hasta el resultado de las
elecciones alemanas. Alemania es la potencia indispensable del
continente en crisis y no se puede tomar ninguna decisión importante sin
ella.
Aún así, la campaña electoral no lo refleja: curiosamente, los
políticos parecen renuentes a debatir el futuro europeo y el papel de
Alemania en él.
Ha habido más pasión en discutir si los comedores populares deberían
tener un día sin carne a la semana que en debatir futuros rescates en la
eurozona.
A la oposición le ha interesado más enfocarse en retratar a Alemania
como una economía de salarios bajos y en discutir sobre la escasez de
mano de obra calificada que en debatir sobre Europa.
En lo que respecta a la canciller Angela Merkel, esto es bastante
deliberado. Ella es, de lejos, la política más popular en Alemania. Sus
índices de aprobación de 60% -después de ocho años en el poder- son la
envidia de cualquier otro político europeo.
Sus afiches recuerdan a los votantes que con ella están en buenas
manos. Su estilo pausado, cauteloso y paso a paso se adapta al estado de
ánimo alemán.
La impresión que da es que quiere dejar de lado cualquier tema europeo, que puede espantar a los votantes.
Merkel confía en que el estado de la economía alemana, con el índice
de desempleo más bajo en dos décadas, le ayudará a conservar su puesto
de canciller.
¿Gran coalición?
Sin embargo, un comentario publicado en la revista Der Spiegeldice:
"La campaña electoral alemana ha paralizado al continente de una manera
nunca antes vista en la historia de la Unión Europea (UE)".
Eso es cuestionable, pero hay muchos asuntos europeos confinados al
carril lento de la política. Las discusiones sobre la unión bancaria (y
un fondo común de resolución) -un paso gigante para la UE- surgen muy
rara vez.
La admisión de que Grecia necesitará de un tercer rescate sólo cobró
vida brevemente. Ha habido pocas discusiones sobre la austeridad y si
ésta ayudó a salvar a la moneda única o si ha condenado a partes de
Europa a un estancamiento a largo plazo.
Los comicios del 22 de septiembre están a la vuelta de la esquina. Se
pronostica que Merkel saldrá victoriosa. La única interrogante es con
qué partido formará coalición.
Las encuestas sugieren una ligera ventaja para su partido, la Unión
Demócrata Cristiana, y su actual socio, el Partido Democrático Liberal.
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