Durante nueve meses, el periodista Benjamin Skinner y su equipo investigaron las condiciones laborales en las plantaciones de palma en Indonesia. Los estremecedores resultados fueron publicados en Bloomberg-Bussinessweek (en inglés): los trabajadores en los monocultivos de la empresa malasia KLK fueron atraídos con promesas falsas, les robaron sus documentos y les obligaron a realizar trabajos forzosos.
Ya en 2010, la organización ambiental Rainforest Action Network RAN, denunció al grupo KLK y a sus clientes por graves violaciones de derechos humanos. KLK es, con 200.000 hectáreas de plantaciones, el quinto productor de aceite de palma del mundo. Empresas occidentales como Cargill, que les habría comprado 27.000 toneladas de aceite de palma, son sus clientes.
La multinacional norteamericana abastece a su vez de aceite de palma a grandes fabricantes de alimentos como Nestlé, Kellog's y Unilever, así como también a la industria del biodiesel. Así los productos del trabajo esclavo aterrizan en la mesa y el tanque del automóvil de muchas familias: margarina, cereales de desayuno, cremas de cacao, helados, cosméticos y en el biocombustible.
Salva la Selva se une a RAN para exigir a Cargill y sus clientes que se abstengan de comerciar con este dañino aceite de palma obtenido a base de trabajo esclavo.
Comienzo de la acción: 07/08/2013
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