Alrededor
de 3.000 personas salieron a las calles de Lima hoy para protestar
contra el gobierno del presidente de Perú, Ollanta Humala, que mañana
cumple su segundo año de gestión.
La convocatoria de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), que reúne a los principales gremios sindicales, recibió la respuesta de varios partidos políticos de oposición y sus movimientos juveniles, así como de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), y organizaciones universitarias.
Asimismo, estudiantes, periodistas y activistas políticos reunidos en el flamante movimiento #TomaLaCalle convocaron a sus seguidores por las redes sociales y marcharon contra el gobierno y el Congreso peruanos.
El presidente peruano cumplirá mañana su segundo año de gobierno con 33 % de aprobación, la más baja de su gestión que concluye en 2016, y ofrecerá un informe anual al Congreso, en el día que se celebra la Independencia de Perú.
La principal demanda de los trabajadores es la derogatoria de la ley del servicio público, que pretende organizar la carrera en el aparato estatal, pero que los sindicatos aseguran que pretende despedir a los empleados y acabar con la estabilidad en ese sector.
Sin embargo, a esta demanda se han unido reclamos de distinto tenor como la lucha contra la corrupción y el reparto de cargos públicos entre los allegados del oficialismo y sus aliados políticos en el Congreso.
Incluso, un grupo de seguidores del club profesional de fútbol, Universitario, se unieron a la movilización para reclamar contra la propuesta de convertir al equipo en una sociedad anónima.
Los manifestantes se congregaron en las plazas Dos de Mayo y San Martín y marcharon por varias avenidas del centro histórico hacia la avenida Abancay con el objeto de llegar al Congreso y al Palacio de Gobierno.
Sin embargo, la Policía Nacional desplegó a 5.000 efectivos fuertemente armados para bloquear los accesos a ambos edificios con el uso de rejas y tanques antimotines.
La movilización encabezada por Mario Huamán, secretario general de la CGTP, y Rocío Silva Santisteban, secretaria ejecutiva de la CNDDHH, transcurrió pacíficamente bajo los lemas de "Basta ya de soportar, todo el pueblo a luchar" y "Urgente, urgente, nuevo presidente", entre otros.
Una comisión formada por Huamán, Silva Santisteban y los legisladores Manuel Dammert y Yonhy Lescano ingresaron a la oficina de la Presidencia del Consejo de Ministros, ubicada en el Palacio de Gobierno, para dejar sus demandas al primer ministro, Juan Jiménez.
Al llegar a la avenida Abancay, cerca al parque Universitario, último punto de la movilización, la Policía lanzó bombas lacrimógenas contra grupos del Partido Aprista Peruano del expresidente Alan García que intentaron romper el cordón policial.
Algunos grupos de los sindicatos laborales quemaron cajas en forma de ataúd con fotos de Humala bajo el grito de "Y va a caer, va a caer, el sacolargo va a caer" y "Aquí, allá, el miedo se acabó".
Otros piquetes de manifestantes, como los seguidores de "Universitario", también fueron repelidos por la Policía con gases cuando los agentes comenzaron a avanzar hacia ellos para despejar las calles de los manifestantes.
El director de la Policía en Lima, Luis Praelli, dijo a Canal N que la marcha fue pacífica, a excepción de la movilización de los hinchas de la "U" que, según afirmó, lanzaron piedras a los agentes.
Ayer, Humala dijo que las fuerzas del orden actuarían para evitar las manifestaciones de violencia, ante la presunción de que la marcha está infiltrada por integrantes del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), formada por ex integrantes de la banda armada Sendero Luminoso.
Después de tres horas de movilización y los algunos conatos de enfrentamiento, la Policía detuvo a varios manifestantes, mientras que diversos grupos regresaban a la plaza San Martín para tener un mítin de cierre.
La convocatoria de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), que reúne a los principales gremios sindicales, recibió la respuesta de varios partidos políticos de oposición y sus movimientos juveniles, así como de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), y organizaciones universitarias.
Asimismo, estudiantes, periodistas y activistas políticos reunidos en el flamante movimiento #TomaLaCalle convocaron a sus seguidores por las redes sociales y marcharon contra el gobierno y el Congreso peruanos.
El presidente peruano cumplirá mañana su segundo año de gobierno con 33 % de aprobación, la más baja de su gestión que concluye en 2016, y ofrecerá un informe anual al Congreso, en el día que se celebra la Independencia de Perú.
La principal demanda de los trabajadores es la derogatoria de la ley del servicio público, que pretende organizar la carrera en el aparato estatal, pero que los sindicatos aseguran que pretende despedir a los empleados y acabar con la estabilidad en ese sector.
Sin embargo, a esta demanda se han unido reclamos de distinto tenor como la lucha contra la corrupción y el reparto de cargos públicos entre los allegados del oficialismo y sus aliados políticos en el Congreso.
Incluso, un grupo de seguidores del club profesional de fútbol, Universitario, se unieron a la movilización para reclamar contra la propuesta de convertir al equipo en una sociedad anónima.
Los manifestantes se congregaron en las plazas Dos de Mayo y San Martín y marcharon por varias avenidas del centro histórico hacia la avenida Abancay con el objeto de llegar al Congreso y al Palacio de Gobierno.
Sin embargo, la Policía Nacional desplegó a 5.000 efectivos fuertemente armados para bloquear los accesos a ambos edificios con el uso de rejas y tanques antimotines.
La movilización encabezada por Mario Huamán, secretario general de la CGTP, y Rocío Silva Santisteban, secretaria ejecutiva de la CNDDHH, transcurrió pacíficamente bajo los lemas de "Basta ya de soportar, todo el pueblo a luchar" y "Urgente, urgente, nuevo presidente", entre otros.
Una comisión formada por Huamán, Silva Santisteban y los legisladores Manuel Dammert y Yonhy Lescano ingresaron a la oficina de la Presidencia del Consejo de Ministros, ubicada en el Palacio de Gobierno, para dejar sus demandas al primer ministro, Juan Jiménez.
Al llegar a la avenida Abancay, cerca al parque Universitario, último punto de la movilización, la Policía lanzó bombas lacrimógenas contra grupos del Partido Aprista Peruano del expresidente Alan García que intentaron romper el cordón policial.
Algunos grupos de los sindicatos laborales quemaron cajas en forma de ataúd con fotos de Humala bajo el grito de "Y va a caer, va a caer, el sacolargo va a caer" y "Aquí, allá, el miedo se acabó".
Otros piquetes de manifestantes, como los seguidores de "Universitario", también fueron repelidos por la Policía con gases cuando los agentes comenzaron a avanzar hacia ellos para despejar las calles de los manifestantes.
El director de la Policía en Lima, Luis Praelli, dijo a Canal N que la marcha fue pacífica, a excepción de la movilización de los hinchas de la "U" que, según afirmó, lanzaron piedras a los agentes.
Ayer, Humala dijo que las fuerzas del orden actuarían para evitar las manifestaciones de violencia, ante la presunción de que la marcha está infiltrada por integrantes del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), formada por ex integrantes de la banda armada Sendero Luminoso.
Después de tres horas de movilización y los algunos conatos de enfrentamiento, la Policía detuvo a varios manifestantes, mientras que diversos grupos regresaban a la plaza San Martín para tener un mítin de cierre.
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