El ex Mandatario sudafricano fue internado en un hospital por una infección pulmonar y está grave pero estable, informó el Gobierno de Jacob Zuma
Mandela, de 94 años, quien se convirtió en el primer
presidente negro de la mayor economía de África en 1994 después de unas
históricas elecciones multirraciales, ha estado ingresado tres veces
desde diciembre. Llevaba varios días sufriendo la infección, dijo un
comunicado.
"Esta mañana, alrededor de las 1:30 a.m. (23:30 GMT del
viernes) su estado se deterioró y fue trasladado a un hospital de
Pretoria. Permanece grave pero estable", dijo el Gobierno.
La redacción del comunicado gubernamental, sobre todo la
inclusión de la palabra "grave", es una causa de preocupación para los
53 millones de sudafricanos, para los que Mandela sigue siendo un
potente símbolo de la lucha contra décadas de mandato de la minoría
blanca.
"Es una noticia muy dolorosa, pero rezo por él para que
pueda ponerse mejor y mejor y mejor ya que es el mejor hombre de este
país", dijo el residente en Pretoria Khodani Mulwena.
El portavoz presidencial Mac Maharaj dijo que es optimista sobre la salud del Premio Nobel de la Paz.
"Lo que me dijeron los médicos es que respira por sí mismo y creo que es una señal positiva", dijo.
"Madiba es un luchador y a su edad, siempre que esté
luchando estará bien", agregó, refiriéndose a Mandela por su nombre de
clan.
Mandela dejó la presidencia en 1999 tras un solo mandato y lleva apartado de la política durante una década.
Su última comparecencia pública fue en la final del
Mundial de fútbol de 2010, celebrada en Johanesburgo y en la que España
ganó a Holanda. Se le pudo ver en una breve comparecencia mostrada por
la televisión estatal en abril cuando el presidente Jacob Zuma le visitó
en su casa.
El Congreso Nacional Africano en el poder tranquilizó a
los ciudadanos con que Mandela estaba "en buena forma", aunque las
imágenes mostraron a un anciano frágil y delgado sentado inexpresivo en
un sillón con la cabeza apoyada contra una almohada".
"DEMASIADO SANTO"
Desde su retirada de la vida pública, ha dividido su
tiempo entre su casa de Johanesburgo y Qunu, el pueblo en la empobrecida
Provincia Oriental del Cabo donde nació y pasó sus primeros años.
Mandela estuvo ingresado casi tres semanas en el
hospital en diciembre con una infección pulmonar después de que le
extirparan unos cálculos biliares.
Esa fue su estancia más larga en el hospital desde que
saliera de la cárcel en 1990 después de casi tres décadas entre rejas o
en la prisión de la isla Robben cercana a Ciudad del Cabo por conspirar
para derrocar al gobierno del apartheid.
Su historia de problemas pulmonares se remonta a sus años en la cárcel en Robben Island, donde contrajo tuberculosis.
Aunque continúa siendo alguien ampliamente venerado,
Mandela también cuenta con una serie de detractores tanto en su país
como en el resto de África que sienten que realizó demasiadas
concesiones a los blancos, que constituyen sólo el 10 por ciento de la
población, en la época posterior al apartheid.
A pesar de los más de diez años de políticas de acción
afirmativa dirigidas a restablecer el equilibrio, Sudáfrica continúa
siendo una de las sociedades más desiguales del mundo con los blancos
todavía controlando la mayor parte de la economía.
De media, un hogar blanco gana seis veces más que uno negro.
"Mandela ha ido un poco demasiado lejos haciendo el bien
a las comunidades no negras, en algunos casos realmente a costa de los
negros", dijo el presidente de Zimbabue Robert Mugabe, de 89 años, en un
documental emitido este mes en la televisión sudafricana.
"Está siendo demasiado piadoso, demasiado bueno, demasiado santo".
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