Tatiana Félix
Periodista de Adital
Adital
En la mañana de este jueves (2), cerca de 200
manifestantes entre ribereños, pescadores e indígenas de las etnias Munduruku,
Juruna, Kayapó, Xipaya, Kuruaya, Asurini, Parakanã y Arara ocuparon el obrador
de la Usina Hidroeléctrica de Belo Monte, en Vitoria do Xingú, Pará, en otro intento
por impedir la implantación del proyecto hasta que se cumpla la consulta previa
a la que ellos tienen derecho. "Lo que nosotros queremos es simple: ustedes
necesitan cumplimentar la ley que regula la consulta previa a los pueblos
indígenas”, explican en una carta.
Para ello, exigen la suspensión inmediata de
"todas las obras, estudios y operaciones” relacionadas con las represas en los ríos
Xingú, Tapajós y Teles Pires. "Nosotros queremos dialogar, pero ustedes no están
dejando que hablemos. Por eso nosotros ocupamos su obrador. Ustedes precisan parar
todo y simplemente escucharnos”, alegan.
La expectativa de los manifestantes era la de
parar el trabajo de cerca de seis mil trabajadores. Según ellos, la ocupación
"se mantendrá por tiempo indefinido o hasta que el gobierno federal atienda las
reivindicaciones presentadas”.
Ellos reclaman que sus territorios están
invadidos no sólo por los proyectos de desarrollo, sino también con "soldados y
camiones de guerra”, en un acto represivo. "Ustedes hacen esto porque tienen
miedo de escucharnos. De escuchar que no queremos represas. De entender por qué
no queremos represas”, dicen.
A pesar de tener el derecho de ser consultados,
lo que las comunidades afectadas por la construcción de Belo Monte consiguieron
hasta ahora fue un Decreto presidencial (7957/2013) de carácter "represivo”,
que creó la Compañía de Operaciones Ambientales de la Fuerza Nacional de Seguridad
Pública para "brindar ayuda en la realización de levantamientos y laudos
técnicos sobre impactos ambientales negativos”.
Éste es otro intento de los pueblos
indígenas, pescadores, ribereños y comunidades tradicionales de hacerse escuchar
y que se respete su derecho de ser consultados sobre el proyecto que les afectará
directamente, ya que la hidroeléctrica de Belo Monte es una de las siete
represas que componen el complejo hidroeléctrico del río Xingú, que inundará un
área de 400 km².
Más información a través del Movimiento Xingú Vivo para Siempre y del Cimi.
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