lunes, 20 de mayo de 2013

APORTES DESDE ABAJO A LA INTEGRACIÓN CONTINENTAL

  Equipo Comunicación Alba-Movimientos

La Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA se propone dar un paso de avance en la integración de los sectores populares a lo largo de las Américas. Los movimientos que en esta etapa han venido construyendo campañas e incitativas emancipatorias, antineoliberales y en contra del patriarcado discuten en la Escuela Nacional Florestan Fernandes, en Guararema, Brasil, las formas de concreción de un proyecto continental desde abajo, basado en esa experiencia.

A partir de cuatro temáticas: modelo de producción, reproducción y consumo; Estado y poder; integración y soberanía; culturas e ideologías, los debates en grupos, mostraron las visiones compartidas entre los más de 150 participantes de 22 países, sobre las necesidades de los pueblos y las alternativas que pudieran emerger desde una propuesta integracionista de movimientos de amplia base social.

De esa manera, para consolidar los procesos que se están dando en varios países se apuntó la importancia de seguir construyendo poder popular, hacer luchas integrales donde lo social y político se complementen, y desarrollar acciones conjuntas con el Estado y partidos para radicalizar caminos de cambio, y se habló de continuar la presión popular frente a determinados gobiernos. Con respecto a los Estados-naciones sometidos al imperialismo surgieron dos visiones: continuar la confrontación y poner en el centro la lucha por el gobierno y el poder como forma de romper con la dominación.

En el trabajo grupal, se reiteraron ejes concretos para la integración popular; entre ellos, la comunicación alternativa, la formación política, y la solidaridad. En ese sentido, hubo propuestas como las brigadas internacionalistas y las campañas que desde las distintas plataformas se articulan en apoyo a la revolución bolivariana, el proceso de paz en Colombia, la respuesta popular en Honduras tras el golpe de Estado, la soberanía de Haití, la lucha por las Malvinas en Argentina, contra el bloqueo o por la liberación de los Cinco cubanos prisioneros en Estados Unidos y otras de significación continental.

Los movimientos situaron al ALBA, dentro de los mecanismos de integración, como un proyecto estratégico de unidad, del cual toman los principios de solidaridad, complementariedad, cooperación soberanía alimentaria, energética y tecnológica. Otros sentidos que emergieron con fuerza para construir la Articulación fueron la despatriarcalización y el reconocimiento de la equidad entre hombres y mujeres, así como la lucha feminista por la valorización del trabajo doméstico, la educación popular y la socialización de saberes de nuestros pueblos, la defensa de la memoria y de la identidad cultural de la región, así como la convivencia armónica con la naturaleza.

Al comentar estas intervenciones, el sociólogo François Houtart y el analista paraguayo Gustavo Codas, coincidieron en las posibilidades para la unidad que tienen hoy las luchas sociales. Aunque no se omitió la complejidad de la coyuntura y la existencia de otros procesos llamados integracionistas como el Arco del Pacífico que aúna a Chile, Perú, Colombia y México, “un potencial opuesto a lo que hablamos aquí”, enfatizó Codas.

Para Houtart, las propuestas de los movimientos sociales dan cuenta de la intención de actuar en medio de las grandes contradicciones de este siglo, y es un paso más en la conformación de ese modelo de bien vivir frente a la mercantilización de la vida.


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