Tatiana Félix
Periodista de Adital
Adital
Durante el segundo encuentro contra la
minería, realizado del 10 al 14 de abril, en el municipio de Aguacatán, en
Huehuetenango, Guatemala, el movimiento Mesoamericano contra el Modelo
Extractivo Minero hizo un análisis del modelo extractivo minero global y
regional y sus consecuencias para las comunidades, medio ambiente y cultura en
la región de Mesoamérica. El encuentro contó con participación de
representantes de Panamá, Nicaragua, El Salvador, Honduras, México, Estados
Unidos y Canadá, además de Guatemala.
En el análisis, los/las integrantes del
movimiento concordaron que en los últimos tiempos ha habido un agravamiento de
los conflictos originados por la imposición del modelo extractivo minero en
toda la región, así como una mayor concientización y movilización de las
comunidades afectadas. Para ellos, el término "minería verde, sustentable y
responsable” es sólo un discurso que busca enmascarar y promover la actividad
minera.
Las negociaciones entre gobiernos y
corporaciones privadas transnacionales ha implicado, según el movimiento, la
pérdida de territorios y recursos naturales, además de acciones de imposición,
represión y criminalización contra las comunidades afectadas por proyectos
mineros de explotación, sobresaliendo la seguridad de los inversores en vez de
la protección de la vida y de los derechos humanos.
En un pronunciamiento, el movimiento denunció
la utilización de legislaciones y programas de gobierno para atraer inversión
extranjera donde, en este medio, la extracción minera explota, contamina el
agua, degrada el medio ambiente y promueve la pérdida de la calidad de
producción de los suelos, con amparo de leyes que favorecen la impunidad de
esas actividades en contra de la soberanía alimentaria y cultural de los
pueblos. Ellos también criticaron las reformas de las leyes mineras que violan
el derecho internacional como la consulta popular y el consentimiento libre,
previo e informado de los pueblos.
Para el movimiento, los privilegios fiscales concedidos a través de reformas fiscales para la actividad minera, alimentan la "falsa idea de desarrollo minero” a cambio de "limosnas” llamadas "regalías”, que nunca remediarán los impactos y daños causados por la explotación. "En contraste con los tamaños de los llamados ‘beneficios’ económicos del modelo extractivo minero depredador, hoy podemos afirmar que los costos de los daños ambientales provocados por la minería trasnacional y trasnacionalizada superan en mucho los llamados beneficios y amenazan con crecer y volverse irreversibles”, se alerta en el documento.
En virtud de esta situación, el movimiento
Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero exige a los gobiernos la
abolición de las leyes de minería que afectan sus territorios, el respeto a la
autodeterminación y a la soberanía de los pueblos, la no criminalización de la
lucha por la defensa de la Madre Naturaleza y que divulguen con transparencia la
información sobre las concesiones. Además, exigen el cumplimiento del derecho
de los pueblos indígenas y de la consulta previa y ciudadana, de acuerdo con el
convenio internacional 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"Reiteramos que en nuestros pueblos tenemos y
reconstruimos modos de vida diferentes a la lógica y efectos del modelo
extractivo minero depredador. Exigimos y luchamos por el respeto a esos modos
de vida y por políticas públicas que respondan, promuevan y faciliten la
construcción, ampliación y fortalecimiento de esos modos de vida vinculados con
los genuinos intereses de nuestros pueblos y de la naturaleza”, finaliza.
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