Copilado
de Patrim Trikoo
Los
hijos del que fuera primer ministro de la República
Democrática del Congo, Patrice Lumumba y líder
anticolonialista , han anunciado la presentación de
una denuncia en octubre en Bruselas contra doce
ciudadanos belgas a quienes acusan de complicidad en
el asesinato de su padre, héroe de la independencia
de su país, en 1961.
Cuanto
más se investiga como operaba el colonialismo en
África más información surge de las crueldades sin
límite que su población fue sometida especialmente
por países europeos durante décadas. La colonización
del Congo por parte de Bélgica esta considerada una
de las más crueles y despiadada. La colonización
belga fue la responsable del saqueo del oro caucho,
cobre y estaño, que esas tierras poseen. Se estima
que entre los años 1885 y 1911 la población
congoleña se redujo de 30 millones a 8,5 millones a
consecuencia de los aecesinatos en masa y las
enfermedades epidémicas por las malas condiciones en
que vivía su población.
Los hijos del que
fuera primer ministro de la República Democrática
del Congo, Patrice Lumumba, han anunciado la
presentación de una denuncia en octubre en Bruselas
contra doce ciudadanos belgas a quienes acusan de
complicidad en el asesinato de su padre, héroe de la
independencia de su país, en 1961. Esta denuncia
coincidió con la celebración, el 30 de junio, del 50
aniversario de la independencia de la RDC, que tuvo
lugar en 1960, un territorio colonial que hasta
entonces estaba controlado, precisamente, por
Bélgica.
Guy Lumumba, el hijo
menor de Patrice Lumumba, manifestó “aún busco a mi
padre, a un padre que aún amo, así que quiero saber
por qué fue asesinado”. El benjamín de los Lumumba
asegura que “apuntamos hacia los asesinos. En
Bélgica son doce, están vivos y queremos que
respondan de sus actos innobles delante de la
Justicia”, agrego hablando a la prensa en Bruselas.
Los doce denunciados
por los hijos de Lumumba estaban en Katanga (sudeste
de la RDC) en la fecha y lugar en que el ex primer
ministro congolés fue asesinado, el 17 de enero de
1961, tras ser trasladado hasta allí en
circunstancias aún confusas desde la ciudad de
Léopoldville (Kinshasa, en la actualidad).
La denuncia penal se
interpondrá por supuestos “crímenes de guerra”, como
el traslado ilegal de Lumumba a Elisabethville
(capital de Katanga, hoy Lubumbashi), delitos que no
prescriben incluso aunque hayan pasado 49 años, como
es el caso, según manifestó el abogado de los hijos
de Lumumba, Cristophe Marchand.
Aunque el
representante legal de la familia no quiso
identificar a estas doce personas para no entorpecer
el proceso judicial, aseguró que se trata de
“policías, militares y funcionarios belgas.
Las denuncian se
apoyan sobre las conclusiones de una comisión de
investigación puesta en marcha por el Parlamento
belga en 2001 respecto a estos hechos y que concluyó
aludiendo a la “responsabilidad moral” de Bélgica en
el crimen. Pese a que el Gobierno belga presentó sus
excusas al Gobierno congoleño, no se comprometió a
asumir sus responsabilidades en el terreno judicial.
Un discurso contra la
colonización
Patrice Lumumba fue
el primer primer ministro de la RDC, entre junio y
septiembre de 1960, y además desempeñó un papel
fundamental en la independencia de su país y en la
de otras naciones africanas. El 30 de junio de 1960,
el mismo día de la independencia, pronunció un
discurso delante del entonces rey Balduino, hermano
de Alberto II, en el que criticó con dureza los
abusos de la colonización belga, lo cual marcó una
ruptura durante muchos años entre la RDC y su
antigua potencia colonizadora.
Tras la llegada al
poder de Joseph Désiré Mobutu mediante un golpe de
estado, Lumumba fue asesinado por el Gobierno de
Katanga, una región minera que tras la independencia
del Congo rompió sus relaciones con el nuevo
gobierno y declaró su independencia bajo el
liderazgo de Moise Tshombe, a quien apoyaban la
Unión Minera (controlada por empresas belgas) y
varias potencias occidentales, entre ellas la propia
Bélgica. Esta independencia le duró a Katanga hasta
enero de 1963, cuando fue reintegrada al Congo
mediante el uso de la fuerza y gracias a la
intervención de Naciones Unidas.
Por ello, las fuerzas
de seguridad belgas están acusadas de haber
encubierto el asesinato de Lumumba, se cree que
participaron directamente en los hechos o, al menos,
los ordenaron y coordinaron.
“El asesinato de
Lumumba sigue siendo una piedra en el camino en las
relaciones belgo-congoleñas. En estos días de
conmemoración, no podemos olvidar la obligación de
justicia. Bélgica debe barrer delante de su puerta.
Las fracturas del pasado no desaparecerán hasta que
la verdad se conozca y se haga justicia”, concluyó
la pasada semana el abogado de los Lumumba.
Fuente:
Guin Guin Bali
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