De acuerdo con el Observatorio de Procesos de Desarme, Desmovilización y Reintegración (ODDR), hay también un consenso sobre la firma de un acuerdo de paz, ya que las dos partes creen que la búsqueda de la paz es una obligación.
El acuerdo firmado en febrero de este año incluye seis puntos y una regla de funcionamiento. El primero tiene que ver con la ‘Política de desarrollo agrario integral’, iniciativa considerada determinante para impulsar la integración entre las regiones y el desarrollo social y económico equitativo del país.
El segundo punto es la ‘participación política’ y definirá algunos derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general, y en particular, para los nuevos movimientos que surjan inmediatamente después de la firma del acuerdo final. También se debatirán algunos mecanismos democráticos de participación ciudadana y medidas para promover una mayor participación en la política nacional.
El tercero contempla el tema ‘Fin del conflicto’. La pauta específica sobre este punto debatirá el cese del fuego, el abandono de las armas y el fin de las hostilidades en forma bilateral y definitiva. En esta ocasión también se discutirá la reincorporación de las Farc a la vida civil en los aspectos económico, social y político según sus intereses.
El cuarto punto, ‘Solución al conflicto de drogas ilícitas’, se relaciona con la problemática del narcotráfico, y va a empujar el debate sobre programas de sustitución de cultivos ilícitos, recuperación ambiental de las áreas afectadas con la participación de las comunidades, programas de prevención del consumo y salud pública.
El quinto punto es ‘Víctimas y reparación’ y tratará sobre los derechos humanos de las víctimas y el sexto punto de debate será ‘Implementación, verificación y legalización’.
Quedó definido durante la reunión en La Habana que las conversaciones entre las partes serán ‘directas e ininterrumpidas’. La intención es garantizar la efectividad del proceso y terminar el trabajo sobre los puntos de la agenda en el menor tiempo posible, de modo de cumplir con las expectativas de la sociedad colombiana. A pesar de esto, miembros de la Farc y del gobierno determinaron que los debates van a llevar el tiempo necesario para llegar a un punto común.
Este recorrido rumbo a la paz tiene el apoyo de los gobiernos de Cuba y de Noruega como garantes y de Venezuela y Chile como acompañantes. Posteriormente, otros países podrán ofrecer colaboración y unirse para ayudar en este proceso.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
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