Ayer, séptimo día de las protestas, los manifestantes reiteraron que no saldrán de las inmediaciones de Barro Blanco. Piden la presencia de las autoridades
CAMPAMENTO. Los indígenas acampan cerca del área de conflicto. Foto: María Fajardo |La Estrella |
PANAMÁ. La lucha que ha mantenido el movimiento indígena 18 de Mayo está muy lejos de llegar a su término.
Ayer, séptimo día de protestas en Barro Blanco, los manifestantes —liderados por la cacica suplente, Mijita Andrade, y el dirigente Toribio García— reiteraron que no desistirán de sus intenciones de tomarse las instalaciones del proyecto hidroeléctrico.
Los indígenas se mantienen acorralados por las unidades antimotines de la Policía Nacional, quienes les impiden entrar al área de la obra.
Ante esta acción, los ngäbes han construido un improvisado campamento a varios kilómetros del proyecto hidroeléctrico. Allí se han trasladado con sus esposas, hijos y hasta mascotas.
Ayer la cacica suplente reiteró que los manifestantes ‘quieren que el gobierno vaya a la comarca para iniciar conversaciones’.
En medio de las constantes protestas y a pesar de los fallidos intentos de los representantes de la empresa Genisa S.A. para calmar los ánimos de los indígenas, solo se han suspendido los trabajos de construcción de la hidroeléctrica en el área cercana al sitio donde se han instalado los indígenas.
A pesar de esto, los ngäbes advirtieron que traerán a más compañeros desde la montaña, ya que por ahora solo un minúsculo grupo ha estado en la lucha, frente a las más de 200 unidades policiales que custodian los alrededores del proyecto hidroeléctrico.
Las autoridades gubernamentales han reiterado que los indígenas tienen que respetar los acuerdos consensuados en la mesa del diálogo y, por ende, deben seguir los lineamientos de la cacica general, Silvia Carrera, y la Coordinadora por la Defensa de los Recursos Naturales.
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Ayer, séptimo día de protestas en Barro Blanco, los manifestantes —liderados por la cacica suplente, Mijita Andrade, y el dirigente Toribio García— reiteraron que no desistirán de sus intenciones de tomarse las instalaciones del proyecto hidroeléctrico.
Los indígenas se mantienen acorralados por las unidades antimotines de la Policía Nacional, quienes les impiden entrar al área de la obra.
Ante esta acción, los ngäbes han construido un improvisado campamento a varios kilómetros del proyecto hidroeléctrico. Allí se han trasladado con sus esposas, hijos y hasta mascotas.
Ayer la cacica suplente reiteró que los manifestantes ‘quieren que el gobierno vaya a la comarca para iniciar conversaciones’.
En medio de las constantes protestas y a pesar de los fallidos intentos de los representantes de la empresa Genisa S.A. para calmar los ánimos de los indígenas, solo se han suspendido los trabajos de construcción de la hidroeléctrica en el área cercana al sitio donde se han instalado los indígenas.
A pesar de esto, los ngäbes advirtieron que traerán a más compañeros desde la montaña, ya que por ahora solo un minúsculo grupo ha estado en la lucha, frente a las más de 200 unidades policiales que custodian los alrededores del proyecto hidroeléctrico.
Las autoridades gubernamentales han reiterado que los indígenas tienen que respetar los acuerdos consensuados en la mesa del diálogo y, por ende, deben seguir los lineamientos de la cacica general, Silvia Carrera, y la Coordinadora por la Defensa de los Recursos Naturales.
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