En plena crisis global, África sufre el desembarco de los países del norte que acaparan tierras a un ritmo endiablado de hasta 32 millones de hectáreas en sólo un año. Más o menos el doble de la superficie que se cultiva actualmente en España. Los campesinos no sólo pierden su derecho a cultivar esa tierra sino también a vivir en ella. En cualquier caso, están condenados a no hacerlo al perder lo que se conoce como "Soberanía Alimentaria", su capacidad para producir sus propios alimentos.
Uno de los casos más sangrantes es el que ocurrió en la región de Madudu, en el centro de Uganda. El 18 de junio de 2001 representantes del gobierno nacional se presentaron en la zona para comunicar a 400 familias que se había cedido esas tierras a una multinacional alemana: la Newmann Kaffee Gruppe, una firma que se muestra orgullosa de estar presente en los principales mercados del mundo, incluído el español. En el caso de Uganda, no hubo mucho margen para la negociación porque el ejército se presentó pocas semanas después para sacar a los vecinos a la fuerza, incluso quemando sus casas.
Este es el relato de lo que los expertos llaman "acaparamiento de tierras", un fenómeno global pero que tiene al 75% de sus víctimas especialmente en el África subsahariana que ven cómo las tierras que utilizaban para cultivar sus alimentos se convierten en extensos terrenos de cultivo para la exportación.
Veterinarios sin Fronteras nos llama la atención sobre este fenómeno en la campaña 'Paren, aquí vive gente' en la que también advierten sobre la explotación de los caladeros de Senegal, los peligros medioambientales de esos nuevos cultivos occidentales y su influencia directa en los conflictos y el hambre. Otro factor que se une al climático y a la especulación alimentaria para condenar a esa zona en la región más azotada del planeta.
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