Obama anunció el pasado 12 de octubre el envío de 100 efectivos militares al corazón de África para ayudar a las fuerzas regionales a "eliminar del campo de batalla" al líder del cruel Ejército de Resistencia del Señor (LRA), Joseph Kony, y a algunos sus secuaces. O lo que es lo mismo: a capturarlos o matarlos.
Serán fuerzas especiales correctamente equipadas para el combate, pero actuarán sólo como asesores facilitando información, ayuda, y asistencia. No se enfrentarán a las fuerzas del LRA a no ser que sea en defensa propia. Se desplegarán principalmente en Uganda, pero también en Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana.
Según el presidente norteamericano se trata de un despliegue que responde a los intereses de seguridad nacional y de política exterior del país. Y he aquí donde surgen todos los interrogantes, porque pocos ven en el LRA una amenaza directa a la seguridad de Estados Unidos. Sobre todo cuando los tiempos económicos que corren han llevado a la Administración Obama a reducir drásticamente los gastos en defensa, lo que debería ir asociado a un escrupuloso estudio de dónde se gastará el dinero disponible y, por tanto, dónde se mandarán las tropas. ¿No sería más urgente enviar a un equipo de operaciones especiales a Irán o a Siria? Obama ha aprobado en el último año operaciones y bases de fuerzas especiales en Oriente Medio, el Cuerno de África y Asia Central. Éstas, grandes o pequeñas, han tenido como objetivo grupos terroristas y estados "granujas" que amenazan a Estados Unidos, algo que el LRA no hace de la misma manera.
¿Qué hay detrás de esta decisión? Puede que haya intereses que no conocemos, como un intercambio de tropas por ayuda en la lucha contra el terrorismo en este lugar de África (recordemos el atentado en Uganda durante la final de la Copa del Mundo a manos de un grupo islamista). También puede ser un síntoma de preocupación por la estabilidad del nuevo Sudán del Sur que ha padecido también las barbaries del LRA, a su vez apoyado por Jartum con armas. Y lo que cobra más fuerza es la presión de varias organizaciones de derechos humanos, en especial Human Right Watch, que han pedido reiteradamente el despliegue de soldados norteamericanos contra el LRA argumentado que estaría justificado el uso de la fuerza para resolver una crisis humanitaria.
No hay duda de la crueldad del LRA que, siguiendo revelaciones místicas, ha aterrorizado, matado, raptado, secuestrado y desplazado a decenas de miles de personas, sin una agenda política concreta, durante más de veinte años. Ahora Obama quiere que un puñado de fuerzas especiales obtenga el éxito que no se obtuvo con el envío de apoyo logístico, asistencia y millones de dólares desde 2008. Aún no se sabe si tendrá o no éxito esta nueva misión ¿humanitaria? pero a partir de ahora habrá que estar muy atentos a cómo, cuándo y porqué Obama va a utilizar la fuerza militar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario