Después de décadas de enfrentamientos que dejaron millones de muertos entre el norte y el sur del país más grande de África, Sudán del Sur se desprende este sábado de Sudán y se convierte en un Estado independiente. La lucha por las regiones fronterizas ricas en petróleo pone en peligro la precaria paz entre los nuevos vecinos.
Sudán del Sur se convierte este sábado 9 de julio en el 54° Estado soberano de África con la cisión del país más grande del continente. El nacimiento de esta nueva nación llega tras medio siglo de enfrentamientos con el norte y las dos guerras que los rebeldes sudistas lanzaron para obtener una mayor autonomía.
Los acuerdos de paz fueron firmados recién en 2005 por el jefe de los rebeldes John Garang -unos meses antes de su muerte en un accidente de helicóptero- y el presidente de Sudán Alí Osmán Taha, lo que abrió la vía a un referéndum sobre la independencia, celebrado en enero pasado.
Luego de conflictos regionales que dejaron millones de muertos, el norte musulmán y el sur cristiano se siguen mirando con recelo. Para los norteños, la independencia de Sudán del Sur supone perder 37% de sus ingresos, puesto que allí se encuentra una región rica en petróleo. Una perspectiva preocupante para un país cuya deuda pública es de 38.000 millones de dólares, padece una inflación galopante y está bajo sanciones económicas de EE.UU. -que lo incluye en la lista de países que apoyan el terrorismo.
Para estabilizar las relaciones entre las dos partes falta sobre todo resolver las divergencias sobre el reparto o estatuto final de las zonas ricas en crudo de Abyei o Kordofán del Sur, teatro de violencias interétnicas.
El viernes, el presidente nordista Omar el Beshir ordenó al ejército continuar sus operaciones hasta que este territorio, la única región petrolera del norte, quede "limpio de rebeldes".
Beshir, que tiene dos ordenes de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y genocidio, confirmó su participación en las celebraciones en Juba donde, según responsables sudistas, será el invitado de honor. Un hecho que plantea problemas para el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, o la diplomacia occidenal, que tendrá que compartir palco con Beshir.
Mientras tanto, Sudán reconoció el viernes a la República de Sudán del Sur, “como Estado independiente, según las fronteras del 1 de enero de 1956".
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