jueves, 30 de junio de 2011

Más de 13 millones de marroquíes se pronuncian mañana sobre la nueva Constitución propuesta por Mohamed VI


La nueva Carta Magna suprime el carácter sagrado del monarca y estipula que el primer ministro debe proceder del partido más votado

Algo más de trece millones de marroquíes están llamados a las urnas este viernes para pronunciarse en referéndum sobre la nueva Constitución anunciada por el rey Mohamed VI que, como principales novedades, además de reconocer la plena igualdad a hombres y mujeres, estipula que el primer ministro debe proceder del partido más votado y priva al monarca de su carácter "sagrado" aunque se le sigue considerando "inviolable".

Los 13.106.948 marroquíes que figuran en el censo podrán emitir su voto en los cerca de 40.000 colegios electorales puestos en marcha en el conjunto del país y las 520 embajadas y consulados en el extranjero, según datos del Ministerio del Interior marroquí. En total, unas 320.000 personas serán movilizadas para supervisar el transcurso de la consulta.

La jornada electoral arrancará a las 8:00 horas y concluirá a las 19:00 horas, sin posibilidad de prórroga, y todo apunta a que la nueva Carta Magna será refrendada sin problemas. De hecho, según un sondeo realizado por el Ministerio del Interior y citado por el diario 'Le Matin', el 80 por ciento de los marroquíes se decantarán por el 'sí'.

A ello ha contribuido en buena medida que los grandes partidos hayan hecho campaña decidida a favor del 'sí'. El líder de Istiqlal y primer ministro, Abbas el Fassi, ha defendido durante la campaña que la revisión de la Constitución es la "culminación de un proceso de reformas institucionales, económicas y sociales en el que está inmerso Marruecos desde hace años".

Desde el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), muy próximo al monarca, se considera que la nueva Carta Magna es un "logro para todos los marroquíes". Su secretario general, Mohamed Cheij Biadilá, ha incidido en que con ello el país ha demostrado su capacidad de gestionar sus asuntos internos y supone la "coronación" de un proceso.

El presidente del consejo nacional del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), Saad-Eddine el Othmani, ha incidido en que la nueva Constitución "sienta las bases de una nueva era histórica en Marruecos", en particular para la vida política del país.

El ministro de Comunicación y líder del Partido del Progreso y el Socialismo (PPS), Nabil Benabdellá, también ha considerado que se trata de un "salto cualitativo", si bien ha reconocido que a su formación le hubiera gustado que se hubiera abolido la pena de muerte.

PELIGRO DE ABSTENCIÓN

No obstante, pese a la campaña a favor del 'sí' de los partidos, a la que se han sumado también muchos periódicos, la única sombra que planea en la cita de mañana parece ser la de la abstención.

En las últimas elecciones parlamentarias, celebradas en 2007, sólo votaron el 37 por ciento de los censados. Según un sondeo 'online' realizado por el portal 'Lakome.com', el 46 por ciento de las 34.000 personas que respondieron dijeron que no irán a votar mañana y sólo el 44 por ciento dijeron que votarán 'sí'.

En su discurso del 17 de junio, en el que anunció la celebración del referéndum de mañana, Mohamed VI, había defendido que se había trabajado para que "por primera vez en la historia de nuestro país, la Constitución sea hecha por los marroquíes para todos los marroquíes". El texto ha sido elaborado por una comisión consultiva creada por el rey tras su discurso del 9 de marzo en concertación con partidos políticos, sindicatos y grupos de la sociedad civil.

EL REY DEJA DE SER SAGRADO

La principal novedad, en el plano político, es que el rey deja de ser "sagrado" si bien se reconoce el carácter "inviolable" de su persona y éste mantiene su papel de máximo responsable religioso del país y comandante del Ejército, además de realizar "misiones de arbitraje y actuar como garante de la elección democrática" de los ciudadanos.

A partir de ahora, aunque mantendrá su potestad de designar al primer ministro, éste deberá proceder obligatoriamente del partido con más representantes en el Parlamento, y a su vez deberá conseguir el respaldo de la mayoría absoluta de la cámara. Precisamente, la figura del primer ministro es la que sale más reforzada.

La nueva Constitución estipula que el jefe de Gobierno tendrá poder ejecutivo pleno, dejando el rey de ser quien ostenta este poder, y tendrá prerrogativas para designar cargos civiles. Al contrario de como sucede en la actualidad, además del monarca, el primer ministro también podrá disolver el Parlamento.

El Gobierno deberá responder sólo ante la Cámara de Representantes (Cámara Baja), que ve reforzadas sus competencias, ejerce el poder legislativo y evalúa las políticas acometidas por el Ejecutivo. En este sentido, se ha reducido los niveles de quórum necesarios para sacar adelante mociones de censura y otros mecanismos de control.

En el plano judicial, se reforzará el estatus de los jueces mediante una ley orgánica que prohibirá cualquier injerencia o presión en su actuación. El sistema estará encabezado por el Consejo Superior del Poder Judicial, presidido por el rey y que ejercerá de órgano de control y evaluación. Su vicepresidente dejará de ser el ministro de Justicia para pasar a ocupar el cargo el presidente del Tribunal de Casación, mientras que la mitad de los magistrados del Tribunal Constitucional serán elegidos de ahora en adelante por el Parlamento.

IGUALDAD

La nueva Carta Magna establece la igualdad de hombres y mujeres en "los derechos y libertades de carácter civil, político, económico, social, cultural y medioambiental" y el compromiso del Estado a actuar para lograr de forma efectiva la paridad.

En este sentido, contempla la creación de una Autoridad para la Paridad y la Lucha contra todas las formas de Discriminación e insta a adoptar mediante leyes medidas de discriminación positiva para facilitar el acceso de la mujer a cargos públicos.

La presidenta de la Unión de Acción Femenina (UAF), Latifa Jbabdi, considera que se trata de un "salto cualitativo" que responde a todas las reivindicaciones que el movimiento feminista ha venido planteando en el país. "Con nuestra nueva Constitución estamos muy tranquilas respecto al futuro de las mujeres en Marruecos", añade.

El texto recoge igualmente un "arsenal de derechos y libertades digno de las sociedades democráticas avanzadas", en palabras del embajador marroquí en Madrid, Ahmadou Souilem. Así enumera entre otros el derecho a la vida, la prohibición de la tortura y de las violaciones graves y sistemáticas de los Derechos Humanos, la presunción de inocencia y el derecho a un juicio justo.

Igualmente están garantizadas "las libertades de pensamiento, opinión y expresión bajo todas sus formas", así como el derecho de los ciudadanos a acceder a la información de la Administración pública, al igual que a la libertad de prensa.

En cuanto a esta última, la nueva Constitución subraya que "no puede ser limitada por ninguna forma de censura previa" puesto que "todos tienen el derecho de expresarse y difundir libremente bajo los límites expresamente previstos por la ley".

LIBERTAD DE REUNIÓN

Asimismo, se garantiza la "libertad de reunión, asamblea, manifestación pacífica, asociación y afiliación política y sindical". Marruecos ha experimentado en los últimos meses, tras el éxito de las revueltas populares en Túnez y Egipto, algunas manifestaciones para reclamar más libertades en el país, principalmente promovidas por el Movimiento 20 de Febrero, en las que ha habido disturbios con las fuerzas de seguridad pero no muertos.

Desde este movimiento se ha rechazado la consulta. Uno de sus coordinadores, Najib Chawki, ha advertido de que "no hay garantías de que el referéndum será realizado de manera justa" y ha denunciado, en declaraciones a Reuters, que "las autoridades han movilizado a los predicadores en las mezquitas y la maquinaria del Estado por el 'sí'".


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