Italia es protagonista esta semana de la vida política europea por la celebración hoy lunes de un cuádruple referéndum, convocado por iniciativa popular, que podría convertirse en un nuevo varapalo para el gobierno de Silvio Berlusconi tras la humillante derrota el pasado mes de mayo en las elecciones municipales.
Más de 50 millones de italianos están llamados a las urnas para contestar cuatro preguntas: si aceptarían la privatización del agua o si piensan que es mejor que siga siendo pública; si su precio deben establecerlo las empresas que gestionan el servicio o no; si quieren seguir o no sin centrales nucleares; y si consideran necesario derogar la Ley del Legítimo impedimento, que permite al presidente ausentarse de los cuatro juicios que tiene abiertos alegando problemas de agenda.
En Italia para que el resultado de un referéndum sea vinculante deben votar 25 millones de ciudadanos, es decir, el 50 por ciento del electorado más uno, y dado que en ninguno de los celebrados en los últimos 18 años se alcanzó el quórum, la oposición de centro izquierda ha pedido a la población que ejerza su derecho al voto, mientras el Ejecutivo ha promovido la abstención. En las primeras horas del domingo (primer día de los dos en que se realizan las votaciones) la participación estaba entre las más altas registradas desde los años setenta, y superaba el 41% del censo, lo que hace pensar que el quórum sí se alcanzará.
Una de las cuatro consultas más importantes a la que se enfrentan los italianos es la relativa a la Ley del Legítimo impedimento. Berlusconi, que a sus 74 años se encuentra en el peor momento de su carrera política, está actualmente implicado en tres casos en los que se le acusa de corrupción de testigos, fraude fiscal y apropiación indebida en el caso Mediatrade; y abuso de poder e incitación a la prostitución de menores por el caso Rudy en el que, según las investigaciones el presidente italiano contrató a varias jóvenes, algunas de ellas menores de edad, para que asistieran a sus fiestas privadas en su mansión de Arcore, cerca de la localidad de Milán, y a las que pagó 5 mil euros por mantener relaciones sexuales con él. El caso lleva el nombre de una de ellas, Rudy, quien en realidad se llama Karima El Mahroug y es una mujer a quien el propio Berlusconi ofreció 5 millones de euros por negarlo todo, según las filtraciones de las escuchas telefónicas que ha llevado a cabo la Fiscalía de Milán durante su investigación.
Hasta el momento y gracias a la Ley de Legítimo impedimento, Berlusconi se ha ausentado de los procesos judiciales invocando sus obligaciones de primer ministro. Pero si la ley se aboliese estaría obligado a sentarse en el banquillo.
El segundo referéndum fue convocado para abrogar la ley que reintroducía la energía atómica, una de las propuestas emblemáticas del gobierno de Berlusconi. El 8 de noviembre de 1987, un año después de la catástrofe de Chernóbil, Ucrania (el mayor accidente nuclear ocurrido en la historia y en el que murieron 31 personas), los italianos vetaron el uso de la energía nuclear en un referéndum y convirtieron a Italia en uno de los pocos países de la Unión Europea sin centrales nucleares. Sin embargo, al llegar al poder Berlusconi se propuso introducir de nuevo la energía atómica. Tras el enorme rechazo suscitado por el accidente en la central japonesa de Fukushima se vio obligado a suspender su plan de construir cuatro centrales nucleares, y optó por adoptar una moratoria de un año. Con ello esperaba que la opinión pública olvidara la catástrofe para después proseguir con su plan nuclear. Pero Italia de los Valores, el partido del ex magistrado Antonio Di Pietro, promovió un referéndum apoyado por los partidos de la oposición y por los ecologistas. Y que contó con la movilización del Papa Benedicto XVI y de algunos obispos quienes ya se han pronunciado en contra de la energía nuclear y de la privatización de los servicios hídricos. Y también de Giorgio Napolitano, el presidente de Italia y la figura más respetada del país, quien anunció que acudiría a votar.
Por contra, los medios de comunicación no han ayudado mucho a difundir la convocatoria del referendum. Los noticieros de las cadenas pertenecientes al primer ministro apenas informaron de la consulta. Y el telediario de la RAI, la principal cadena pública, se llegó a equivocar en la fecha del mismo. Por su parte Silvio Berlusconi, que calificó de "inútiles y demagógicas" las cuatro preguntas del referéndum, no acudió a votar. Mientras su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), pidió a su partidarios la abstención consciente de que si se alcanza el quórum dando validez a la consulta y ésta tiene como resultado quitarle la inmunidad penal y prohibir la energía nuclear, significará una nueva gran derrota para Il Cavaliere y su figura quedará muy tocada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario