Salmantina. Directora de cine. Cortometrajista. Pero sobre todo, mujer. Después de pisar el mundo por primera vez en Salamanca, Isabel de Ocampo estudió en la Universidad Complutense de Madrid y en la Escuela de Cinematografía de la misma comunidad. Fue locutora de radio en Cadena SER y Onda Cero y redactora en una agencia de publicidad, pero decidió que ella tenía que dedicarse a su verdadera pasión: el cine. Y lo consiguió. En el 2009 fue galardona con el Goya al mejor corto por "Miente" y actualmente Isabel sigue gritándole al mundo la difícil y en muchas ocasiones desconocida situación de las mujeres en el mundo a través del documental "Libélulas y piratas" y de la preproducción de su primer largometraje de ficción sobre la trata de mujeres.
Ganó el Goya con un cortometraje sobre la trata de personas. Ahora prepara su primer largo centrándose en la prostitución ¿Qué quiere decirle al mundo?
El mundo sabe muy pocas cosas sobre la trata de mujeres y niñas para la prostitución forzada. Es uno de los negocios más lucrativos junto con el narcotráfico y el contrabando de armas. Pero aquí se trafica con seres humanos. Yo recomiendo a todo el mundo que se lea el magnífico libro de Lydia Cacho al respecto: Esclavas del poder. Es un documento periodístico increíblemente valiente y una reflexión inteligente sobre el papel de hombres y la mujeres en el siglo XXI.
¿Por qué dedica su primer largometraje a la mujer?
Yo soy una mujer y tiendo a identificarme con mujeres. La identidad femenina, quienes somos, de donde venimos, etc. es mi tema favorito. No es algo que una decida, sino que por una cuestión de estrógenos sale "de natural". Y me parece que en el cine falta la mirada femenina. No lo digo con ánimo de polemizar sino que es una cuestión de números. Si el 92% de las películas que se hicieran en España reflejaran la cultura andaluza, el humor andaluz, la filosofía andaluza de la vida, el resto de espectadores no-andaluces estaríamos echando algo de menos, no? Pues eso nos pasa a las mujeres, a mi por lo menos.
¿Cuál cree que es el mayor problema en el universo femenino hoy en día?
No creo que haya uno claro, concreto y delimitado. Es un puñado de pequeños factores que son como una losa sobre nuestras cabezas. La escasa autoestima, la falta de referentes, la siempre difícil independencia económica, los múltiples techos de cristales y en general un pequeño montón de obstáculos de naturaleza tan sutil e imperceptible que son difíciles de ser percibidos, incluso por las propias mujeres.
¿Cómo se desenvuelve usted en un mundo tan masculino como el del cine?
Pues de la misma manera que traté de sobrevivir en otros mundos mucho más "masculinos" como la radio y la publicidad. Todas las mujeres hemos nacido y crecido en una sociedad patriarcal y no te queda más remedio que sobrevivir a ello. Paciencia, mucha paciencia, serenidad y la certeza absoluta de que la igualdad civil es un proceso inexorable. Sólo hay que echar la mirada cincuenta años atrás y preguntar a nuestras madres cómo vivían entonces y como viven ahora. Su respuesta es el mejor aliciente para tener la cabeza bien alta.
¿Qué consejo le daría, desde su experiencia, a las mujeres trabajadoras para conciliar vida familiar y laboral?
Yo no puedo dar consejos a nadie, y menos en un tema que me parece... desesperante. Tal y como está estructurada la sociedad española es casi imposible ser madre y trabajadora al mismo tiempo. Cuando hablo con amigas de países del norte de Europa, sencillamente "flipan" de que a pesar de todo en España nazcan niños. Y no es para menos. Ante todo, les diría que combatan con todas sus fuerzas los sentimientos de culpa, que parece ser nuestro talón de Aquiles.
¿Qué le queda por hacer a la sociedad para que hombres y mujeres estén a la misma altura en todos los aspectos?
Si el siglo XX fue el siglo de la emancipación de la mujer, el XXI lo tiene que ser de la emancipación de los hombres. Los hombres necesitan repensarse a sí mismos en términos de lo que Lydia Cacho llama "masculinidad no violenta". Porque si a las mujeres el patriarcado nos ha metido ideas muy raras en la cabeza de las que nos costará casi un milenio desembarazarnos, con ellos tampoco se ha quedado corto. Ideas como "la mujer como posesión" "la agresividad como muestra de virilidad" "emociones como síntoma de debilidad" y sobre todo el sanbenito de que son ellos los obligados a mantener económicamente a la familia son ideas que han hecho y siguen haciendo mucho daño.
Según usted, ¿qué es el feminismo?
Como movimiento social, el feminismo es el único que ha logrado transformar profundamente a la sociedad sin haber matado a nadie y como pensamiento teórico es un apasionante ir y venir de ideas apasionadas. Desde el punto de vista de marketing es un desastre absoluto, dicho con todo el cariño del mundo. A día de hoy, admitir públicamente que una es "feminista" sigue estando fatalmente visto. El feminismo despierta una hostilidad de la que nosotras somos responsables en un porcentaje muy pequeño. Así que no hay nada de que preocuparse. Los logros feministas están diluidos en conceptos más amplios como "progreso" y "sentido común". En el año 81 las feministas españolas seguían recibiendo porrazos de la policía en sus manifestaciones a favor del divorcio y hoy día se divorcian las infantas y a nadie se le ocurre agradecérselo a las feministas. Como tampoco les agradecen la existencia de guarderías públicas, el alumbrado de las ciudades, las posibilidad de poder viajar sin pedir permiso al marido, el tener una cuanta bancaria propia. En fin, cosas de cajón. Pero no pasa nada. La justicia poética existe. Que se lo digan a Vicente del Bosque...
¿Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer o pueden estar en la misma línea?
Detrás de un gran hombre o de una gran mujer... siempre hay un gran equipo.
El mundo sabe muy pocas cosas sobre la trata de mujeres y niñas para la prostitución forzada. Es uno de los negocios más lucrativos junto con el narcotráfico y el contrabando de armas. Pero aquí se trafica con seres humanos. Yo recomiendo a todo el mundo que se lea el magnífico libro de Lydia Cacho al respecto: Esclavas del poder. Es un documento periodístico increíblemente valiente y una reflexión inteligente sobre el papel de hombres y la mujeres en el siglo XXI.
¿Por qué dedica su primer largometraje a la mujer?
Yo soy una mujer y tiendo a identificarme con mujeres. La identidad femenina, quienes somos, de donde venimos, etc. es mi tema favorito. No es algo que una decida, sino que por una cuestión de estrógenos sale "de natural". Y me parece que en el cine falta la mirada femenina. No lo digo con ánimo de polemizar sino que es una cuestión de números. Si el 92% de las películas que se hicieran en España reflejaran la cultura andaluza, el humor andaluz, la filosofía andaluza de la vida, el resto de espectadores no-andaluces estaríamos echando algo de menos, no? Pues eso nos pasa a las mujeres, a mi por lo menos.
¿Cuál cree que es el mayor problema en el universo femenino hoy en día?
No creo que haya uno claro, concreto y delimitado. Es un puñado de pequeños factores que son como una losa sobre nuestras cabezas. La escasa autoestima, la falta de referentes, la siempre difícil independencia económica, los múltiples techos de cristales y en general un pequeño montón de obstáculos de naturaleza tan sutil e imperceptible que son difíciles de ser percibidos, incluso por las propias mujeres.
¿Cómo se desenvuelve usted en un mundo tan masculino como el del cine?
Pues de la misma manera que traté de sobrevivir en otros mundos mucho más "masculinos" como la radio y la publicidad. Todas las mujeres hemos nacido y crecido en una sociedad patriarcal y no te queda más remedio que sobrevivir a ello. Paciencia, mucha paciencia, serenidad y la certeza absoluta de que la igualdad civil es un proceso inexorable. Sólo hay que echar la mirada cincuenta años atrás y preguntar a nuestras madres cómo vivían entonces y como viven ahora. Su respuesta es el mejor aliciente para tener la cabeza bien alta.
¿Qué consejo le daría, desde su experiencia, a las mujeres trabajadoras para conciliar vida familiar y laboral?
Yo no puedo dar consejos a nadie, y menos en un tema que me parece... desesperante. Tal y como está estructurada la sociedad española es casi imposible ser madre y trabajadora al mismo tiempo. Cuando hablo con amigas de países del norte de Europa, sencillamente "flipan" de que a pesar de todo en España nazcan niños. Y no es para menos. Ante todo, les diría que combatan con todas sus fuerzas los sentimientos de culpa, que parece ser nuestro talón de Aquiles.
¿Qué le queda por hacer a la sociedad para que hombres y mujeres estén a la misma altura en todos los aspectos?
Si el siglo XX fue el siglo de la emancipación de la mujer, el XXI lo tiene que ser de la emancipación de los hombres. Los hombres necesitan repensarse a sí mismos en términos de lo que Lydia Cacho llama "masculinidad no violenta". Porque si a las mujeres el patriarcado nos ha metido ideas muy raras en la cabeza de las que nos costará casi un milenio desembarazarnos, con ellos tampoco se ha quedado corto. Ideas como "la mujer como posesión" "la agresividad como muestra de virilidad" "emociones como síntoma de debilidad" y sobre todo el sanbenito de que son ellos los obligados a mantener económicamente a la familia son ideas que han hecho y siguen haciendo mucho daño.
Según usted, ¿qué es el feminismo?
Como movimiento social, el feminismo es el único que ha logrado transformar profundamente a la sociedad sin haber matado a nadie y como pensamiento teórico es un apasionante ir y venir de ideas apasionadas. Desde el punto de vista de marketing es un desastre absoluto, dicho con todo el cariño del mundo. A día de hoy, admitir públicamente que una es "feminista" sigue estando fatalmente visto. El feminismo despierta una hostilidad de la que nosotras somos responsables en un porcentaje muy pequeño. Así que no hay nada de que preocuparse. Los logros feministas están diluidos en conceptos más amplios como "progreso" y "sentido común". En el año 81 las feministas españolas seguían recibiendo porrazos de la policía en sus manifestaciones a favor del divorcio y hoy día se divorcian las infantas y a nadie se le ocurre agradecérselo a las feministas. Como tampoco les agradecen la existencia de guarderías públicas, el alumbrado de las ciudades, las posibilidad de poder viajar sin pedir permiso al marido, el tener una cuanta bancaria propia. En fin, cosas de cajón. Pero no pasa nada. La justicia poética existe. Que se lo digan a Vicente del Bosque...
¿Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer o pueden estar en la misma línea?
Detrás de un gran hombre o de una gran mujer... siempre hay un gran equipo.
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