jueves, 27 de mayo de 2010

Las herederas del movimiento feminista debatieron sobre los retos de la mujer moderna

Más de 600 representantes organizaron un congreso internacional en Buenos Aires para delinear objetivos a futuro; en un espacio cerrado al público masculino, aseguraron que la lucha sigue vigente

Un hombre entra en el salón. Silencio sepulcral. "¿Quién lo dejó pasar?", dice una voz aguda pero firme. El sujeto gira sobre sus talones y mientras se retira, sus mejillas se encienden. Sin saberlo, había infringido la regla básica que regía en esa sala del Hotel Bauen de Buenos Aires. Se trataba del II Congreso Feminista Internacional, que se celebró en la tercera semana de mayo con la presencia de más de 600 mujeres, las únicas que podían participar de la reunión.

La fecha del congreso no es arbitraria: se cumplen 100 años del Primer Congreso Internacional Feminista de Buenos Aires, ese encuentro donde las primeras académicas, trabajadoras y activistas políticas del país buscaron fortalecer sus lazos ante un modelo patriarcal que consideraban injusto.

"Hay muchas barreras que nunca terminaron de romperse. La lucha sigue ahí y la tenemos que construir nosotras mismas", aseguró a lanacion.com Sandra González, licenciada en Derecho y una de las principales organizadoras de la segunda edición de este encuentro internacional, impulsado en el marco de los festejos por los 200 años de la Patria.

La iniciativa, que tuvo lugar entre el 19 y el 22 de mayo, se orientó principalmente a revisar las conquistas que logró el movimiento desde sus inicios y analizar los saldos pendientes en la actualidad que aún dejan a la mujer en desigualdad frente al hombre. Al mismo tiempo, representó un homenaje a la obra de sus antecesoras. "Muchas de las demandas y de los discursos de 1910 están absolutamente al día", destacó González.

Si de representar a la mitad de la humanidad se trata, al congreso asistieron delegadas de numerosos rincones del mundo. Mujeres de España, Alemania, Francia, Ucrania, Bangladesh, Australia, Colombia, Nicaragua, Mozambique, China y Corea, entre otros países, viajaron especialmente y participaron activamente del debate gracias a la presencia de dos traductoras.

Durante los cuatro días en los que se desarrolló el encuentro, esa diversidad se coló en las ponentes y oyentes de tal manera que no hubo un rango de edad mayoritario ni alguna profesión que sobresaliera. Lo que sí se advirtió fue la apatía del público más joven que se mostró algo reticente a participar de la propuesta. "Cuesta enganchar a las chicas con el movimiento. Te encontrás con mucha gente que lucha por los derechos de la mujer, pero que no quiere que se la catalogue como feminista, entonces prefiere no hacerlo público", advirtió.

En la antesala del foro, las activistas de los años sesenta se mezclaron con mujeres recién insertadas en el mercado laboral, y las militantes de partidos políticos dialogaron con las que asistieron con curiosidad como oyentes.

Por Maia Jastreblansky y Valeria Vera
De la Redacción de lanacion.com
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