viernes, 21 de mayo de 2010

Evo Morales llama a los pueblos indígenas a combatir el capitalismo para salvar la Tierra


Copenhague, 21 may (EFE).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, hizo hoy en el Parlamento de la minoría sami en Karasjok, al norte de Noruega, un llamamiento a los pueblos indígenas para luchar contra el capitalismo como única forma de salvar la Tierra frente a las amenazas del cambio climático.

"Hay dos caminos: o muere el capitalismo o muere la Madre Tierra", dijo Morales, quien resaltó que por encima de cualquier reivindicación regional, los pueblos originarios tienen la "obligación" de identificar a los enemigos del Planeta, "sino nuestra lucha será en vano".

La condición del capitalismo como "primer enemigo" de la Tierra se justifica porque la convierte en una mercancía, cuando se trata de algo "sagrado", explicó el mandatario boliviano en su discurso, difundido en directo por la página web del Parlamento sami (Sametinget).

Frente a ese modelo contrapuso las vivencias colectivas de los pueblos indígenas, basadas en una vida en armonía con la naturaleza, priorizando el interés colectivo frente a la ambición individual, de ahí que sean la "reserva moral de la humanidad".

Más allá de la exigencia de que sus derechos sean reconocidos, los pueblos originarios tienen la "responsabilidad" de convencer a la humanidad de que para salvarse y salvar a la Madre Tierra es necesario respetar primero los derechos de ésta.

"La Madre Tierra puede existir sin el ser humano, pero el ser humano no puede vivir sin ella", afirmó Morales, quien recordó que las multinacionales tampoco se salvarán si se destruye el Planeta.

La anteposición de los derechos de la Tierra marca una "diferencia" con el socialismo, señaló el dirigente boliviano, ya que éste sólo busca satisfacer las necesidades del hombre y no las del Planeta.

El debate mundial sobre el cambio climático va por el "buen camino", si bien matizó que en realidad se trata de una "crisis climática" originada por la crisis del capitalismo que se ha extendido a todos los ámbitos.

En el acto celebrado hoy en el Sametinget, último punto de su visita oficial de tres días a Noruega, Morales declaró que nunca había buscado ser presidente, pero que el compromiso con el movimiento indígena le había llevado a serlo y que esto suponía una gran responsabilidad.

Su condición de primer presidente indígena del mundo en los tiempos modernos supone una obligación moral añadida, ya que si no lo hace bien "nunca más ni en Bolivia ni en todo el mundo" van a confiar en un indígena para dirigir un país.

Morales trazó un panorama exitoso de sus cuatro años de gobierno, destacando el fuerte apoyo popular y logros económicos como el aumento de las reservas internacionales y de la inversión pública, aparte de que Bolivia "ahora es escuchada y respetada en el mundo".

Pese a los progresos reconoció que todavía faltaba mucho para lograr la "democratización" de la economía, si bien ironizó señalando que mientras en Bolivia se aumentan los salarios y se habla de bajar la edad de jubilación a los 58 años, en Europa se reducen los sueldos y se aumenta la jubilación a los 67.

El dirigente boliviano mostró el "orgullo" y "honor" que supone ser el primer presidente que visita el Sametinget en su historia desde su inauguración en 1989 y envió un saludo "de hermandad y revolucionario" al pueblo sami.

Los samis habitan en la región de la Laponia, con una población de unas 80.000 personas que se extiende por Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, aunque en el primer país reside más de la mitad.

El acto en Karasjov cerró la visita a Noruega de Morales, invitado por el ministro de Medio Ambiente y de Desarrollo noruego, Erik Solheim, quien ayer en Oslo le mostró su apoyo en su lucha contra el cambio climático y le ofreció compartir la experiencia de este país escandinavo en la administración estatal de hidrocarburos y su gestión medioambiental.



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