El parlamento iraquí aprobó ayer una ley electoral largamente demorada, allanando el camino para los comicios nacionales.
El obstáculo principal era cómo asignar votos a Kirkuk, una ciudad rica en petróleo reclamada por árabes y curdos. No se divulgaron detalles acerca de cómo se resolvió este problema.
El debate sobre la ley electoral había suscitado temores de que las elecciones de enero tendrían que ser postergadas, lo cual podría afectar el retiro de las fuerzas estadounidenses.
El embajador estadounidense Christopher Hill medió entre las diferentes facciones políticas, indicio de la participación de EEUU en el debate.
“Felicitamos a los miembros del Consejo de Representantes por llegar a un acuerdo sobre diversos temas difíciles de considerable importancia para los iraquíes. Con la aprobación de esta ley, el pueblo iraquí, por medio de sus representantes, ha demostrado su deseo de respaldar a un gobierno democrático”, dijeron Hill y el general Ray Odierno, jefe de la fuerza expedicionaria estadounidense en Irak, en una declaración emitida tras la votación.
En Washington, el presidente estadounidense Barack Obama dijo que la aprobación de la ley era un “hito importante” a medida que el pueblo iraquí se hace cargo de su futuro.
En una declaración desde el rosedal de la Casa Blanca, señaló que la nueva ley electoral facilitará las elecciones.
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